Antonio Algora, obispo emérito de Ciudad Real, continúa estable, dentro de la gravedad, según han confirmado fuentes del Obispado a Lanzadigital, lo que supone “un buen motivo para la esperanza”, como señalan las mismas fuentes.
Algora fue ingresado el pasado domingo en el hospital de La Paz, de Madrid, con una neumonía bilateral causada por la COVID-19.
Hayq ue recordar que, en la madrugada del martes, sufrió un empeoramiento que motivó su intubación y la aplicación de cuidados críticos. Desde esos momentos no ha habido ningún signo que indique un agravamiento de su estado.