El paso trashumante del ganado desde la serranía de Cuenca y la tierra de Los Cameros por la encrucijada manchega marcó el origen de las poblaciones manchegas y después de siglos Manzanares echa una mirada al pasado a través de la puesta en valor de los vestigios de las cañadas y cordeles.
En este tiempo de marchas procesionales, andar de costalero y olor a canela y limón rallado, el antiguo Pozo del Concejo, situado bajo los soportales de la casa consistorial en la Plaza de la Constitución, promete ser lugar de peregrinación tras la disposición de una vidriera donde asoma incluso el agua y un mural de cerámica en recuerdo.
Miembro del colectivo cultural El Zaque, que fue impulsor de esta puesta en valor, Francisco Contreras habla para lanzadigital.com de los orígenes de este pozo que debió tener dos “pilas bonas”, de Manzanares y del paso trashumante guiado por la lectura del escritor José Antonio García-Noblejas.
El encuentro entre la Cañada Real Soriana y el Cordel de la Plata
Entre referencias a la creación del Concejo de la Mesta en 1273 para regular el paso trashumante y preservar así los intereses de agricultores y ganaderos, Francisco Contreras señala que “todo parece indicar que el origen de Manzanares está en el paso de ganaderos a través de las vías pecuarias”. La población fue tan importante para el paso trashumante como encrucijada de caminos que en el siglo XVII llegó a acoger dos reuniones del Concejo de la Mesta.
En Manzanares confluye el ramal de la Cañada Real Soriana Oriental, que viene desde la tierra de Los Cameros en La Rioja, con el ramal de la Cañada Real de Cuenca, para desembocar en el Valle de Alcudia, donde pasaban el invierno hasta 300.000 cabezas de ganado, principalmente oveja merina para el aprovechamiento de la lana, pero también vacas, cabras e incluso cerdos.
Pero todo no queda ahí, pues Francisco Contreras señala que la Casa de los Corchados en la calle Mayorazgo marca la encrucijada entre la Cañada Real Soriana y el Cordel de la Plata, entorno en el que aparece tanto el Pozo del Concejo, como otro abrevadero que podría haber estado localizado en la parte de atrás de la iglesia de la Asunción, en la antigua plaza de Santa Cruz y actual Lonja de San Francisco.
El Castillo de Pilas Bonas y la calle del Carmen
La localización de estos dos pozos podría estar incluso en el origen de la asignación del Castillo de Manzanares, del siglo XIII, como Castillo de Pilas Bonas o Horras, nombre que adquiere a mitad del siglo XIX. Contreras señala que el Diccionario Geográfico Estadístico-Histórico de Pascual Madoz y el alcalde Joaquín Sánchez-Cantalejo ya recogen esta nueva denominación, en relación a la existencia de abrevaderos gratuitos, “sin beneficio” o “espacio agradecido”.
Entre otras curiosidades, Francisco Contreras también habla de que “probablemente el Cordel de la Plata, que parte del Pozo del Concejo y sigue por la calle del Carmen hasta el castillo”, para pasar después por Membrilla, La Solana y Alhambra, marca el desarrollo urbano de Manzanares.
Así, Contreras señala que “existe constancia de que la calle del Carmen, aparte de la calle Monjas, que fue antes calle Real, es una de las más antiguas de Manzanares”. Este Cordel de la Plata se une en Alhambra a la Cañada de los Serranos dentro de esa gran “red de caminos” ganaderos que surcan España y “bienes de entidad pública” que aparecen por primera vez recogidos en un inventario a mitad del siglo XIX por la Asociación de Ganaderos del Reino.
El olvido del Pozo del Concejo
Tapado por unas rejas en las últimas décadas, el Pozo del Concejo ha permanecido “oculto” en la Plaza de la Constitución hasta ahora. El experto señala que “en 1867 todavía era visible” y añade que probablemente estuvo en uso hasta finales del siglo XIX y siglo XX.
Con el desarrollo urbano de la ciudad, los ganados trashumantes dejaron de pasar por el centro del pueblo, cogieron vías alternativas para circundar la ciudad y aprovecharon nuevos descansaderos que aparecieron cerca del río Azuer o de la sierra de Siles. Contreras señala por ejemplo que la zona conocida como El Hito, a medio camino de Siles, donde hay “un mojón de piedra”, hubo otro descansadero de ganado, que todavía utilizan hoy los puntuales ganados trashumantes que pasan por la ciudad.
Desde el objetivo de poner en valor “rincones históricos” de Manzanares y disponer nuevos elementos ornamentales, el Equipo de Gobierno de Julián Nieva cogió con interés la iniciativa de El Zaque, que además de proponer la recuperación del espacio como punto de interés, ha desarrollado un importante proceso de documentación del Pozo del Concejo.
Por eso, Francisco Contreras, acompañado del presidente del colectivo, el arquitecto Teodoro Sánchez-Migallón, considera que esta Semana Santa cualquier visitante debería acudir a observar el pozo y contemplar el mural de cerámica, más cuando ya es posible contemplar la rehabilitación de la fachada del Ayuntamiento y del resto de edificios municipales.
Asimismo, Francisco Contreras destaca el interés del mural, elaborado por el artista Juan Sánchez y por la ceramista Isabel González, que forma parte “del catálogo de artesanos de los viejos oficios” en Castilla-La Mancha.
Nuevos proyectos en mente
Encantados con el resultado de la propuesta, la actividad de El Zaque, que ha desarrollado importantes investigaciones sobre la historia y las raíces etnográficas de Manzanares, continuará con nuevos proyectos.
Entre ellos, Francisco Contreras avanza el interés por colocar una placa distintivo en el lugar donde se firmó en 1854 el Manifiesto de Manzanares, redactado por Antonio Cánovas del Castillo y firmado por Leopoldo O’Donnell, que incluyó las reformas de una “regeneración liberal”, y también localizar plazas desaparecidas, como la Plazuela de los Paradores, situada en la confluencia de las calles Empedrada y Toledo.