Tras varios años de investigación, la presentación de este trabajo está prevista para los próximos meses de mayo o junio con el objetivo de alejarlo lo más posible del período electoral al que se enfrentará la Universidad de Castilla-La Mancha en las próximas semanas. Solo a partir de entonces la ciudadanía conocerá los resultados de un trabajo en el que se revelan las causas concretas de la mortalidad en todos los municipios de castellano-manchegos y por tramos edad.
Un trabajo investigador que, sin duda, tendrá que servir base, de consulta, a las autoridades sanitarias para abordar con la mejor de las precisiones la prevención y tratamiento de determinadas enfermedades tal y como se ha hecho con el cáncer de mama o de colon, enfermedades en las que el Gobierno regional ha emprendido una eficaz batalla para combatirlas, basándose en la prevención.

Los investigadores que lideran este ambicioso trabajo son cautos al facilitar información sobre los resultados de un estudio que está a punto de finalizar. De la conversación mantenida con Virgilio Gómez-Rubio, profesor de Matemática Aplicada y Estadística y responsable del trabajo, se desprende que unos 10.000 castellano manchegos han fallecido por enfermedades cerebrovasculares durante este período, «lo que indica -sostiene- que casi todos los municipios han registrado algún fallecido, lo que nos permite hacer mapas contemplando la incidencia de esta enfermedad».
Baja la mortalidad por algunos tipos de cáncer
Es más, aunque la cautela reina en las declaraciones del investigador, sí hemos podido conocer que la mortalidad por determinados tipos de cáncer está descendiendo en Castilla-La Mancha mientras que, por otro lado, están en aumento el número de casos de enfermedades neuro-degenerativas.
Estudiando la bibliografía existente y contrastándola con otros trabajos, -explica el profesor- parece que tanto la inversión que se lleva a cabo para combatir el cáncer como el diagnóstico precoz han sido capitales para que descienda su incidencia, mientras ocurre el efecto contrario con las enfermedades neuro-degenerativas como consecuencia directa, entre otras razones, de la existencia de una población cada vez más envejecida, sostiene Gómez-Rubio, para quien los resultados de su investigación en este sentido han sido especialmente llamativos y coincidentes con otros estudios similares.
20 o 30 causas de muerte distintas
Financiado por la UCLM con la colaboración de la Junta y el Instituto de Salud Carlos III del Centro de Epidemiología de la Universidad de Valencia, los resultados de este trabajo único hasta la fecha estarán recogido en un volumen donde quedará plasmado, además, el estudio de unas 20 o 30 causas de muerte distintas en Castilla-La Mancha entre las que se incluyen, además del cáncer y las demencias, las muertes por suicidio así como cualquier otro tipo de decesos.
Para llegar aquí, los investigadores han recopilado y estudiado datos sobre la causa del fallecimiento y los tramos de edad en cada uno de los pueblos y ciudades de Castilla-La Mancha. Partiendo del Instituto Nacional de Estadística, los datos han revelado información muy precisa en dos vertientes. Una, referida al índice de mortalidad de la localidad -mayor o menor que la media de regional- y otra sobre el conjunto de Castilla-La Mancha, año a año.
Las diferencias internas de la región
Esta Comunidad no disponía hasta ahora de un trabajo tan ambicioso y riguroso como el que ultima estos días el equipo que lidera el profesor Gómez-Rubio del campus de Albacete, trabajo que ha quedado plasmado en un Atlas donde podrán comprobarse con precisión las diferencias internas en la región.
Este trabajo permite, además, conocer las características específicas, los patrones que se repiten en Castilla-La Mancha y que habían quedado fuera del análisis estadístico hasta ahora debido a que la mayor parte de los estudios tenían carácter nacional.
«Estamos viendo agrupaciones de municipios en los que la mortalidad es más alta que cuando se hace un estudio que abarca a todo el país. Prueba de ello es que el modelo estadístico de Madrid o Valencia, por ejemplo, siempre tendrá mucho más peso que el de aquí, donde vive existe un número de habitantes mucho más bajo», concluye el profesor.