Justine Martín, cabeza de lista del PSOE de Malagón en las elecciones de 2023, debería haberse convertido hoy en la nueva alcaldesa del municipio para los dos próximos años de legislatura. El Pleno de traspaso de la Alcaldía de Somos Malagón, formación liderada por el actual primer edil, Luis Carlos Segura, al Partido Socialista debería haber tenido lugar esta mañana en cumplimiento del pacto de Gobierno sellado hace dos años y cuya ruptura se certificó el pasado febrero (aunque el diálogo entre ambas formaciones había acabado ya en diciembre de 2024).
La sesión plenaria no se ha celebrado y tampoco se ha producido la renuncia de Segura, por lo que las concejalas del PSOE de Malagón, y en concreto su alcaldable, Justine Martín, entienden que a partir de este 18 de junio la localidad se encuentra con un alcalde que “ya no es legítimo”.
Con todo, la sensación en el Grupo Socialista es de que todo sigue abierto de cara a la constitución de un nuevo escenario de gobernabilidad. Ayer, un día antes de la expiración del plazo de su mandato, Segura se puso en contacto con su homóloga del PSOE, por primera vez en seis meses. Un diálogo que la edil socialista dice que “tenía que haber llegado antes”. Además, la recuperación del contacto que, por ahora, no ha dado ningún fruto (“no se ha llegado a ningún tipo de acuerdo” entre las dos formaciones, según Martín), no supone ninguna garantía en la actualidad. Ni siquiera con un acuerdo tácito estaría todo resuelto.
El PSOE se queda con dos concejales
Porque el escenario no ha hecho nada más que complicarse desde el pasado viernes, cuando Jesús Miguel Domínguez, uno de los tres concejales del PSOE en el Ayuntamiento malagonero, oficializó su salida del Grupo Municipal Socialista para pasar a ser concejal no adscrito. Esto deja el reparto de fuerzas en empate técnico, con los cuatro concejales de Somos Malgón y los dos de PSOE frente a los seis del Partido Popular y a Domínguez con la llave de la gobernabilidad del municipio.
El ex-edil socialista ha declinado hacer declaraciones a Lanza “hasta que no se concrete un equipo de Gobierno” y pone su interés “en que todo se centre en lo mejor para el pueblo”. Sin embargo, Adrián Fernández, concejal del PP en el municipio y vicepresidente 4º de la Diputación, habría intentado mantener en el día de hoy conversaciones con Domínguez buscando su apoyo en la moción de censura que tiene intención de presentar ante la negativa de Segura a presenta su renuncia.
Moción de censura
Fernández necesita la firma de siete concejales, de los 13 que integran la Corporación, para poder presentar la moción de censura, que el PSOE (con quien habló de la cuestión en su momento, “pero no ahora”) asegura que no va a suscribir, y forzar la celebración de un Pleno para sustituir al actual alcalde. Si Fernández logra el apoyo de ex-edil socialista, en un plazo de 10 días a partir de la presentación del escrito de la moción se celebraría la sesión plenaria donde sería investido nuevo alcalde de Malagón.
Pero tampoco está claro que la secuencia de acontecimientos vaya a desarrollarse de esta manera, porque desde el PSOE local se asegura que Domínguez “no tiene nada que ver con el PP” y no descartan que “pueda volverse atrás” en lo relativo a su renuncia y salida del Grupo Municipal Socialista. Aunque “no se sabe lo que va a hacer”, se insinúa que todavía puede “cambiar de opinión” e, incluso, podría no estar cerrado del todo el diálogo con Somos Malagón. La salida del concejal del grupo “ha complicado” aún más situación, dicen, pero no se acaba de ver del todo como irreversible.
Mayoría absoluta
Por su parte, para lograr la Alcaldía, el candidato del PP, Adrián Fernández, necesita que el ex-edil socialista rubrique la presentación de la moción y también su voto afirmativo en el Pleno de investidura, ya que según el Artículo 197 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local (Ley 7/1985), la moción de censura es un procedimiento cerrado y directo que requiere de mayoría absoluta para su presentación, incluir el nombre del nuevo alcalde propuesto y, una vez en el Pleno, una única votación, que precisa igualmente de mayoría absoluta para prosperar. En caso de no alcanzarse la mayoría absoluta, la moción fracasaría, lo que daría continuidad en el cargo al actual alcalde.