La Tubería de la Llanura Manchega, al menos el ramal principal, el noroccidental, podría estar en disposición de prestar servicio a lo largo del mes de febrero de 2023, según ha confirmado esta semana Samuel Moraleda, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana.
“Llevamos una semana probando la tubería mediante una encomienda a la empresa pública Tragsa, es de esperar que a lo largo de 2023 la conducción esté operativa para que se pueda utilizar el recurso en febrero”, asegura.
Construida hace más de una década, al menos el eje vertebrador, de más de 170 kilómetros, el proyecto está diseñado para asegurar el abastecimiento de agua para consumo humano a 58 municipios de las provincias de Ciudad Real, Cuenca y Albacete.
Las instalaciones en pruebas cuentan con embalse de regulación, planta potabilizadora e incluso el ramal principal, pero no se utiliza desde hace trece años, cuando trasvasó agua a las Tablas de Daimiel de forma excepcional, como parece que hará este otoño, durante las pruebas.
El ramal noroccidental afecta a Socuéllamos
El ramal noroccidental, que abastecerá en circunstancias de sequía a poblaciones como Villarrobledo y Socuéllamos, es el que está construido. Hay dos ramales más, el suroccidental, que incluye Daimiel, y el de la zona centro, en el que están entre otras localidades como Herencia, Alcázar de San Juan y Campo de Criptana en lo que a la provincia de Ciudad Real se refiere. A este proyecto inicial se sumará la nueva conexión solicitada por la comarca del Campo de Calatrava, en riesgo real de desabastecimiento (lleva dos años ya dependiendo de aguas subterráneas) y cuya conexión ha sido declarada una obra “prioritaria”.
Las obras de la Tubería Manchega se recibieron en 2018 y el año pasado, en septiembre, el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico formalizó un contrato para el estudio del estado actual de la infraestructura y la redacción del proyecto para su reparación, que ha comenzado este mes.
El trasvase a las Tablas, a primeros de septiembre
Trasvasar aguas al parque nacional de las Tablas de Daimiel, con apenas 200 hectáreas encharcadas en el inicio de julio, es el otro cometido de las pruebas, que cuenta con seis hectómetros cúbicos autorizados por la comisión de explotación del trasvase Tajo-Segura; tres para las pruebas y tres adicionales más. Previsto para antes del verano, Moraleda dice que el trasvase se ha reprogramado para finales de la estación «a petición de la comisión mixta» de los gobiernos central y autonómico que cogestionan los parques nacionales.
El agua podría empezar a llegar a las Tablas a partir de finales de agosto o primeros del mes de septiembre, según esa nueva planificación.
El trasvase de seis hectómetros cúbicos de agua tardará en completarse unos tres meses, “a dos hectómetros cúbicos por mes, si finalmente se hace en las fechas previstas asegura un buen otoño para el maltrecho humedal,