Decisión salomónica la que ha adoptado el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, no retira la atenuante a un condenado por homicidio, Isidro Doral, que mató al novio de su exmujer en El Robledo, pero tampoco le rebaja la pena sustancialmente, bueno sí: tendrá que pasar un día menos en la cárcel.
La sala de lo civil y penal del alto tribunal, presidida por el presidente Vicente Rouco, ha resuelto que la sentencia que condenó a Doral por homicidio con la atenuante de “arrebato u obcecación”, tras el veredicto de un jurado en febrero, es ajustada a los hechos.
El TSJCLM rechaza así la apelación de la acusación de la exmujer y perjudicada, que solicitó un endurecimiento de una condena que considera muy pequeña ante la gravedad del caso. “Causa estupor que perpetrar un crimen tan brutal como este, delante de una niña, en plena calle y a un hombre completamente indefenso, se salde con diez años”, señaló tras el veredicto el abogado de la acusación particular Santiago Ballesteros.
La pena no es correcta
La defensa entendía que puesto que se había aplicado la atenuante, diez años de prisión era un pena excesiva, y también apeló al Tribunal Superior que le da la razón pero sólo rebaja un día el castigo. Así lo argumenta el TSJCLM: “Debiendo desde el primer momento admitir que la pena fijada por la sentencia apelada no es correcta pues la pena de diez años es la extensión mínima de la duración de la pena del delito de homicidio con arreglo al artículo 138. 1 del CP por lo que se ha infringido efectivamente el artículo 66. 1 regla 2ª del mismo, que para el caso de la apreciación de una o más atenuantes cualificadas manda aplicar la pena inferior en uno o dos grados a la establecida”.
Y continúa, “concurriendo una atenuante muy cualificada, la de arrebato u obcecación examinada, y admitiendo con la propia defensa del acusado que la rebaja debe ser de un grado, la duración de la misma debería estar situada en el grado inferior que va de 5 a 9 años, 11 meses y 29 días que es la duración inferior a 10 años”. Y esto último es lo que ha decidido.
En el intercambio de una hija
Isidro Doral, de 60 años ahora, mató a Gregorio Chamorro la nueva pareja de su exmujer el 13 de diciembre de 2015. Esa tarde de domingo la ex fue a su casa para entregarle a la hija de ambos de 11 años, que había pasado el fin de semana con ella y su nueva pareja.
Los tres empezaron a discutir y al ver que tardaban Goyo, como era conocido el fallecido, se acercó a la puerta de la casa para ver que ocurría (en principio no estaba previsto que fuera).
Se supone que intercambió unas breves palabras con Doral, al que le recriminó que insultara a una mujer mayor (la exsuegra), suficiente para que este hombre agarrara un palo de la leñera del patio y le diera tres golpes en la cabeza. Sólo con el primero, en la base del cráneo, habría bastado para matarlo, pero incluso con Goyo desplomado en el suelo Doral le propinó dos golpes más.