Un jurado popular enjuiciará a finales del mes enero en la Audiencia Provincial de Ciudad Real a Isidro D.R., en prisión por matar a golpes a la nueva pareja de su exmujer, Gregorio C.G de 50 años, en diciembre de 2015 en El Robledo.
Goyo, como llamaban sus allegados a la víctima, medió en una discusión entre el acusado y su exmujer en el intercambio semanal de una de las hijas de la pareja, y el procesado se encaró con él hasta que terminó matándolo con un leño en la puerta de su casa.
“Mi defendido está muy arrepentido de lo que hizo”, ha explicado a Lanzadigital.com su abogado José Antonio Cano Plaza, que mantiene que en ningún momento quiso asesinarlo.
El juicio se ha señalado para los últimos días del mes de enero del año que viene en la Sección Primera de la Audiencia. La fiscalía acusa de homicidio y la acusación particular, que ejerce la exmujer, de asesinato, mientras que la defensa peleará “porque se apliquen atenuantes”, explica Cano.
Llevaba mal la separación y tenía a las niñas
Sobre este caso planea la sombra de la violencia de género. Antes de esa escena de violencia extrema, que presenció la hija menor de 11 años, la pareja llevaba dos años divorciada. Isidro D.R., natural de Porzuna, tenía la custodia de las dos hijas en común y no aceptó de buen grado el divorcio.
La relación se complicó hasta el punto de que hubo varias denuncias previas a esto por malos tratos de la exmujer, que se dirimieron en juicios de faltas, se supone que en los escasos contactos que tenían por las hijas.
El día que paso todo, el domingo 13 de diciembre de 2015, no había orden de alejamiento ni nada parecido entre ellos. La madre y su nueva pareja, Goyo C.R., que vivían en Ciudad Real, fueron a llevar a la niña menor a El Robledo con su padre después de haber pasado con ella el fin de semana.
Isidro D.R., que llevaba mal la separación de su mujer y en los últimos tiempos bebía más de la cuenta, declaró tras su detención que no tenía intención de matar a nadie, que discutió “con todos” (en la puerta estaba además la exsuegra) y terminó peleándose con el fallecido. El arma homicida fue un tronco de la leñera de la casa, en el mismo patio en el que paso todo.