Lanza
Ciudad Real
Las organizaciones agrarias (Asaja, COAG y UPA) y las cooperativas alertaron ayer del peligro inminente de «pérdidas graves» por el clima atípico de este invierno, si no mejora en las dos próximas semanas, sobre todo a causa de la necesidad de agua en el sur y las zonas mediterráneas.
La amenaza es mayor en Andalucía, Murcia, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana, si bien también se han desatado las alertas en Extremadura, Baleares o Cataluña, aunque el exceso de calor y la falta de agua pueden perjudicar también a otras partes del país.
La preocupación aumenta porque esta época del año es muy importante para el desarrollo de cultivos como el cereal más temprano, los árboles florecieron antes y los ciclos de las producciones están muy alterados, según los datos facilitados a Efeagro por el sector.
Los productores ya han celebrado reuniones con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) para evaluar esta coyuntura.
Una de las consecuencias de esta situación anómala es el «solape» de campañas de hortalizas, con la consiguiente caída de los precios.
También inquieta en la parte mediterránea del país que se adelanten las floraciones y el desarrollo en frutales -como el almendro o la fruta de hueso-, porque los árboles están muy expuestos a que caiga una helada y se echen a perder las cosechas.
En cuanto a la ganadería, los productores afrontan una subida de gastos por la falta de pasto, ya que tienen que completar la alimentación de sus animales, lo que se nota ya por ejemplo en Baleares.
Por otro lado, faltan horas de frío en los cultivos herbáceos, como los cereales, lo que incrementa el riesgo de plagas, insectos y hongos en las citadas autonomías y en Aragón y Castilla y León, según un balance de Cooperativas Agroalimentarias.
El informe apunta que en Andalucía la falta de lluvia puede desencadenar una «sequía hidrológica», porque los pantanos no reciben agua; en Aragón el campo aguanta más por las nieblas húmedas, pero el estado de las parcelas de cereal es «precario» y se augura un año «complicado» en cuanto a plagas.
COAG ha señalado, en un informe, que este «desorden climatológico» provoca una situación «de emergencia», pues en el sudeste hay zonas «calificadas como desierto» y si en febrero o marzo no se registran precipitaciones se volverá «irreversible».
«El buen tiempo es malo para el campo», ha subrayado en un comunicado la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), quien ha denunciado que la meteorología causa «graves problemas de gestión y planificación de las explotaciones».
Entre las «peligrosas consecuencias» citadas por UPA figuran el incremento de los gastos, la reducción de cosechas o la bajada de precios por exceso de oferta de hortalizas.