El sector cerealista de la provincia y la región valora de diferente manera la bajada de precios de los cereales de invierno registrada a finales de agosto en España, a pesar de haberse cerrado la campaña con menor producción, y existir una demanda sostenida.
Los productores ven maniobras entre los compradores al por mayor, y los almacenistas lo achacan a las leyes del mercado, muy sensible a nivel internacional.
En Ciudad Real, el balance fue de algo de más 550.000 toneladas, con reducciones medias del 35% y 200.000 t menos respecto a 2018, mientras que en Castilla-La Mancha, con unos 1,3 millones de hectáreas, el 60% cebada avena, la producción se quedó por debajo de los tres millones de toneladas.
Respecto a las cotizaciones de comercialización, los precios mayoristas del maíz, avena, trigo y cebada bajaron en la última semana de agosto, según la encuesta de precios medios nacionales del Ministerio de Agricultura, con caídas semanales de entre 2,18 euros la tonelada de maíz grano y los 0,70 euros menos de la tonelada de trigo panificable.
En el caso de Ciudad Real, según la mesa de cereales y leguminosas, los precios eran mayores, con los trigos entre los 177 y los 227 euros la tonelada, según tipología, y los 165 euros los 1.000 kilos de cebada, así como la avena cotizaba el 28 de agosto a 171 euros la tonelada.
Estas variaciones, según las fuentes consultadas, se deben a la volatilidad de un mercado muy sensible, y en opinión de José María Ciudad, de la cooperativa San Isidro de Ciudad Real, tiene varios frentes. Uno de ellos es la compra por parte de España, como país importador, de mercancía “barata” procedente del Reino Unido, debido a la devaluación de la libra, así como estiman que la producción de la cosecha de Estados Unidos (cuya siembra estuvo afectada por inundaciones) no sea tan desastrosa como habían previsto.
Los resultados de la temporada americana “se verán a partir de octubre”, un mes en el que, además, el consumo empieza a registrar picos de necesidades de abastecimiento.
Manipulación
Una visión más cuestionada es la del responsable de COAG en Castilla-La Mancha, Ángel Gálvez, quien ha lamentado la situación de los precios en España en general y en Castilla-La Mancha en particular, al ser la segunda comunidad productora.
Ha acusado a “cuatro importadores” de manejar el mercado cuando hace falta liquidez, a través de “manipulaciones” para vender a precios muy bajos el producto nacional, incluso ha llegado a decir que “es una vergüenza”.
Ha reconocido que por cada kilo producido a nivel nacional (25 millones de toneladas), el consumo (entre 50/55 millones) es del doble, una situación que lleva a comprar en los puertos españoles
En la misma línea se expresa Pablo Tapiador, cerealista de Malagón, quien reconoce que España es importador porque “no hay suficiente cereal” y los almacenistas “hacen su cupo aunque sea peor grano”.
Recuerda que el rendimiento no fue alto porque “granaron mal” por la falta de agua, mientras que otros países de tradición cerealística, llega la proporción hasta 4.000 kilos por hectárea.