Las abundantes precipitaciones de la primavera y un verano no demasiado caluroso han favorecido las perspectivas de la nueva temporada de caza en Castilla-La Mancha, que comienza el 8 de octubre para distintas especies de caza mayor –con el jabalí y el ciervo como las más abundantes-, y de caza menor -con superabundancia o escasez de conejo, y la liebre diezmada por la mixomatosis-.
La campaña 2018-2019 se desarrollará en el marco de la nueva ley autonómica aprobada en marzo, tras las intensas negociaciones habidas entre el sector cinegético y el Gobierno regional, para el que el fomento de la caza, según el preámbulo, “ha de ser compatible con la conservación del medio natural y con el resto de usos que se desarrollen en el mismo”.
Los diferentes portavoces de las organizaciones cinegéticas pronostican una buena temporada por las “excelentes” cualidades del escenario natural en el que se desarrolla la actividad, en la que prevén tenga trofeos bien desarrollados, grandes aprovechamientos y resultados económicos rentables.
El presidente de la Asociación de Propietarios Rurales para la Gestión Cinegética y Conservación del Medio Ambiente (Aproca), Luis Fernando Villanueva, confirma unas grandes expectativas “en cantidad y calidad” por la “buena cría” de las especies cinegéticas.
A pesar de las altas temperaturas con que se ha iniciado el otoño, espera un “año muy bueno” en todas las provincias de la comunidad, especialmente en Ciudad Real, de gran tradición cinegética, con el jabalí como especie “estrella” en las zonas de más caza mayor como Montes Norte, Valle de Alcudia y Sierra Madrona, y las comarcas de Montiel y Mancha como escenarios de la caza menor.
Comercialmente, según Villanueva, seguirá el “repunte” económico de los últimos años, con unos beneficios de más de 630 millones en la región, y confía en que “redunde positivamente” en un sector que fue muy castigado en los años de crisis.
Explica que el modelo en el último lustro ha ido cambiando en Castilla-La Mancha, y los grupos de extranjeros, principalmente de Francia y también de los países del Este, incluso de Estados Unidos, han perdido interés por la perdiz con ojeo, y están más seducidos por participar en las monterías tradicionales, “exclusivas de España”.
El calor y las escasas lluvias de las últimas semanas han hecho “flojear” la berrea (el proceso de apareamiento de los ciervos), que hará el balance en esta época “sea irregular”.
En caza menor, la perdiz roja con reclamo, cuya caza estará permitida entre el 23 de enero y el 5 de marzo, ha criado “muy bien” y además ha contado con pasto para refugiarse y prevenir su predación como presa de jabalíes, por lo que para los cazadores “será un buen año”.
Por su parte, el conejo se ha convertido en una especie “complicada” por las plagas en las comarcas agrarias y apenas presencia en las “históricas” donde forjaron sus hábitats.
Villanueva ha mostrado la preocupación de los socios de Aproca por enfermedades que “afectan al desarrollo la actividad cinegética” como la mixomatosis en la liebre, la peste porcina africana, que afecta a los cerdos tanto domésticos como salvajes y que podría tener consecuencias graves a nivel de comercialización, y la tuberculosis bovina en jabalí o ciervo.
Respecto al marco normativo prevé que el futuro reglamento que desarrollará la nueva Ley de Caza recoja las aportaciones de Aproca y del sector cinegético regional, que durante su tramitación ha sido muy crítico con algunos artículos.
Media veda
Sobre el balance de la media veda de la tórtola común, paloma torcaz, zorro y urraca (entre el 21 de agosto y el 21 de septiembre) y codorniz (entre el 21 de agosto y el 15 de septiembre) ha sido, tal y como esperaban, “bastante bueno”, ha sostenido Villanueva.
Entre otras causas climatológicas y medioambientales, se ha notado positivamente el retraso en las cosechas, que “ha permitido que la reproducción se haya mantenido” en tórtola y codorniz y haya tenido “menos presión cinegética”.
La paloma torcaz, “que se ha convertido en sedentaria, ha representado el 80 o 90% de los ejemplares abatidos.
Buenos trofeos
Manuel Aranda, el delegado provincial de la Federación de Caza, con unos 5.500 federados, habla igualmente de una campaña “buena”, aunque será “mejor en unos sitios que en otros”.
En perdiz, “la reina” de la caza menor, hay buenas perspectivas porque “han criado bien” y se prevé una temporada “aceptable”, mientras que el conejo “será más desigual” porque sigue causando daños en La Mancha, y se está extinguiendo en espacios tradicionales como los núcleos de montes o el Campo de Montiel.
En caza mayor, “esperamos un excelente año en jabalí y ciervo”, y también unos trofeos “bien desarrollados”.
En la región, recuerda Aranda, hay 15.000 federados, más de un tercio en la provincia de Ciudad Real, tras una ligera recuperación de altas y de licencias.
