El sector cinegético, uno de los ámbitos más castigados por la pandemia del coronavirus, encara desde este viernes, 8 de octubre, la nueva temporada 2021-2022 con perspectivas optimistas. Miles de cazadores se preparan en Castilla-La Mancha, principalmente en la provincia de Ciudad Real, para iniciar esta práctica deportiva, tanto en la modalidad mayor como menor, sin restricciones de movilidad, aunque respetando el protocolo cerrado entre las entidades organizadoras y la Administración.
Portavoces de distintas asociaciones esperan recuperar la máxima normalidad posible en un ámbito económico que genera más de 6.500 empleos fijos y unos 1.700.000 jornales anuales, y que el año pasado registró grandes pérdidas. En concreto, las empresas de organización de eventos sufrieron descensos en su actividad de entre el 85 % y el 95 %, según un estudio de la Fundación Artemisan sobre el impacto de la Covid-19 en el primer año de pandemia.

Las fuentes consultadas estiman una campaña positiva, pues la deseada recuperación de la actividad viene acompañada de un escenario natural óptimo, con una buena cría de las distintas especies, y un entorno propicio para una práctica que en Ciudad Real atrae a decenas de cazadores de otros países.
Desde la Asociación de Propietarios Rurales para la Gestión Cinegética y Conservación del Medio Ambiente (APROCA), su presidente, Luis Fernando Villanueva, prevé un gran año, con beneficios que, según sus balances, “compensarán las pérdidas en la gestión”.
El campo, explica, cuenta con altas densidades de poblaciones de animales a abatir, entre otras razones por la bajada de actividad de hace un año, aunque existe “un alto grado de responsabilidad” en el control de las especies por parte de los cazadores.
En caza mayor (la veda está abierta hasta el 28 de febrero de 2022), con sus principales especies, jabalí y ciervo, la calidad de las cuernas vendrá marcada a la baja en las zonas afectadas por la tormenta Filomena, principalmente en las comarcas ubicadas entre Toledo y Ciudad Real. Las temperaturas bajo cero disminuyeron “los aportes nutritivos” en unos “días que fueron muy duros”.
Respecto a las especies de caza menor, la sequía en algunas zonas como el Campo de Montiel ha afectado a algunas familias voladoras, a la espera de que con la llegada de las primeras lluvias “puedan comer más y tener mejor vuelo”.

El conejo de monte, coincide este portavoz, es muy irregular, con abundancia “donde no lo quieren” y apenas presente en “donde lo quieren”.
En este ámbito, la caza de la perdiz ¡está muy controlada”, a tenor de los distintos programas de control en los que se “hace un esfuerzo grande por conservarla”. Los titulares de fincas y los cazadores “son conscientes de que hay que hacer un censo”, y aplican sistemas de autorregulación en sus planes de gestión para “conservar la especie”. La propia orden de veda contempla límites de no más del 30% de los censos a abatir, con el cuidado de no tirar a las madres, garantes de la cría y subsistencia de la especie.
Con todo, Villanueva reitera la necesidad de controlar las poblaciones cinegéticas para “evitar accidentes de tráfico” por sobreabundancia, evitar daños en la agricultura, contribuir a la sostenibilidad del medio rural, amén de las “decenas de miles de jornales directos e indirectos que se crean en los pueblos cercanos a las fincas y espacios cinegéticos”.

Consumo de carne de caza
Villanueva también muestra su “preocupación” por los precios de la carne de caza, pues apenas han variado entre los 1,35 euros el kilo del año pasado y los 1,45 euros el kilo con que ha arrancado la temporada este año, tras la consignación de la primera lonja. “Nos preocupa la situación por los perjuicios para los productores, que no compensan los costes de recogida de los animales”.
Este subsector fue uno de los principales afectados por la pandemia, dado que se consume casi al 100 % en hostelería, restauración y empresas de catering. Las limitaciones impuestas hicieron que registrara “un descenso directo y acusado, tanto en el mercado nacional como en el de la exportación”, según el análisis de la Fundación Artemisan.
El portavoz de los grandes productores cinegéticos espera que “el mercado se regule”, gracias, entre otros factores, a la labor que realiza la interprofesional de la carne de caza (Asiccaza) con campañas de promoción. “Son necesarias, indica Villanueva, sobre todo para el ámbito nacional, donde tan solo se consume el 10% de este tipo de carne.
Federación de caza: se prevé una buena temporada
Similar previsión hace Manuel Aranda, presidente Federación de Caza de Ciudad Real, con mejores perspectivas que la temporada precedente por las limitaciones sanitarias.
En la modalidad de especies menores, que practican los fines de semana la inmensa mayoría de los 5.000 federados de la provincia, el escenario “varía” dependiendo de las familias.
Sobre los conejos, “es abundante en La Mancha”, incluso “rozando la plaga”, mientras escasea en las zonas de los montes, y en puntos del norte del Valle de Alcudia y Sierra Madrona “está prácticamente extinguido”. Las poblaciones, por tanto, son “muy irregulares”.
La liebre sigue en recuperación de sus densidades, con poblaciones diezmadas por la mixomatosis. Aranda pide que “se tire lo menos posible” para favorecer su “lenta” mejoría.

La perdiz, por su parte, estará más medida, pues “en principio las polladas fueron buenas”, aunque posteriormente “han ido mermando”. Por ello, Aranda confía en la “prudencia de los gestores para que los cazadores abatan lo justo y menos”.
En caza mayor, los números “son más halagüeños”. La Federación de Caza ciudarrealeña prevé “una buena temporada de jabalí, muy abundante”, así como en ciervo “también esperamos calidad en los trofeos” por la “buena cantidad”.
El campo también ofrece un medio óptimo para la actividad, tras las lluvias de septiembre, que “han ayudado a que crezca bastante hierba”, muy importante “para que especies como la perdiz cojan fuerza”.
Aranda también celebra la relajación de las restricciones, y que este año puedan volverse a celebrar “juntas de montería, desayunos o comidas”.
Supondrá la recuperación de la caza comercial, tras “el nefasto año que vivió”, y que también repercutió en pueblos muy vinculados a esta actividad, con sus sectores de “hostelería, guarnicionería, o estaciones de servicio”.
“Es positivo para todos”, sostiene, pues beneficia a importantes comarcas de la provincia como el Campo Montiel (hay más tradición de caza menor) y el Valle de Alcudia y Montes Norte (caza mayor).
Respecto a la media veda, entre el 21 de agosto y el 21 de septiembre para la paloma (torcaz y bravía) y urraca, y hasta el 15 de septiembre para la codorniz, “ha sido aceptable en la provincia” para la primera especie, y menos positiva para la segunda, teniendo en cuenta su poca densidad en algunas zonas.
Buena medida
Aranda también valora como “buena medida” el anuncio realizado por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, este miércoles en el debate del estado de la región, sobre la supresión de las tasas de licencia a la caza y la pesca.
“Es una buena medida”, asegura, aunque “no me gustaría que se quedara en palabras”. Aranda aplaude este “ofrecimiento de los políticos”, sobre todo para “los cazadores modestos, de los pueblos”.
Obligaciones y recomendaciones
Todos los cazadores y participantes en monterías, orgánicas y otras convocatorias del sector en Castilla-La Mancha tendrán que cumplir las obligaciones y seguir las recomendaciones del protocolo que han cerrado la Junta de Comunidades y el sector cinegético para la temporada de caza 2021-20122.
Incluye obligaciones como la prohibición de participar con síntomas Covid-19, la utilización de mascarilla en recintos cerrados y en el exterior cuando no se pueda mantener un metro y medio de distancia.

También recomienda solicitar certificado de vacunación a todos los asistentes, llevar un listado con todos los participantes (cazadores y personal auxiliar) que incluya datos de al menos nombre y apellidos, dirección y teléfonos de contacto, respetar la distancia interpersonal mínima de un metro y medio en caso de interacción con otros cazadores diferentes del núcleo familiar.
También aconsejan a los organizadores de eventos que hagan entrega de Epis a todos los auxiliares de la cacería, incluidos guantes en caso de manipulación de piezas abatidas, y que los desplazamientos a los puestos cumplan las condiciones sanitarias. Igualmente, recomiendan a los cazadores que hagan fotos en el monte evitando su acceso al lugar de evisceración, y no llegar al 100% del aforo en sitios cerrados.
50 preguntas y respuestas sobre la caza para no cazadores
La Fundación Artemisan acaba de publicar el manual ‘Preguntas y respuestas sobre la caza en España, un acercamiento de la caza para los no cazadores’. El objetivo del material es hacer llegar el contenido y todo lo que rodea a la actividad cinegética de una forma sencilla y divulgativa al público general.
Se trata de un documento que recoge en un atractivo formato de preguntas y respuestas cortas, según la entidad, aspectos generales sobre la caza, como datos de las especies cinegéticas, los propios cazadores y la práctica de la actividad. También ofrece razonamientos sobre la caza como elemento de conservación, su importancia social, económica y cultural y los desafíos y oportunidades que afronta.
Con este documento, editado en castellano e inglés, la Fundación pretende cubrir el vacío de información objetiva y pedagógica sobre la actividad en general. Aborda, así, su terminología, periodos, regulación, objetivos, cifras y en general todo lo que rodea a la caza y a los cazadores.
Pretende contribuir a ofrecer una mejor información sobre el sector, y por ello lo han concebido como un manual “de referencia” para profesionales de la comunicación que escriben sobre el sector, personal del ámbito educativo, estudiantes, gestores, y para las personas interesadas en la caza, en la naturaleza, en el medio rural y en las actividades y costumbres características de este entorno.
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