El sector de la Construcción fue uno de los más castigados en España durante la crisis, especialmente en provincias como la de Ciudad Real, donde el porcentaje de trabajadores llegó a superar el 20% sobre el total de ocupados.
Sólo en el segundo trimestre de 2008 se contabilizaron 38.500 empleados, según la EPA, frente a los 14.900 registrados entre abril y junio de este año, una década en la que ha desaparecido el 61% de los puestos de trabajo.
Afortunadamente, esta realidad ha ido cambiando con una lenta recuperación desde los mínimos de 2014 (11.900 trabajadores), y datos para la esperanza en el nuevo curso que se abre en este último cuatrimestre de 2018, con unos niveles sostenidos de contratación, y a la espera del repunte en la licitación pública.
Así lo consigna el presidente de la Asociación de Empresarios de la Construcción de Ciudad Real (APEC), Manuel Carmona, que reconoce la estabilización y mejora trimestre a trimestre de las cifras de ocupados y parados en el sector, “cada vez más cerca de lo que estimamos que debería ser una actividad normal”.
Para Carmona, la bajada en diez puntos porcentuales de ocupación desde la época del boom inmobiliario (20%) y actual 10%, no es óbice para que el sector haya mantenido su fortaleza y dinamismo “y a fecha de hoy siga dando empleo en la provincia a alrededor de 15.000 trabajadores”.
Sigue siendo, a su juicio, “un motor de la economía de Ciudad Real”, una provincia “que además exporta mano de obra a otros territorios de nuestro alrededor y en especial a Madrid”.
Respecto a la licitación pública, una de las dos líneas principales de actividad, Carmona explica que “la inversión pública depende mucho de la voluntad de las administraciones”, así como está ligada a la aprobación de presupuestos, que tantos problemas y retrasos por el panorama político sufre”.
Por ello, apela a la “tranquilidad institucional”, con el fin de que los planes de inversión pública se cumplan, tras el parón que ha supuesto la entrada en vigor de la nueva ley de contratos y la adaptación de las administraciones a la misma.
“Esperamos que de aquí a final de año, y más llegando fechas electorales, se recupere”.
Como referencia en positivo, Carmona señala a la Diputación Provincial como una administración “que apuesta decididamente por este tipo de inversión que redunda en la mejora de calidad de vida e infraestructuras de nuestros pueblos”.
“No es una apreciación, agrega, sino que se constata con los datos en la mano”.
En cuanto a la vivienda, la otra pata del sector, reitera que depende mucho “del mercado de trabajo y de la seguridad económica de las familias”.
En la actualidad, con menos desempleados la demanda se ha activado “aunque en menor medida”, pero “todavía muy lejos de unos números aceptables y por supuesto de la cifras que estamos viendo desde hace tiempo en las grandes capitales”.
En cualquier caso, “después de haber marcado mínimos históricos en cifras de compraventa, la esperanza es que en próximos tiempos solo podemos mejorar en ventas y acercarnos más a una actividad normal”, apunta.
Respecto al convenio colectivo provincial de la Construcción y Obras Públicas, firmado recientemente con una subida anual del 2%, Carmona recuerda que se suscribe a nivel nacional y luego se traslada a cada provincia.
“Ha sido siempre un ejemplo, a mi entender, de responsabilidad en la negociación entre las organizaciones empresariales y sindicales, en el sentido de que cuando ha habido que hacer subidas importantes las ha habido y cuando han llegado los momentos difíciles ha habido contención y responsabilidad por ambas partes”.
Recuerda que e nlos últimos años, ha habido ejercicios con repuntes salariales, sin subidas en los coincidentes con la dureza de la crisis, y ahora cuando “el sector vive una leve mejoría se ha alcanzado este acuerdo del 2%, que entendemos puede ser adecuado y responsable por la situación general”.
Como en todas las negociaciones, “una parte pide más y otra menos, pero el acuerdo final ha podido satisfacer a ambas partes”, señala Carmona.