“Una ciudad con grúas trabajando, es una ciudad con su economía viva“. Esta no es una frase que se encuentre googleando, pero responde perfectamente a las consecuencias que se generan cuando estos gigantes de hierro comienzan a rotar como si fueran girasoles de verano, que dan vuelta buscando los rayos de sol. Y algo debe estar cambiando en las principales ciudades de la provincia de Ciudad Real, cuando de nuevo, empiezan a ser protagonistas entre paisajes que habían estado desiertos durante años.
Una de las personas que mejor conoce el sector de la construcción en Ciudad Real es el presidente de la patronal, Manuel Carmona, que explica que “desde hace algún tiempo el sector viene teniendo una actividad muy aceptable y constante en el tiempo, en el sentido de que si bien le están afectando como al resto de sectores el contexto económico de incertidumbre que vivimos, mantiene unos buenos datos en volumen de obra y en empleo creado”.
Quizás ese repunte también se debe a la cercanía del proceso electoral del mes de mayo, que obliga a los políticos a sprintar para presentar las guindas a sus proyectos políticos, con el objetivo de recordar lo que se ha venido haciendo durante cuatro años de legislatura. En este sentido, apunta Carmona, “al tratarse de un sector que en buena parte depende de la inversión pública, cuando llegan los periodos electorales se nota, pues las licitaciones públicas suelen llegar en mayor medida en la última parte de legislatura”.
De hecho, la cercanía del sector de la construcción y de la política se ha dejado notar, cuando debido a los nuevos tipos inflacionistas, muchos de los contratos de obras públicas han quedado desiertos o paralizados; convirtiéndose en una causa común para reactivar proyectos que no podían estancarse en el tiempo. “Lo que más se ha notado han sido las diferentes medidas adoptadas por las administraciones y que respondían a una reivindicación del sector: ajustar y adaptar los presupuestos de las licitaciones a la realidad actual, pues muchos habían quedado desfasados, así como revisar los precios de las obras en ejecución, de forma que respondan al incremento real de precios experimentado en los dos últimos años. Cuando una obra se queda desierta sólo responde al hecho de que las empresas que estudian las obras para licitar a ellas entienden que no es viable desde el punto de vista económico. Por ello, cuando pasa, es necesario que de la forma más ágil y urgente se revise ese presupuesto conforme a los precios de mercado. Ninguna empresa va a rechazar o paralizar una obra si no es por un motivo fundamentado”.
El presidente de la patronal de la construcción se felicita de los buenos datos de empleo que en estos momentos el sector está siendo capaz de mantener en el tiempo. “La construcción en la provincia de Ciudad Real es uno de los grandes motores de empleo. Tradicionalmente Ciudad Real ha estado siempre entre las tres provincias de España donde más peso ha tenido el sector de la construcción sobre el total de trabajadores, llegando en algunos momentos a principios de los 2000 a tener casi un 25% de trabajadores ocupados sobre el total. Está claro que estos datos se han normalizado, y ahora hablamos del entorno de un 10%, sin duda más proporcionado, pero por encima de la media nacional”.
La incertidumbre y la subida de las materias primas los dos grandes problemas de la construcción
En estos momentos, para el sector uno de los principales escollos es la subida del precio en las materias primas. “Este incremento, con datos de finales de 2022, significa que por ejemplo las obras de carreteras han tenido un incremento medio de un 40% o las de edificación de entre un 20-25%. Ahora parece que esa subida se ha moderado, pero ello no puede hacernos pensar que la situación ha vuelto a la normalidad, pues lo que se ha moderado es la subida pero seguimos en precios disparatados. Esto hace que si no se revisan los precios de las obras, algunas resulta inviable ejecutarlas pues se hace a pérdidas. Por ello, la única forma de afrontarlo es revisando los presupuestos y los precios para que se adecúen a la realidad del mercado”.
Como en el resto de sectores, la mayor preocupación es la incertidumbre económica en el contexto global, con una alta tasa de inflación y el precio de la energía y materiales disparado. A ello se suma la subida de los tipos de interés, que afecta al mercado inmobiliario. A la lista de problemas, añade Carmona, “debemos añadir el problema de la falta de mano de obra cualificada en determinados oficios o categorías, que hace que las empresas no puedan asumir en algunos casos un mayor volumen de obra”.
Pese a ello, las previsiones del sector para este año, apuntan a mantener la tendencia de los últimos años y mejorarla en las medidas en que se reactiven algunas ayudas a la promoción y la compra de vivienda. “En el subsector de la reforma y rehabilitación está claro que las perspectivas son buenas, por cuanto los fondos europeos están relacionados íntimamente con este ámbito, y hay mucho trabajo por desarrollar. Y respecto a la obra civil y obra pública, éste será un buen año y confiamos en que se pueda mantener esta tendencia”, sentencia Carmona.
Construcciones Aguilar ejemplo de constructora en alza
Una de las grandes empresas de construcción en la provincia de Ciudad Real es Construcciones Aguilar, su gerente, Miriam Aguilar, destaca que desde que comenzó la pandemia en 2020, “hemos tenido que reestructurar bastante cosas y ajustarnos al nuevo mercado”.
“Sobre todo con el estallido de la guerra y la subida disparatada de precios, tuvimos que paralizar algunas obras porque la inflación ha sido constante e indefinida y eso nos ha afectado en los plazos; pero finalmente hemos sacado adelante proyectos como el que estamos ejecutando en Obispo Rafael Torija para cumplir con nuestros clientes y nuestros compromisos adquiridos”.
Ahora mismo el sector de la construcción, explica Aguilar, “se ha estabilizado y podemos tener un punto de partida más seguro, que es muy necario para desarrollar los proyectos, pensando en los potenciales clientes cuyo techo de gasto existe y siempre está limitado”.
Aunque el precio de la vivienda ha crecido, la gente ha vuelto a apostar por la compra de ladrillo como inversión alcista. “La vivienda ha subido, pero sigue siendo un valor seguro. Mucha gente deposita sus ahorros en este tipo de inversión con el objetivo de alquilar, dada también la poca rentabilidad que ofrecen los bancos”.
Así, concluye la gerente de Aguilar, sus previsiones para este año “son buenas y esperemos que a medida que vayan pasando los meses se regulen los precios y favorezca el crecimiento de obra nueva”.
Barahona Obras y Servicios traslada su sede central a Manzanares
Durante los últimos años una de las empresas constructoras que más ha crecido en la provincia de Ciudad Real ha sido Barahona Obras y Servicios, con una trayectoria de más de 45 años, en las que ha ido reconvirtiéndose y creciendo desde su nacimiento en Moral de Calatrava.
Su gerente adjunta, Irene Barahona, observa que uno de los grandes problemas del sector de la construcción es el de la falta de mano de obra. “Desde que comenzó la crisis del ladrillo, muchos oficiales y personas que se dedicaban a la construcción o bien se han jubilado o bien se han cambiado de sector”. Actualmente, una de las grandes trabas para ajustar los plazos de entrega “es la falta de personal cualificado en todas las fases de los proyectos de obra”.
Por ello, el sector también se ha visto obligado a reconvertirse. “Nuestra expansión en Manzanares tiene mucho que ver con el desarrollo de las plantas fotovoltaicas en la localidad y la construcción de las mismas. Entendemos que es un sector en auge en el que podemos seguir creciendo”.
Después de varios años barajando la posibilidad de cambiar la sede social, este 2023 ha sido el momento decisivo para que Manzanares albergue sus oficinas centrales, donde este año ya contemplan numerosos proyectos de obra pública, como los que ya se han entregado en municipios como Olías del Rey, Tomelloso o Ciudad Real, donde han ejecutado las obras del mejora del centro social Pío XII.
En plantilla Barahona cuenta con casi un centenar de personas, que “durante periodos de máxima actividad crece en otros 20 o 30 trabajadores subcontratados”.
En definitiva, el sector de la construcción goza de buena salud y es posible, que si finaliza el conflicto armado en Ucrania, vea repuntar algunas de las previsiones para este año, que ya de por sí son optimistas comparadas con la de los últimos años.
