Amor por la enseñanza y por un territorio que, como otros del país, se despuebla destila la última novela de Rafael Cabanillas, ‘Valhondo’, que está cosechando tan excelentes críticas como sus dos procedentes, ‘Quercus’ y ‘Enjambre’, mostrando la riqueza natural y cultural del corazón ‘virgen’ de la Península Ibérica y las reivindicaciones, calamidades y anhelos de una población con ánimo de prosperar y de justicia social.
Pregunta.- ¿Qué ocurre en Valhondo?
Respuesta.- El desnudo integral del autor.
P.- ¿Tiene algo de Macondo?
R.- Claro, la rima consonante y el paralelismo con el realismo mágico de la novela hispanoamericana. Y mi deseo de haber creado también un universo literario como hicieron mis maestros García Márquez y Juan Rulfo.
P.- ¿A dónde lleva al lector esta tercera parte de ‘En la raya del infinito’?
R.- Valhondo es la novela que cierra la trilogía ‘En la raya del infinito’, novelas que se leen de manera independiente, pero que comparten un mismo espacio, los Montes de Toledo, Cabañeros, y una tipología de personajes: los habitantes de esas sierras. ‘Quercus’, la primera, aborda el tema de la lucha contra el abandono y la injusticia de los poderosos; ‘Enjambre’ es un canto a una forma de vida armoniosa que ama y cuida la naturaleza, y está última, ‘Valhondo’, trata sobre la educación en las zonas rurales y la desigualdad de oportunidades.
P.- ¿Cuando hablas de “desnudo integral” es porque tiene mucho de autobiográfica esta tercera entrega?
R.- Efectivamente, así es. Como a todos los lectores nos mueve la curiosidad por conocer al propio autor y ‘Valhondo’ es mi propia vida. El protagonista se llama Rafael y su novia Amparo.
P.- La enseñanza es uno de los pilares de la novela.
R.- Ser maestro en una escuela unitaria, con 25 chavales para ti solo, en una aldea en la que la única casa con agua corriente es la del maestro… curte de manera radical. Obligándote a innovar, a tirar de imaginación, utilizando metodologías basadas en la cooperación y en crear el gusto por aprender. En el caso de ‘Valhondo’, el modelo es la escuela Yasnaia Poliana de León Tolstói. Todo un referente literario y pedagógico.
P.- ¿Por qué recomiendas leerla?
R.- ‘Quercus’, que ya va por la séptima edición, provoca en el lector un gran impacto, y ‘Enjambre’, por la tercera edición, gusta mucho por poner en valor la humildad y la sencillez. Sin embargo, algunos críticos literarios ya han dicho que ‘Valhondo’ es la más bella de las tres. Que tiene un encanto especial al poner en valor la candidez de la infancia, el amor de esos niños de la sierra. También se ha dicho que es el libro que deberían leer todos los enseñantes y los padres para aprender a educar a sus hijos.
P.- ¿Y por qué valorar más y visitar los Montes de Toledo?
R.- Si el abandono y el olvido secular de esas sierras, solo puestas en el ‘punto de mira’ de los grandes latifundistas cinegéticos, ha tenido un beneficio, ha sido el de mantener su virginidad. Es triste decirlo, pero es así. Una tierra de una belleza extraordinaria y de una cultura que no se había puesto en valor. Los Montes de Toledo con Cabañeros son la verdadera ‘isla del tesoro’ de la Península Ibérica. Estaba oculta, escondida, y ahora la estamos sacando a la luz a través de la literatura.
P.- Se han creado rutas en torno a la trilogía.
R.- Así es. Y lo bueno y maravilloso es que ha sido a petición de los lectores. ¡Algo increíble! Los lectores de ‘Quercus’ querían conocer y visitar los parajes donde se desarrolla la novela. Seguir las huellas y los ecos de Abel y Lucía, sus protagonistas. Primero fue la Universidad de Alcalá de Henares y, a partir de ahí, los Clubes de Lectura de bibliotecas de Castilla La Mancha y de España. Tenemos decenas de peticiones para esta primavera. Hacemos los encuentros en Navas de Estena, en el granero que tan generosamente cede el Ayuntamiento, recorremos la Ruta Quercus en el Parque Nacional de Cabañeros y almorzamos en los restaurantes de la localidad. 90 comensales en uno y 60 en otro, con lo que supone como aliciente económico para estas zonas que sufren el problema de la despoblación.
Con la novela ‘Enjambre’, nombre de la aldea perteneciente a Anchuras, también hay ya bastantes peticiones.
P.- ¿Cómo están estimando los habitantes de la zona la repercusión de estas novelas?
R.- Se sienten orgullosos. Sus voces estaban silenciadas. Han estado gritando a lo largo de la historia y no les escuchaban. Ahora esos libros son su altavoz. Los vecinos acuden a los encuentros, se alegran de ver cómo profesores de la Universidad de Alcalá, por ejemplo, acuden haciendo 400 kilómetros para seguir las huellas de un libro que sienten muy suyo. Igual que saben valorar el incentivo económico que supone que acudan un sábado 200 personas a su pueblo: desayunos, compras de los productos locales, comidas copando los restaurantes… Porque cada una de esas 200 personas se va encantada y volverá con amigos y familiares. Y éstos ya seguro que se quedan, pernoctando, todo el fin de semana. El Ayuntamiento de Navas de Estena, reitero, supo ver enseguida el potencial y está colaborando y dando todas las facilidades.
P.- ¿En quiénes te has inspirado para los personajes de cada libro?
R.- Son obras de madurez, de ir empapándote como una esponja a lo largo de una vida, que ahora salen de golpe, combinando y mezclando historias. Pero, fundamentalmente, son personajes, con algunos cambios y adaptaciones de ficción, sobre la gente de esas sierras.
P.- Hay un relevante rescate de costumbres y vocabulario.
R.- Es que la lengua es la mayor riqueza cultural del ser humano. Y cada palabra de ese vocabulario una joya. No se entiende que preservemos el patrimonio arquitectónico y dejemos que se pierda el patrimonio lingüístico. Igual que las costumbres que son nuestras raíces. Lo peor de la despoblación no sólo es que la gente se vaya. Lo peor es que ese éxodo se lleva también las palabras, las costumbres y la forma de vida. Para no regresar. Muertos en vida.
P.- ¿Qué crees que es lo que más atrapa de estas novelas?
R.- A los lectores y lectoras les gusta sentirse identificados en esas historias. Son sus historias. Sus vidas. Las suyas de niños, las de sus padres, las de sus abuelos. Sus sueños y sus emociones. Sus ansias y sus luchas. Porque, además, son universales, y valen para los habitantes de los Picos de Europa, de la cordillera de los Andes o las Annapurnas de Nepal.
P.- ¿Cómo revertir la despoblación en estas zonas del país?
R.- Es muy complicado, porque son problemas estructurales que tienen que ver con el modelo económico y social. No soy experto, pero me fijaría en países como la vecina Francia, Austria, Suiza… donde no se está produciendo este fenómeno con la virulencia que en España. Los movimientos migratorios siempre han perseguido un objetivo: pan. Nadie se marcha de la tierra que ama por placer. Te marchas si no tienes qué comer. Por tanto, la solución pasa por trabajo y servicios.
P.- Han comparado estas novelas con obras de Miguel Delibes, Camilo José Cela y Jesús Carrasco.
R.-Es mi mayor orgullo. Comparar mi trilogía con ‘Los santos inocentes’, ‘La familia de Pascual Duarte’, ‘Intemperie’… ¿Qué quieres que te diga? Me siento abrumado. Ellos sabrán por qué lo dicen. Yo lo único que puedo hacer es dar las gracias, a los críticos, a los medios de comunicación y, sobre todo, a los lectores. Porque el éxito de ‘Quercus’, ‘Enjambre’ y ‘Valhondo’ se basa en el boca oído, exclusivamente. Y no en invertir miles y miles de euros en márketing de la llamada ‘industria’ editorial. Por eso mi agradecimiento es doble, triple…
P.- ¿En qué nuevo proyecto estás inmerso?
R.- Le comenté hace unos meses a uno de mis consejeros literarios que me apetecía cambiar de registro. Y me dijo: ‘Si vas escribir, por ejemplo, que el taxi salió chirriando las ruedas, soltando un humo que se confundía con la niebla de la farola, mientras por el cristal lanzaban un cigarrillo que al contacto con el asfalto soltó chispas como centellas… te diré que es muy bello. Vale, sí. Pero que igual que tú, lo escribirían, incluso mejor, miles de aspirantes a escritor. Sin embargo, escribir sobre esos encinares, alcornocales, querigares cuajados de esa otra niebla, y de sus moradores, sólo lo haces tú. Te has convertido en su voz. Por tanto… sigue !!’
Y en ello estoy. Mi nueva novela se llamará ‘Maquila’.
