El plan de recuperación de las Tablas de Daimiel acordado por los gobiernos central y de Castilla-La Mancha en una comisión a primeros de marzo ha echado andar este miércoles en Daimiel con la primera reunión de los tres grupos técnicos de trabajo sobre agua, restauración ambiental y desarrollo socioeconómico.
Se inicia así el trabajo de campo para desarrollar un plan que garantice la supervivencia del humedal, afectado por la sobreexplotación de los acuíferos del Alto Guadiana, y la actividad socieconómica, ligada precisamente a la agricultura de regadío.
“Encontrar medidas que permitan compatibilizar agricultura y medio ambiente es complejo, pero no imposible, y en esa tarea están los equipos negociadores, que afrontan el reto con la mejor actitud, “pero no a cualquier precio”, según el vicepresidentes segundo del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Manuel Caballero. “El Alto Guadiana no es Doñana ni el Mar Menor, en Doñana son mil hectáreas de regadío aquí hablamos de 300.000 que afectan a cuatro provincias de Castilla-La Mancha”, ha remarcado.
En cada grupo de trabajo hay tres o cuatro representantes de los gobiernos de España y Castilla-La Mancha que analizarán su parcela y plantearán alternativas. No habrá propuestas a corto plazo, “seremos más lentos de lo que nos gustaría porque conviene ir seguros y tomar decisiones para el futuro”.

“No podemos fracasar”
Caballero reconoce que sobre la situación de los acuíferos del Alto Guadiana se actúa desde hace más de treinta años, y sabe de la dificultad, pero cree que muchas medidas “no se han podido desarrollar con plenitud, esta vez no podemos fracasar”.
El trabajo de estos grupos será la base de unas medidas que pretenden contar con las organizaciones sociales, agrarias y ecologistas, y con los ayuntamientos afectados. “Somos conscientes de la importancia de las Tablas de Daimiel pero también de los hombres y mujeres que viven en el Alto Guadiana”, dice el vicepresidente segundo.
Trasvases puntuales, “sí”
Al Gobierno regional le parecen bien los trasvases puntuales a las Tablas de Daimiel, ha respondido Caballero, que sabe de lo efímera de la situación actual del parque nacional con 623 hectáreas encharcadas de 1.500 posibles y el río Gigüela aportando agua de manera natural.