“Somos como el cajón de sastre, le servimos a la comandancia de la Guardia Civil de Ciudad Real para todo”
Belén Rodríguez
Ciudad Real
Ya están bien e incorporados al trabajo. Los siete guardias civiles heridos en el registro de una vivienda de Argamasilla de Calatrava en la que buscaban armas y recibieron disparos, “cosas que pasan”, asumen, pertenecen a la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic) de la comandancia de Ciudad Real. Un cuerpo “de respuesta rápida”, formado por gente deportista y experimentada (muchos vienen del grupo especial GRS) para prevenir delitos y reforzar la seguridad ciudadana, que en diez años de existencia como unidad se han convertido en imprescindibles para combatir la delincuencia.
Se estrenaron con las inundaciones de Villarrubia y Alcázar en 2007, son responsables de las mayores incautaciones de droga en ese gran corredor que es la Autovía de Andalucía, “pacificaron” Piedrabuena en los disturbios de mayo de este año y han hecho un centenar de entradas y registros como el de agosto en Argamasilla, en el que según el sargento primero Alberto Ramírez no pasó nada fatal por su preparación y los medios de los que disponen. “En cualquier domicilio entramos pensando que puede haber armas de fuego”, explica, “en esa operación, que hicimos para asegurar a la brigada de policía judicial, llevábamos chalecos balísticos y los medios necesarios y, claro, el primer componente entró con el escudo balístico y recibió los impactos [de cartucho de postas]”.
El alferez Ricardo Astilleros, jefe accidental de la Usecic, también estuvo allí y corrobora las palabras de “su segundo”, “le podía haber pasado a cualquier otra unidad”, apostilla. Él mismo estuvo unos diez días de baja y afirma que no se hizo nada distinto. Los agentes, con la correspondiente autorización judicial como era el caso, entran por la fuerza en una casa en la que saben que hay moradores, se identifican como guardias civiles, aseguran el inmueble, y hacen el registro, “uno más”.
Al final todo salió bien, o casi. El autor de los disparos fue reducido y detenido (resultó herido, nada irreversible) y los siete guardias lesionados pueden contarlo y seguir con un trabajo exigente, intenso y “muy satisfactorio”, en opinión del sargento Ramírez.
La comandancia de Ciudad Real fue pionera en 2007 en la creación de estas unidades que han proliferado en el resto de provincias desde entonces. Esta Usecic recibió hace poco la felicitación del delegado del Gobierno por su actuación en Argamasilla y su trabajo cada vez es más valorado y reclamado.
“Somos como el cajón de sastre, le servimos a la comandancia para todo”, señalan los oficiales.
Con unos 24 componentes fijos en ese para todo se incluye su presencia para reforzar la seguridad en diferentes demarcaciones, puestos y compañías; “donde el jefe de la comandancia considera que somos necesarios”. En esta época, temporada de campaña de vendimia y almendra, se les ha visto en caminos de Granátula de Calatrava para prevenir robos. “Nuestras operaciones más habituales son los dispositivos operativos [controles] en zonas donde la unidad es necesaria o donde se considera que ha habido un incremento de delincuencia, muchas veces en el campo. Entradas y registros, orden público, fiestas y acontecimientos en los que se produzca una gran concentración de masas”.
También están preparados para responder en caso de que se declare una “alerta NBRQ”, es decir: ataque o incidente nuclear, radiológico, bactereológico y químico, algo que por ahora sólo han visto en simulacros, y a veces se les requiere para servicios humanitarios (en diciembre auxiliaron a dos menores en un incendio en La Solana).
Con todo, la ciudadanía los identifica por su impactante presencia en controles de carretera antiterroristas (estamos en alerta cuatro) y contra las mafias de la droga en la A-4, la A-41, carreteras de doble sentido “y donde nos manden. Somos una unidad de respuesta muy rápida. Tenemos compromiso de estar disponibles en cualquier servicio en poco tiempo”.
La planificación difiere de un día a otro y de un año a otro, y siempre viene determinada por las instrucciones de la jefatura de la comandancia, en función de las necesidades.
La grandes aprehensiones de droga llevan el sello de la Usecic
Creada para para reforzar la seguridad ciudadana, la Usecic se ha convertido en el grupo de impacto de la Guardia Civil de Ciudad Real. Aparecen casi de la nada a cualquier hora y en cualquier momento en una carretera. Se despliegan en cinco minutos de la manera más espectacular y segura posible: coches de seguridad, agentes armados, ‘oficina rodante’ para comprobar datos, pinchos para evitar huidas de vehículos, y expertos en perfiles delincuenciales para seleccionar qué coches y qué ocupantes son sometidos a un registro y cacheo exhaustivo.
Aunque suene exagerado su sola presencia les ha bastado en ocasiones para que afloraran delitos. Les pasó en 2013, en uno de sus controles rutinarios en este caso nocturno en la Autovía de Andalucía. Antes del control un vehículo hizo una maniobra brusca, se paró, y de él bajo un joven que echó a correr con una bolsa de plástico por la mediana: llevaba más de 100.000 euros en metálico, supuestamente procedentes del robo (el caso se ha juzgado esta semana en la Audiencia Provincial).
No todo es tan fácil. Esta unidad está especializada en lo que ellos llaman “controles de prevención de seguridad ciudadana”, y lo habitual es hallar drogas ocultas en los lugares más inverosímiles, por lo que sus agentes se han convertido en expertos en mecánica y en cacheos, tanto de hombres como de mujeres (la unidad cuenta con una agente), sobre todo en la A-4, uno de los ‘corredores’ de la droga que entra a España por Marruecos. De hecho la Usecic es la responsable de la mayoría de aprehensiones de estupefacientes que se han hecho en la provincia en los últimos años.
Hace diez días se incautaron de 3 kilos de bellotas de hachís, también localizan armas de fuego o a requisitoriados por terrorismo o cualquier otro delito, o simplemente identifican a sospechosos que circulaban por el campo. “Que nadie crea que solo hacemos los dispositivos operativos en la autovía. Estos controles los podemos montar en cualquier carretera o autovía de la provincia”, advierte el alferez Ricardo Astilleros, jefe accidental de la unidad.