El cadáver de un ejemplar de lince ibérico ha sido hallado esta mañana en el kilómetro 58,7 de la carretera CM-4111, a unos cuatro kilómetros de Viso del Marqués.
Los restos del animal con evidencias de haber sido atropellado han sido encontrados por Manuel Reglero, un veterinario ciudarrealeño familiarizado con esta especie, ya que trabaja para varias fincas y cotos de caza como ‘El Encinarejo’ en Andújar, a donde se dirigía cuando se ha topado con el lince muerto.
Ha sido sobre las 7,40 horas y, según ha explicado a lanzadigital, ha visto de lejos el bulto animal, se ha acercado y ha comprobado que estaba muerto.
El veterinario ha avisado al 112 para que sus efectivos se hicieran cargo del cadáver, que no portaba el collar emisor que llevan los ejemplares que son reintroducidos dentro del programa Iberlince.
Fuentes de la Consejería de Desarrollo Sostenible han confirmado la muerte del ejemplar, que ha sido recogido por una pareja de agentes medioambientales, acompañados de un técnico de seguimiento de esta especie de Geacam, y de otra pareja sel Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil.
Se trata de un macho en dispersión de dos años, nacido en libertad, que ha sido trasladado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre El Chaparrillo, donde el lunes le harán la necropsia. Al parecer, estaba buscando territorio.
Como veterinario, Reglero ha lamentado que “no haya podido hacer nada” y que el lince haya muerto atropellado por un vehículo, un tipo de accidentes, ha explicado, que representa una de las principales causas de muerte de la especie. Son “su talón de Aquiles” porque “no tienen miedo a los coches ni son conscientes de estos peligros”.
Papel de los gestores de caza
Reglero se ha mostrado optimista porque “cada vez más hay más población de lince ibérico”, gracias a los programas de protección ante su extinción y, sobre todo, por “el papel de los propietarios de fincas cinegéticas”.
Estos gestores, ha destacado, “son los principales partícipes” de la recuperación de “la especie felina más amenazada del mundo”, dado que los linces “se asientan mayoritariamente en los cotos de caza, que es donde tienen su alimento”. Y para los titulares de las fincas, ha sostenido, “es un prestigio y un orgullo” contar con esta especie, a cuya repoblación están contribuyendo con distintas acciones de preservación.
“Son un pilar fundamental en la recuperación del lince y otras especies emblemáticas de nuestra fauna ibérica y desgraciadamente no se le reconoce en justicia la labor que hacen”, ha señalado. De hecho, el titular de la finca jienense donde trabaja, en la que viven cuatro linces, “paga 500 euros al mes de su bolsillo para el programa de reintroducción porque se acabaron los fondos de 2018”.
Reglero ha aplaudido la exitosa repoblación de este felino y que su densidad “sea cada vez mayor”, y ha apostado porque todos los sectores “se impliquen y remen en el mismo sentido”.