Carlos Muñoz de Luna / Ciudad Real
José María Barreda (Ciudad Real, 1953) habla en esta entrevista de su pasado como presidente de Castilla-La Mancha y del futuro más inmediato como candidato al Congreso por el PSOE en la lista que encabeza Isabel Rodríguez. Reivindica su esfuerzo para modernizar la región en los ámbitos que más lo necesitaban: sanidad, educación, infraestructuras y, sobre todo, en cohesión social. Sobre las elecciones de diciembre, considera que la experiencia política va a ser necesaria para alcanzar acuerdos con otras fuerzas y gobernar, puesto que “se acabaron las mayorías absolutas”.
Pregunta: Pasados cuatro años desde que dejó la Presidencia de la Junta, ¿qué balance hace de su etapa como presidente de Castilla-La Mancha?
Respuesta: Entre 2004 y 2011, cuando yo fui presidente, hicimos un esfuerzo de modernización de Castilla-La Mancha sin precedentes. Soy de aquí y había unas carencias que me dolían extraordinariamente, por ejemplo la situación de la sanidad antes de las transferencias a la comunidad autónoma. Estábamos a la cola de todo, de camas por habitante, de hospitales, de centros de salud, de consultorios, de tecnología punta. Hay quien no lo recuerda, pero la situación era casi tercermundista.
Cuando dejé la Presidencia, una cuarta parte de todas las instalaciones sanitarias de la región se habían hecho entre 2004 y 2011. Además se incorporaron al sistema sanitario público 5.000 médicos y enfermeros. También introdujimos la tecnología más puntera y aumentamos el número de especialidades, de tal forma que en 2011 nuestra sanidad se situaba entre las dos mejores de España, con la del País Vasco, y esto dicho por observadores externos. Para mí es un gran motivo de satisfacción.
Lo mismo podemos decir de la educación. Nunca como en ese periodo se hizo un esfuerzo inversor tan grande para construir colegios e institutos. Y también apostamos por la universidad. Una universidad por la que nadie daba un duro y ahora se sitúa en un lugar preferente en el ranking de las mejores del mundo, incluso algunas escuelas y facultades están en los primeros puestos. Pero lo realmente importante es que de sus aulas han salido 70.000 licenciados, que han aumentado el capital de la región, haciendo un tránsito de esos que se pueden calificar de histórico sin hacer un uso abusivo de la palabra, porque pasar en una generación de padres y madres, y desde luego abuelos, analfabetos a hijos e hijas universitarios, son de las transformaciones profundas que ahí quedan, y ahí quedó.
Lo mismo pasó con las infraestructuras básicas. Yo tenía la obsesión de convertir la posición geográfica de Castilla-La Mancha, en el centro de la península, en una ventaja económica, pero para eso necesitábamos mejorar sus comunicaciones y nunca antes se hicieron tantos kilómetros de variantes, de carreteras y de autovías.
Pero de lo que más orgulloso estoy es de que la cohesión social en Castilla-La Mancha durante los años en que ocupé la presidencia fue impresionante: se acortaron las distancias en la sociedad más que nunca, recortamos distancias con respecto a España y a Europa. En una palabra, avanzamos en igualdad, que desde luego es el objetivo que a mí me mueve en política.
P: ¿Y cómo ve ahora la región, después de los cuatro años de gobierno del PP?
R: Para justificar unas políticas que algunos han calificado de austericidas y unos recortes que han ido más allá de lo razonable, se hizo una campaña muy negativa sobre cuál era la situación de Castilla-La Mancha. Se hizo mucha demagogia y se llegó incluso a la calumnia y a la difamación. Se quiso hacer de Castilla-La Mancha una especie de conejillo de indias, un territorio en el que se iban a aplicar con más fuerza y con más rigor que en ningún otro las políticas del PP. Aquí padecimos los recortes más rigurosos y políticas más sangrantes que en ningún otro sitio. Tanto es así que, si analizamos los programas electorales de las elecciones autónomicas de mayo, todos, Ciudadanos, Podemos, Izquierda Unida y por supuesto el Partido Socialista, de lo que hablábamos era de recuperar lo que teníamos: derechos perdidos, servicios que se habían perdido o deteriorado, de recuperar a los funcionarios que habían sido expulsados.
P: ¿Cómo valora los primeros meses del Gobierno de Emiliano García Page?
R: Positivamente. Está haciendo un esfuerzo muy notable para empezar a recuperar los derechos perdidos, los servicios estropeados, las inversiones que se dejaron de hacer. Ha empezado a cumplir el programa electoral haciendo un gran esfuerzo porque estamos hablando de apenas cien días de gobierno y es muy poco tiempo para recuperar el deterioro que lamentablemente ha habido durante estos cuatro años.
Aliciente político
P: Ahora que vuelve a ser candidato al Congreso, ¿cómo afronta las elecciones del 20 de diciembre? ¿Cómo ha planteado su partido esta cita electoral?
R: Estamos en una campaña crucial. Concurren circunstancias que las hacen especialmente singulares, una de ellas es el cambio sociológico que ya se vio en las elecciones al Parlamento Europeo. Ahí irrumpieron con fuerza los partidos llamados emergentes. Se puso de manifiesto una crisis –que algunos llamaron quiebra– del bipartidismo, que con alguna imperfección había estado funcionando desde 1977 y, en efecto, yo creo que los resultados de las elecciones del próximo 20 de diciembre van a dar una composición distinta del Parlamento.
Para mí eso ha sido un aliciente intelectual y político, porque creo que es importante aportar experiencia en un momento en el que vamos a tener que hablar de pactos, de acuerdos. Vamos a tener que hacer política fina. Se acabaron las mayorías absolutas y por tanto el diálogo va a ser crucial. Ante este panorama abierto, tal vez podríamos hacer una analogía, cambiando a los protagonistas, con el resultado que se produjo en el año 77, donde no hubo mayoría absoluta sino más fuerzas parlamentarias que obtuvieron representación. Acordémonos de UCD de AP, del PSOE, del PCE y de los nacionalistas. Aquel Congreso fue muy plural y sin embargo fue del que salió nada menos que el consenso de la Constitución del 78, lo cual demuestra que el pluralismo no tiene que ser negativo a la hora de encontrar puntos de acuerdo. Es más, a veces parece lo contrario, que cuando un partido tiene mayoría absoluta tiende a hacer un uso abusivo de ella. El ejemplo de manual es lo que ha hecho el PP en esta legislatura, que ha sido aplastante con su mayoría. Han aprobado leyes ellos solos y ahora se encuentran en una gran soledad porque prácticamente todas las fuerzas políticas que concurren a las elecciones con posibilidad de tener grupo parlamentario están comprometidas a derogar muchas de las leyes que ellos han aprobado.
Posición centrada
P: Precisamente porque previsiblemente no va a haber una mayoría absoluta, como usted dice habrá que pactar ¿El PSOE tiene predisposición a pactar con alguien en concreto? Se habla mucho últimamente de un pacto con Ciudadanos…
R: Aunque esto parezca algo de Perogrullo, tenemos que pactar con nosotros mismos y ser coherentes con nuestras políticas. Nuestro objetivo es ser los primeros, ganar las elecciones y hablar desde esa posición. Nosotros tenemos una ventaja respecto al PP y es que con ellos no quiere bailar nadie; con el Partido Socialista, sí: tenemos ofrecimientos prácticamente de todos, lo cual demuestra que nuestra posición es la más centrada, la que puede cohesionar mejor en torno a sí mismo al conjunto de la política española.
P: ¿Cree que los partidos emergentes aportan algo novedoso, aparte de caras nuevas?
R: A veces solo en apariencia. Hay que estar vacunado, porque no se trata solo de lo nuevo, sino sobre todo de lo bueno. A veces hay un cierto papanatismo con esto. Por otro lado, no es algo nuevo en la historia, ya los griegos acuñaron el término 'filoneísmo', que alude a un afán desmedido por lo nuevo, que a veces conduce a la nada, a la banalidad o a operaciones meramente cosméticas. No digo que sea eso lo que está pasando completamente, pero probablemente también hay algo de eso.
En cualquier caso hay que reconocer el fenómeno y la realidad es que, de momento, están ahí para quedarse, para competir, y creo que han podido tener un efecto positivo de oxigenación. Han tirado una piedra al charco, las aguas se han removido y eso puede venir bien, pero el Partido Socialista tiene unas características que son muy interesantes. Este partido, que es más que centenario, es un viejo y nuevo partido en el que se sintetiza una buena parte de lo mejor de la historia de España. Además tiene una capacidad de renovación impresionante. En el partido, como en la sociedad, como en las familias, conviven las generaciones, y así tiene que ser: aprovechar lo mejor de la experiencia e incorporar lo mejor de la juventud, de la esperanza, de la capacidad verdaderamente impresionante que tienen las jóvenes generaciones que, por otra parte, nosotros hemos contribuido de manera decisiva a que se preparen.
En el caso de Castilla-La Mancha es indudable la participación activa que ha tenido el Partido Socialista para conseguir que ahora en la región haya un capital humano en nuestros jóvenes que era inimaginable hace muy poco tiempo.
Isabel Rodríguez
P: Hablando de esos nuevos y jóvenes valores dentro del partido, Isabel Rodríguez, la candidata que encabeza la lista del PSOE para las elecciones, sería un claro ejemplo.
R: Isabel Rodríguez es una mujer joven y al mismo tiempo ya muy experimentada, con un capital político impresionante, con una madurez política sensacional. He seguido muy de cerca su evolución. Ella fue portavoz en mi gobierno y lo hacía entonces muy bien, pero lo hace ahora mucho mejor, porque tiene mucha capacidad y ha ido mejorando y madurando con el tiempo. Es un ejemplo de una joven estudiante de nuestra universidad que pudo estudiar porque se democratizó el acceso a la enseñanza superior, porque las aulas de la Facultad de Derecho estaban muy cerca de su casa de Abenójar. Y como ella hay miles. José Manuel Caballero, el presidente de la Diputación, también fue alumno de nuestra universidad.
Yo siempre he tenido una obsesión como dirigente político y es conseguir que haya cantera. Hay dirigentes que son como el caballo de Atila, que no dejan que crezca la hierba a su alrededor. Yo tengo otra mentalidad, tal vez porque soy docente y la pedagogía me empuja a que cuanta más gente buena haya, mejor. Me gusta, en ese sentido, crear escuela, si se me permite decirlo, y me gusta que mis colaboradores vuelen lo más alto que puedan. Creo que eso es lo interesante de este partido, que sabe hacer eso.