J.Y.
CIUDAD REAL
Es una de las caras más conocidas entre las activistas por la igualdad de la provincia y ejerce un continuo derroche de esfuerzo e ilusión en pos de un mundo más igualitario. Sororidad, equidad y visibilidad son conceptos con los que trabaja día a día desde hace 30 años dentro y fuera de su cometido profesional, en la actualidad al frente de la Secretaria Nacional de Igualdad y Responsabilidad Social de CSIF.
Con una visión realista, Mur apuesta por la unidad de las mujeres “sean una ideología o de otra” a la hora de avanzar en igualdad y desbancar la sociedad patriarcal porque “no hay otra manera”. Licenciada en Derecho por la UNED, diplomada en Derechos de la Mujer por la Autónoma de Madrid, agente de Igualdad de Oportunidades y Máster Postgrado en Prevención de Riesgos Laborales por la Universidad Pontificia de Comillas, comenzó su compromiso en la Asociación Themis. Además de impartir formación y asesoramiento en diversas entidades, ha participado en la negociación del I Plan de Igualdad de la Administración y en el del Ayuntamiento de la capital, que le entregará este martes el Premio ‘Empoderamiento y Liderazgo’ dentro de la celebración del Día Internacional de la Mujer.
PREGUNTA.-¿Qué representa este premio para usted, tras más de 30 años de activismo?
RESPUESTA.– Estoy contenta y orgullosa, aunque tengo una mezcla de pudor porque estoy acostumbrada a hablar y escuchar a otras mujeres, y ahora me toca a mí abrirme en canal públicamente, con mi biografía y mi historia. En cuanto al activismo para luchar contra las desigualdades de género es algo que he vivido en primera persona, en todos los ámbitos, más allá de lo profesional y del compromiso de lo laboral. Por ello, es un reconocimiento que agradezco al Ayuntamiento, y sobre todo me enorgullece porque fui elegida por un sistema democrático (fue presentada por el Grupo Municipal Ciudadanos y concurrieron siete propuestas), en el que hubo votación y por ello le doy más valor. También soy consciente de los efectos colaterales que tiene el galardón, porque no dejo de ser una mujer, y el valor de lo femenino en la sociedad es inferior al que tiene lo masculino.
P.- A su juicio, ¿cree que este tipo de galardones ayuda a la visibilizar a las mujeres?
R.- Soy partidaria de que los referentes en liderazgo de mujer digan las cosas claras, sin temor a represalias, sin ofender pero con los conceptos claros. Cuanto más comuniquemos los mensajes a favor de la igualdad y tengamos más oportunidades de visibilizar, mejor, aunque no agraden a parte de la sociedad. Es bueno que haya voces autorizadas que hablen de ello para que se vaya normalizando otra forma de estar en la sociedad, dentro de una mirada más inclusiva de trabajar y liderar, en la que deben estar también los hombres. Todos tenemos que tener clara la posición de inferioridad de la mujer en el ámbito público, pues seguimos teniendo que demostrar más que ellos, y eso hay que decirlo porque es la realidad. Y esto es demostrable porque disponemos de datos desagregados que están tapando muchas bocas, mientras que antes era más intuitivo. En la actualidad, podemos consultar información específica sobre cuáles son los obstáculos de la desigualdad. Cobramos menos, tenemos la responsabilidad de la conciliación encima, que por cierto nos penaliza en lo profesional y en lo social, y no accedemos a puestos de responsabilidad teniendo más estudios universitarios que ellos. Existen palos en las ruedas y entre todos, con claridad y sin complejos, hay que hacer una lucha útil e inclusiva, en la que los hombres no se sientan excluidos. Ha habido un discurso politizado e ideologizado que ha causado rechazo, y sin ellos no hacemos nada. Por ello, el mensaje tiene que ser compartido desde un enfoque real, y hay que hablarlo y argumentarlo para que toda la sociedad sea consciente de que es realidad. En general, las personas son más conscientes de la desigualdad cuando ven casos cercanos y lo difícil que es ser mujer en la sociedad. Por eso, el 8 de marzo sirve para que las que lo tienen más fácil conciencien a los demás.
P.- ¿En qué momento fue usted consciente de que vivimos en una sociedad donde el machismo está normalizado? ¿Cómo ha sido su evolución feminista?
R.- Tengo dos hermanos, pero en casa no lo noté porque todos teníamos responsabilidades. Fue cuando salí al mundo laboral con 18 años y en mi primera experiencia hubo intento de acoso. Por no pasar por situaciones determinadas, no me firmaban el contrato y a los seis meses me tuve que ir. Entonces pensé en ser funcionaria porque ahí iba a tener la garantía de que no me despedirían si me negaba a hacer cosas puntuales. Estudié Derecho para defenderme y también para poder tener un trabajo libre e independiente. Me di cuenta de que en la sociedad no había respeto por la mujer y me incorporé al mundo asociativo con la Asociación de abogadas Themis, que me puso los pies en la tierra al ver la auténtica desigualdad. Y a partir de ahí no he salido del activismo asociativo y sindical.
P.- ¿Entonces tiene mucho de real el video de denuncia titulado ‘A mí también me ha pasado’ en el que artistas, políticas y otras profesionales famosas cuentan experiencias traumáticas relacionadas con el género?
R.- Sí, es muy raro que una mujer no haya tenido en su vida una mala experiencia de discriminación, aislamiento o minusvaloración. Si no ha sido así, han tenido mucha suerte. Cuando sufres una vivencia que te margina por razón de sexo y género, te das cuenta de que pasa algo, y hay que relatarlo y visibilizarlo. No debemos olvidar que es el modelo de sociedad en el que hombres y mujeres tenemos unos papeles distintos, y nos educan en función de estos roles desiguales.
P.- Usted ha negociado planes de igualdad, que además se han incluido en el marco de la negociación colectiva, ¿pero se cumplen?
R.– En la empresa privada hay que negociarlo, están condicionados a los beneficios, y si no se negocian no tienen derecho a éstos, otra cosa es ejecutarlos y valorarlos, y eso es una tarea importante. Para ello es necesario que los sindicatos tengan delegados formados, no vale cualquiera, tienen que tener conocimientos básicos, y una formación técnica para negociar en la mesa. Por ejemplo, en el tema de la prevención, la formación está muy avanzada, se imparte porque es obligatoria, pero en igualdad no es así. Tenemos un universo de cursos pero no hay unos mínimos para ponerse a negociar en la empresa o en la administración, es una asignatura pendiente. La Ley de Igualdad quedó sin desarrollo y no se aplica la perspectiva de género.
P.- La violencia de género es el paradigma dela violencia contra las mujeres, ¿qué está pasando en un momento en el que están subiendo el número de casos? ¿Habría que modificar la ley de 2004?
R.- Estamos representadas en la Subcomisión del Congreso, que sentará las bases para un Pacto de Estado contra la Violencia de Género como ponentes para exponer nuestra experiencia. Hay muchas razones como los fallos en protocolos de seguridad que ha evidenciado la Defensora del Pueblo, sobre que las llamadas efectuadas al 016 no quedan reflejadas en la factura telefónica, pero se graban en los registros de los terminales desde los que se llama. Y es un peligro para las que están en riesgo. Hay también pequeños fallos en la Administración y empresas que son determinantes para que el agresor pueda tener pistas sobre dónde o viene. Creo que habría que revisar la ley porque la realidad ha cambiado. Además, hay un repunte de casos entre adolescentes relacionados con las nuevas tecnologías, pues se utilizan como arma de control, se han transformado las formas de control, de coacción y violencia. Y eso habría que incorporarlo a la ley, y no mirar para otro lado. Como sindicato hemos sido testigos de fallos en los procedimientos de seguridad y prevención. Lucharemos por el reconocimiento de los hijos como víctimas y por el seguimiento de los casos para que las mujeres puedan tener independencia económica.
P.- Coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, este 8 de marzo, ¿en qué está trabajando su secretaría dentro de CSIF?
R.- Hay muchos temas, pero una de nuestras principales reivindicaciones es enfocar una paternidad responsable, estamos en cuatro semanas dentro de las situaciones tradicionales pero tiene que haber flexibilidad a la hora de disfrutar el permiso. Que haya derecho aunque haya una baja u otras situaciones, incluso cuando los perceptores tengan intención de la corresponsabilidad. Otros temas son la brecha de las pensiones que generan desigualdad, así como el complemento que incrementa las pensiones de las madres de más de un hijo es otra desigualdad laboral. Otro tema pendiente es la bolsa de horas de la conciliación, el teletrabajo como herramienta para poder trabajar en casa y los permisos de paternidad intransferibles para que no se penalice la vida laboral de la mujer.
P.- ¿Qué mensaje va a lanzar en la entrega del premio?
R.- Lo más importante es crear alianzas entre nosotras, creo que es más fácil que ellos entren en este mundo que tengamos una voz común. Si no estamos unidas es imposible que alcancemos la igualdad real, no podemos seguir enfrentándonos cuando una de un partido o entidad dice algo, y la otra de otra formación se opone spor no estar en el mismo sitio. Así, los hombres nos ven divididas y no se convencen, y por tanto se lo ponemos muy fácil para que en la sociedad persistan los micromachismos.