“La educación bilingüe no es un lujo, sino una herramienta para la igualdad de oportunidades”. Así lo afirma Esther Nieto Moreno de Diezmas, profesora de la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha y directora del XI Congreso Internacional de Enseñanza Bilingüe (CIEB 2025), que este fin de semana reúne en Ciudad Real a 350 expertos de nueve países distintos, entre ellos Estados Unidos, Japón o Jordania.
Bajo el lema “Bilingual Education: Everybody’s Business, Everyone’s Future” esta edición del congreso, la décimo primera, busca reforzar la idea de que la enseñanza bilingüe tiene que ser un compromiso de todos para contribuir a un futuro en el que las lenguas sean un elemento de progreso y de cohesión social.
Por su parte, Esther Nieto, que abrirá el Congreso con su ponencia “Bilingual Education as a catalyst for educational equity” defiende una idea que vertebra toda su trayectoria investigadora: que aprender en dos lenguas no debería ser un privilegio reservado a centros urbanos o concertados, sino un derecho extendido a todo el alumnado. “El aprendizaje de idiomas está vinculado a una mayor empleabilidad, a más movilidad y a mejores expectativas de futuro. Por eso el bilingüismo tiene que ser una política pública sólida, sostenida en el tiempo y alejada de vaivenes ideológicos”, sostiene.
Equidad y rendimiento
Los datos que maneja la docente respaldan su postura. Diversas investigaciones muestran que los programas bilingües bien diseñados contribuyen a reducir las diferencias socioculturales y de género. “En nuestros estudios vemos que las alumnas suelen tener más motivación y mejores resultados lingüísticos, pero los chicos tienden a igualar su rendimiento cuando se integran en proyectos bilingües”, explica.
Además, señala que en contextos rurales o con menor exposición al inglés fuera del aula, los programas CLIL (Content and Language Integrated Learning) han demostrado compensar desigualdades. “Cuando el inglés se usa para aprender ciencias o historia, se convierte en una herramienta de inclusión, no de exclusión”, resume.
La situación en Castilla-La Mancha
Nieto recuerda que Castilla-La Mancha fue pionera en impulsar la enseñanza bilingüe, con más de seiscientos centros adscritos en los primeros años de implantación. “Era una apuesta muy valiente: se trataba de llevar el bilingüismo también a municipios pequeños, donde la exposición al idioma era casi nula”, apunta.
Sin embargo, admite que en los últimos años el programa se ha estancado: “Hay centros que han perdido profesorado acreditado y no se han cubierto las vacantes; otros apenas cuentan con recursos o formación específica”.
Para la directora del CIEB, la clave está en recuperar el respaldo institucional. “El entusiasmo del profesorado es enorme, pero no puede sostener un modelo sin apoyos estructurales. Hacen falta planes de formación continua, recursos y reconocimiento a quienes se implican en este tipo de proyectos”.
El peligro de la politización
Preguntada por las críticas que a veces acompañan al modelo, Nieto es clara: “El problema no es el bilingüismo, sino su politización. Se discute desde posiciones ideológicas, no pedagógicas. Y eso frena la evolución de un modelo que en muchos países es ya una realidad consolidada”.
La profesora defiende que España debe mirar hacia Europa y América, donde los programas de inmersión dual (Dual Language Immersion) avanzan hacia un bilingüismo social e inclusivo. “No se trata de enseñar más inglés, sino de enseñar mejor y con sentido. De crear ciudadanos que puedan moverse y entender el mundo en más de un idioma”.
El abuso de las pantallas con los más pequeños
Otro de los temas que abordará el congreso es el impacto de la digitalización.Porque, “aunque es evidente que vivimos en una sociedad digitalizada y tenemos que educar al alumnado para que sepan convivir con esos sistemas y utilizarlos para aprender”, advierte Nieto.
“Especialmente en Infantil y Primaria, el uso excesivo debe estar muy restringido”, asegura. Los estudios muestran que puede afectar al desarrollo del lenguaje y la atención: “No podemos sustituir la interacción humana por tecnología. La lengua se aprende conversando, escuchando y participando”, subraya.
Por eso, reivindica el aula como espacio de socialización y práctica real del idioma, frente a la tendencia a reducir la enseñanza de lenguas a actividades digitales descontextualizadas.
Veinte años de bilingüismo en España
España lleva ya cerca de dos décadas impulsando programas bilingües y, según Nieto, es momento de evaluar sin prejuicios. “Los resultados son positivos, pero el contexto ha cambiado. Toca revisar cómo seguimos avanzando: qué metodologías usamos, cómo formamos a los docentes, cómo evaluamos el progreso y qué papel queremos que tenga el bilingüismo en nuestra sociedad”.
Su mirada es optimista: “El bilingüismo ha transformado la educación española y el futuro pasa por reforzarlo con más equidad y más calidad. No es solo una cuestión lingüística, sino de justicia educativa”.
