Esther Ruiz vio por fin cumplido su deseo de presentar en su Manzanares natal ‘Cuando esto pase… ‘ y lo hizo rodeada de amigos y familiares que llenaban el aforo del salón de actos de la Biblioteca Pública Municipal Lope de Vega. El acto arrancó con unas emotivas palabras de Candi Sevilla, concejal de Cultura, marcadas por el recuerdo al padre de la autora, Pepe Ruiz Martín-Albo. “Este libro está dedicado a él (…) presente en cada página del libro y quien tutela a su autora en su corazón”. Heredera de las pasiones de su progenitor, Esther Ruiz es también periodista de vocación y, como ella misma reconoce, ‘Cuando esto pase…’ lleva impregnada la esencia de su padre.
“Y de repente todo se para” fue el artículo de partida de un diario que, en sus inicios, ni la propia autora podía imaginar que llegara a convertirse en su primer libro. Esther Ruiz describió así el momento en el que un virus frenó en seco nuestras vidas para recordarnos que, a veces, lo urgente no nos deja ver lo importante. Crónicas de un estado de alarma que llegaban al corazón, en las que la actualidad y las emociones se entremezclaban y que, en muchas ocasiones, “daban luz, porque todos necesitábamos algo de esperanza”, aseguró a autora.
Lo que comenzó como una serie de piezas semanales con una duración de quince días, pasó a ser “la tirita para el alma” para un público que encontraba entre sus líneas un halo de esperanza en el momento más incierto de sus vidas. Así lo describió José Luis Salas, periodista radiofónico y conductor de la presentación de ‘Cuando esto pase…’ que en una particular y cómplice entrevista con la autora, fue desgranando cada detalle de este libro. “Un libro muy complejo (…) que le ha salido de las mismas entrañas (…) y que eran un hilo conductor en los peores momentos de la pandemia”.
Sentimientos, frustraciones, ilusiones y deseos colectivos, que permanecerán grabados en nuestra memoria y que gracias a Cuando esto pase… han quedado plasmados en papel para que jamás olvidemos cómo una pandemia rompió todos nuestros esquemas, nos enseñó a parar y a valorar las cosas importantes, en realidad, no son cosas.
