Con una Eucaristía solemne, la procesión del Apóstol Santiago El Mayor por las calles del barrio, la invitación a linoná y “puñao” por parte de la Hermandad de Pandorgos y la actuación de la orquesta “Virginia”, terminaron las fiestas del Barrio del Perchel de nuestra capital, en este año 2018.
Eucaristía solemne
A las ocho y media de la tarde de ayer, miércoles 25 de julio, comenzaba la solemne Eucaristía en la parroquia del barrio del “Perchel”, concelebrada por los sacerdotes responsables de aquella comunidad, don Isidro Martín-Consuegra y don Pedro López de La Manzanara. López de La Manzanara centró su breve homilía en la necesidad de sentirnos vocacionados para la llamada a evangelizar y dar testimonio de nuestra fe, tomando como ejemplo al Apóstol Santiago, el Mayor, exhortando a ello al enorme número de fieles que ocupaban el templo. La parte musical, durante la celebración, corrió a cargo del coro parroquial.
Procesión
Pasadas las nueve de la tarde-noche, una vez concluida la Eucaristía, se abrían las puertas del templo y tras la cruz de guía y una representación de las distintas hermandades que están canónicamente enclavadas en la parroquia perchelera, -y que ayer enumerábamos-, aparecía el trono, cedido por la Hermandad del Santo Descendimiento, que portado a costal por una cuadrilla de treinta y dos jóvenes de las cuatro cofradías parroquiales y otros muchachos del barrio, hacía avanzar cadenciosamente al Apóstol iluminado por cuatro faroles alimentados por cirios naturales y engalanado con un exorno floral a base de claveles rojos y astromelia, en tono blanco. Abría el cortejo, que discurrió por las calles Ángel, Plaza de Agustín Salido, Jacinto, Luz, Calatrava, Refugio, Progreso, Lirio, Plaza de la Inmaculada Concepción (Terreras), Paseo del Santísimo Cristo de La Caridad, San Antonio, Norte, Estrella y Plazuela de Santiago, la banda infantil de cornetas y tambores de la hermandad del Ecce Homo (Pilatos). Proseguía una representación de cada una de las hermandades portando algunos de sus atributos y tras el trono y la presidencia religiosa, ostentada por don Pedro López de La Manzanara, cerraba el desfile la banda de música de Almagro, que interpretó escogidas piezas de su repertorio.