“UNICEF no tiene una estructura operativa en ningún país. Tenemos oficinas con un núcleo de personal que permite recaudar fondos para Naciones Unidas. Son los centros directivos los que deciden los territorios en los que es necesario aplicar los fondos. Actualmente, destinarlos en Ucrania va a resultar inevitable.
Estamos haciendo acciones puntuales por la guerra que se libra en este país y las aportaciones las haremos a través de las organizaciones que están actuando sobre el terreno, las que están allí de forma permanente”.
De esta forma comienza la entrevista de este digital con Fernando Sequeira, vicepresidente primero de UNICEF-España, quien participó en la mesa “Voluntariado y Derechos Sociales”, dentro del I Foro de Voluntariado Universitario de la UCLM, junto a Paca Sahuquillo de la Plataforma de Voluntariado de España; Mariví Roldán de la Coordinadora Estatal de Voluntariado y Juan Carlos Santos de Cruz Roja.
Fernando Sequeira, madrileño y jubilado desde agosto de 2021, tiene una larga trayectoria profesional como docente en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, -fue profesor titular del Departamento de Derecho Administrativo y vicedecano- y en la administración pública donde fue subsecretario del Ministerio de la Presidencia y de Relaciones con las Cortes y secretario general de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) entre otras más responsabilidades.
Desde el pasado mes de febrero, repite como vicepresidente de UNICEF en España -fondo de las Naciones Unidas para la Infancia- una organización que se ha consolidado como uno de los principales comités, a nivel mundial, ha incrementado sus ingresos en los últimos años y las previsiones apuntan a que este se podrían superar los 100 millones de euros, una cifra a la que casi llegaron en 2021. La recaudación procede de las cuotas de los socios -425.000 en España-, de las donaciones y de las Comunidades Autónomas a la que se podrían sumar las aportaciones especiales de los bancos como consecuencia de las gestiones que actualmente se están llevando a cabo.
P.-¿Cuál es el papel de los voluntarios en UNICEF?
R.- Nosotros tenemos pocos voluntarios porque, como decía, no operamos sobre el terreno. Tenemos socios que abonan cuotas mientras que las personas interesadas en trabajar como voluntarios han de solicitarlo a través de Naciones Unidas.
¿Dónde se llevan a cabo las acciones de voluntarios?. En Mali, en Kenia y, probablemente, en los próximos días en Ucrania, pero no tenemos una estructura de voluntariado en los países como puede tener Cruz Roja, por ejemplo.
Una labor de influencia
Hacemos una labor de influencia política, ideológica y de aportaciones intelectuales para predisponer a las autoridades a tomar medidas de protección de la infancia. Pongo el ejemplo de la situación de la Cañada Real de Madrid. Aquí trabajan las Ongs, no UNICEF, lo que no quiere decir que se desconozca la situación.
Ahora bien, la situación de la Cañada Real la puede paliar el estado español, la comunidad autónoma madrileña y el Ayuntamiento, pero eso no puede pasar, sin embargo, en Kenia o en Mali.
Naciones Unidas (NU) decide dónde se aplican los fondos en función de las necesidades que considera, en materia de infancia.
P.- ¿Y está previsto activar fondos para Ucrania?
R.- Para Ucrania se van a activar fondos. Vamos a trabajar para crear el ambiente intelectual favorable para activar fondos que, desde Ginebra o Nueva York, sean aplicados a las necesidades existentes en Ucrania. En este país en conflicto apoyamos a aliados locales y nacionales, dentro y fuera.
P.- ¿Qué medidas de protección de la infancia son necesarias?
R.- Es pronto para todo. Según los informes preliminares que tenemos han sido destruidas –a 7 de marzo- 233 instalaciones educativas. Estamos promoviendo educación a distancia y aportando la experiencia que tenemos tras estudiar la situación. Y no lo hacemos con nuestro personal, sino que éste coadyuva con otro que sí está permanente en el terreno.
El caso de Ceuta y Melilla
El caso de Ceuta y Melilla fue emblemático en este sentido. La crisis fue tal, que todo el mundo se enteró de que había un problema en Marruecos con menores no acompañados. UNICEF no estuvo al margen, aunque no se le viera recogiendo a los niños que cruzaron la frontera, pero se personó allí y colaboró con Save the Children, organización internacional que trabaja por los derechos de la niñez.
Nosotros aplicamos fondos y nuestra experiencia con técnicos sobre el terreno, pero habitualmente no ofrecemos los efectivos humanos necesarios para esas poblaciones y menos en países de alto nivel de ingresos.
P.- En cuanto a la acogida, UNICEF no la contempla como la alternativa recomendable por el desarraigo que supone para los menores
R.- No sabemos aún. Nosotros somos partidarios de que haya una coordinación entre las autoridades competentes como son la administración central y la autonómica. España es un país muy serio en el que no faltan instrumentos organizativos para hacer frente a esta emergencia. Aquí hay una estructura, un estado consolidado en el que hay un ministerio para ello, están las comunidades autónomas, y los ayuntamientos y un programa. Lo que no puede ser es que cada uno viaje, respetando la buena voluntad de la gente que lo ha hecho, a la frontera de Polonia y se traiga a un número determinado de personas.
P.- El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones trabaja en un programa de acogida familiar, ¿tiene el respaldo o asesoramiento de UNICEF?.
Seguramente contará con él. El respaldo de una organización de Naciones Unidas a determinadas actualidades es impagable. Somos interlocutores presentes no solo para avalar las políticas, sino para fomentar que éstas se adopten. Es evidente que hay contactos entre Unicef y los gobiernos para mentalizar e intentar que esta operación salga bien, aunque no la hace Unicef con sus medios operativos sino a través de las estructuras públicas con las que, afortunadamente, cuenta este país.
Si esta operación se llevara a cabo en Mali o en el Sahel se tendría que crear un voluntariado y unas estructuras para ello, pero donde ya las hay y con capacidad de respuesta… ¿con ayuda?, perfecto, con contribuciones puntuales, pero no tenemos unas estructuras operativas que permitan hacer la acogida como es el caso, por ejemplo, de Cruz Roja que lo va a hacer.
P.- ¿Y harán seguimiento de la acogida?
R.- En un momento concreto haríamos un balance de la situación para ver cómo puede arreglarse o modificarse en su caso. Nosotros tenemos un fuerte control de Naciones Unidas. El comité español pertenece a Unicef que es un Fondo Naciones Unidas y quien marca el plan estratégico conjunto y las acciones concretas.
P.- ¿Las campañas actuales van dirigidas a Ucrania?.
R.- Si, sin dejar el resto ya que son programas que siguen ahí. El hambre se mantiene en toda la población africana.
P.-La solidaridad con el pueblo ucraniano incrementará las aportaciones, ¿Se está notando?
R.- Sí, porque se hace un llamado. El prestigio y la neutralidad de Unicef son extraordinarios, así como la confianza en que los fondos van a la causa que se dice que van a ir. La imagen hay que cuidarla al máximo; si se pierde el prestigio reputacional se pierde todo.
¿Los ciudadanos llaman a la puerta?. Si, para preguntar qué se puede hacer. Lo que hemos dicho estos días es que se aporte una cantidad para comprar medicamentos. Lo que no va a hacer Unicef es alquilar miles de camiones y efectivos para realizar allí las acciones sanitarias necesarias.
En el caso de Ceuta y Melilla, Unicef estuvo con el Ayuntamiento y la Comunidad Autónoma y ello le otorgó gran prestigio y seguridad. Es la imagen que nosotros irradiamos: neutralidad, imparcialidad, objetividad y buen hacer.
P.- Usted repite como vicepresidente de Unicef-España
R.- Repite el presidente, Gustavo Suárez Pertierra, y yo en parte ya que me incorporé en la mitad del mandato anterior, luego el éste sería el primero completo, si llego vivo al final del mismo.
P.- Entre los proyectos figura avanzar en pobreza infantil, niños y niñas migrantes no acompañados o salud mental. ¿Cuáles son las prioridades?
R.– Se han realizado informes en materia de tratamiento de la infancia en las ciudades, a través del programa las “Ciudades Amigas de la Infancia”, pobreza infantil, niños y niñas migrantes no acompañados, educación en derechos y participación.
Hemos abordado la situación en salud mental. No solo es la labor de actuar directamente, sino la de crear un marco favorable y propicio y hemos conseguido que, por ejemplo, la reina Letizia se involucre en la salud mental de los menores.
No se trata de que desde diferentes organizaciones se diga que hay un problema de salud mental, sino que como diga Unicef que en un país (España) hay un problema de salud mental, que no está suficientemente valorado como tal por la administración, eso es definitorio.
Hasta ahora no se había hablado de ella y parecía un asunto de los partidos políticos, pero basta que aborde el asunto Unicef o Cáritas como ha ocurrido en Madrid para que esté dicho todo. Los resultados del informe de Cáritas ha sido una hecatombe total y un aldabonazo de una organización con un gran prestigio reputacional.
Los resultados de los estudios y balances que tenemos tienen una buena acogida por parte de las administraciones públicas al ser una realidad. Y aportamos los datos.
Crisis de derechos de la infancia
Al cumplirse un mes del inicio de la invasión rusa de Ucrania, UNICEF ha denunciado que la violencia en todo el país ha creado una crisis de derechos de la infancia que podría durar generaciones y ha causado el desplazamiento de 4,3 millones de niños y niñas –de un total 7,5 millones- de los que 1,3 millones han cruzado las fronteras como refugiados y 2,5 son desplazados dentro de Ucrania.
Según la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, 78 niños han muerto y 105 han resultado heridos, aunque es “probable que el saldo sea mucho más alto”, según la información difundida por Unicef tras un mes de conflicto.
Por otro lado, UNICEF ha observado que se ha reducido la cobertura de la vacunación rutinaria y las infantiles, incluyendo sarampión y polio, lo que podría ocasionar brotes de enfermedades que previenen las vacunas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha registrado 52 ataques en instalaciones sanitarias y el Ministerio de Educación ucraniano ha informado de daños en 500 centros educativos.
Por último y para proteger y apoyar a los millones de familias y niños huídos de Ucrania, UNICEF y ACNUR en alianza con gobiernos y organizaciones han creado los Puntos Azules, unos espacios seguros para niños, niñas y mujeres en los que se ofrece información a las familias en tránsito, ayuda para identificar a los menores separados y no acompañados y garantizar su protección. La previsión es que aumente el número de Puntos Azules en los próximos días.
Con todo y pese a los esfuerzos para garantizar un acceso humanitario seguro, rápido y sin obstáculos, UNICEF reconoce que existen grandes dificultades en las zonas más afectadas por el conflicto.