Las fotografías que formaban parte de un álbum perdido y encontrado en un vertedero de Piedrabuena conforman la nueva exposición que se puede ver durante este mes de julio en la sala de exposiciones ‘Canguro Violeta’ de esta localidad ciudadrealeña.
El comisario de la exposición, Francisco Zamora, ha explicado que la historia de esta curiosa exposición surge después de que hace unos años un vecino le regalara un bloc de dibujo que contenía 59 fotografías en blanco y negro.
«Lo había encontrado en el vertedero del pueblo y no constaba ningún dato del autor o autora, ni la fecha», ha explicado Zamora, quien ha señalado que esas fotografías, ampliadas en diferentes tipos de papel, fueron hechas en la India y muestran en su totalidad a personas de todas las edades, en su vida cotidiana».
«Tras despegar cuatro de ellas para elaborar el cartel de esta exposición, pude ver unas iniciales en la parte trasera de algunas de ellas, LEH, que podrían corresponder a la persona que las hizo, así como la fecha, agosto de 1977, y el lugar, Ladakh (India), todo escrito con bolígrafo rojo», ha explicado el comisario.
Y ha apostillado que, dada «la casi nula información que tenemos nos planteamos muchas preguntas sobre el autor como si fue hombre o mujer, si era joven o adulto, si era fotógrafo profesional, aficionado, periodista o antropólogo, si viaja de placer o con otro fin, o si esta persona era de Piedrabuena o no».
A este respecto ha comentado que, en las indagaciones realizadas, alguna de las personas consultadas opina que, de haberse tratado de alguien de Piedrabuena, se habría sabido porque en los años 70 «ir a un destino tan lejano, caro y especial no sólo no estaba al alcance de la mayoría, sino que, de alguna manera, denotaría un interés muy específico y poco común».
Lo cierto, ha continuado Zamora, «es que se trata de imágenes hechas, casi con seguridad, con una cámara réflex de 35 mm, con una intencionalidad artística, creativa o documental y con un fuerte componente antropológico».
Además, ha remarcado que «son fotografías con sensibilidad, hermosas, en las que vemos niños y niñas, hombres y mujeres de todas las edades, y algunas escenas de tipo religioso, con baños en el Ganges o peluqueros y barberos en la calle».
También hay unas cuantas que fueron hechas en el llamado Tíbet indio o Pequeño Tíbet, en Ladakh, al norte de la India, en Cachemira, o en Agra, en el Taj Mahal y en ellas, a veces aparece, además de la fecha y el lugar, la altitud, por ejemplo, 2.700 o 3.500 metros.
En ellas se puede ver «la vida cerca de los ríos, los rituales religiosos, pero también lavando la comida, y en alguna aparece la vaca, el animal sagrado que tanta importancia tiene también en la economía de las clases menos adineradas y que tanto nos cuesta entender», ha incidido Zamora, quien ha apuntado que esas 30 fotografías que ponen de relieve «esa mirada occidental, interesada por las personas y por lo más tradicional y diferente de nuestro mundo».
El comisario de la muestra ha apuntado que un grupo de fotógrafos continúa buscando e intentando identificar al autor o autora que hizo las fotografías para, de alguna manera, dejar testimonio de su buen hacer.
Y ha pedido la colaboración de cualquier persona que pueda ayudar a identificar a quien «45 años atrás viajó a miles de kilómetros y quiso captar y perpetuar la mirada de la India, llena de humanidad».