Crecimos entre cuentos de princesas, donde el amor daba sentido a la vida, construía identidades e inmunizaba frente al dolor. Nacimos para ser señoritas bellas, recatadas, sensibles y semitontas. Vivimos para ver estallar nuestros sueños en mil pedazos, para soportar que nos asfixien, nos violen y hasta nos maten.
La monologuista y activista Pamela Palenciano ha recaído este martes en Manzanares para contar su historia, la de aquella chica que notó la violencia desde que con tan solo doce años quiso coquetear con el amor, la de toda mujer que nace, crece y vive, la de todas las que mueren por el terrorismo machista.
Dispuesta a “incomodar”, a “remover conciencias”, Pamela Palenciano ha puesto ante el espejo a varios centenares de personas para que vieran los efectos del machismo, de la sociedad patriarcal, de un mundo que reparte privilegios de forma desigualdad por razón de género, pero también por condición sexual, por nacer en un lado u otro del mundo.
El humor y la ironía han sido sus bazas. La activista de Andújar ha recordado los sentimientos que despertó en ella su primer amor y se ha puesto en la piel del agresor. Ha recordado los primeros signos de control, la pérdida de amistades, el cambio de su forma de vestir, las discusiones, la indiferencia, las amenazas y las agresiones. El relato ha sido muy duro, pero cercano, estimulante y ha provocado más de una carcajada.
Feminismo en esta “península histérica”
Con camiseta amplia y pantalones desgastados, Palenciano ha reivindicado el feminismo como antídoto frente a las relaciones desigualitarias, frente a las relaciones abusivas y violentas, como escudo protector en estas sociedades occidentales donde el burka llega a ser “invisible”. “Machismo no solo es el asesinato, la paliza, el ojo morado, hay que hablar de los machismos cotidianos y desnormalizar lo normalizado”, ha expresado ante los medios de comunicación.
Sin dejar de contestar a aquellos que hablar de “feminazis” y “hembrismo”, los que hablan de “denuncias falsas” y de “hombres maltratados”, Pamela Palenciano ha defendido que “el amor de verdad no duele, sino que suma, te hace crecer, te da, no te quita, y si no es así es que no es amor”.
La crítica a la sociedad ha sido voraz y muy valiente. No ha olvidado poner el punto de mira en las relaciones desigualitarias que promueve también el sistema capitalista, las que mismas que existen entre el primer y el tercer mundo. También ha dado pinceladas de actualidad en esta “península histérica” que obliga a Juana Rivas a dejar a sus hijos en manos de un agresor, la España que victimiza a la mujer y deja de poner el foco en violentos y manadas.
El Ayuntamiento educa en igualdad
Acompañada de las técnicas del Centro de la Mujer, la concejala de Políticas de Igualdad, Beatriz Labián, ha destacado antes del monólogo el interés del Ayuntamiento de Manzanares por “educar en valores de igualdad y respeto” a los jóvenes, con el objetivo de “desmitificar el amor romántico, romper clichés y dar un golpe de realidad que sirva para identificar signos de alerta, de control abusivo y machismo”.
La edil ha reconocido que “tenemos el machismo tan interiorizado que o nos lo ponen delante de la cara o no somos capaces de verlo” y ha considerado una buena fórmula utilizar el humor y la ironía para detectarlo y condenarlo. “El maltratador no nace, se hace”, ha destacado Beatriz Labián, que ha insistido que después de este monólogo los chavales tienen “deberes”, un motivo por el que “reflexionar” y “cambiar”.
Tras señalar que más de 100 jóvenes asistirían a la actuación de la mañana y que por la tarde ya había más de 400 invitaciones repartidas, Beatriz Labián ha resaltado que conocer el testimonio de Pamela Palenciano es algo que empodera, ya que demuestra que del machismo y de la violencia patriarcal “se sale”.