La Guardia Civil de Ciudad Real y la Agencia Tributaria (Aduanas) le han asestado un importante golpe a la comercialización fraudulenta de vino, mosto y alcoholes, en empresas afincadas en principio en la comarca de Tomelloso (no se han facilitado nombres ni de bodegas ni de localidades). Se considera que han introducido en el mercado durante años miles de litros de zumos, vino y mosto elaborados a partir de isoglucosa, un jarabe a base de maíz y en ocasiones mandioca.
Vinos de laboratorio
No se ha utilizado ni una sola uva en la elaboración de estos productos, que mayoritariamente se han vendido en el mercado internacional, en condiciones de competencia desleal para otros productores serios del mercado castellano-manchego que no podían competir en precio con estos ‘vinos de laboratorio’.
La investigación, que ha durado dos años, ha permitido detener a seis personas, dos de ellas empresarios del sector -según ha podido saber este periódico de Tomelloso y Argamasilla de Alba- y destapar hasta sesenta sociedades, algunas instrumentales, con las que la trama fabricaba y comercializaba los productos.
Defensa de los buenos productores
El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca, en una rueda de prensa en la comandancia de la Guardia Civil en Ciudad Real, ha expresado su satisfacción porque en una comunidad en la que el vino tiene tanta relevancia se expulse del sector a personas que buscan el beneficio a toda costa. “Esta operación supone una defensa de los agricultores, viticultores y de todo el sector productor de Castilla-La Mancha”, ha dicho.
El delegado del Gobierno ha hecho hincapié en que la detección del fraude se haya hecho en Ciudad Real, la principal provincia productora de vino en la comunidad autónoma.
Fraude por 100 millones de euros
Se estima que la compra de productos adulterados generó un beneficio de cerca de 78 millones de euros de la organización, que se cree que habría llegado a realizar importaciones y exportaciones fraudulentas por importe de casi 100 millones de euros.
No hay bodegas de las denominaciones de origen
Tierraseca ha confirmado que no hay bodegas de las denominaciones de origen castellano-manchegas implicadas en la trama, ni tampoco de las principales firmas comerciales. De hecho la investigación empezó a raíz de una denuncia del propio sector.
Llegar hasta los detenidos no ha sido nada fácil. A finales de junio se hizo un registro muy llamativo en la vivienda de un empresario de Tomelloso, propietario de bodega pequeña de origen familiar, y se han hecho más registros en establecimientos y empresas de localidades de Ciudad Real, Toledo y Madrid.
Conexiones con Holanda, Austria, Bélgica, Francia, Moldavia y Rusia
La operación denominada Isolu (por la isoglucosa) empezó en el año 2018 cuando de forma conjunta Guardia Civil (Seprona) y Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en Castilla-La Mancha empiezan a sospechar de la llegada de materias primas para la elaboración de vinos a granel y aguardientes que no eran las habituales.
Para no dejar pistas los empresarios detenidos utilizaban un complejo entramado de personas y sociedades interpuestas, compuesta por más de sesenta personas jurídicas, entre empresas reales, instrumentales y patrimoniales, en España, Holanda, Austria, Bélgica, Francia, Moldavia y Rusia.
40 millones de kilos de isoglucosa
Vigilancia Aduanera calcula que la red criminal ha introducido en los últimos cinco años 40 millones de kilos de isoglucosa, un jarabe que equivale al mosto concentrado de uva, de cada kilo suelen salir 3,10 litros de vino y 42 millones de litros absolutos de alcohol rectificado que han hecho pasar por aguardiante de vino.
Laboratorios de primer nivel para adulterar
Los responsables de la investigación han explicado que el entramado posee unos laboratorios tan avanzados, “como los mejores de la región”, que podían mezclar estos productos con agua y otros derivados vínicos hasta conseguir unas características similares a las de los originales para superar los controles de calidad, abaratando al máximo los costes, no para aumentar el grado alcohólico.
La isoglucosa, el producto más llamativo, se transportaba directamente desde empresas productoras o almacenistas de Holanda y Bélgica hasta las bodegas españolas, documentando la venta a través de varias sociedades instrumentales nacionales y extranjeras que cambiaban la naturaleza del producto en sus facturas y ocultaban la identidad de los autores del fraude.
42 millones de alcohol rectificado
El alcohol rectificado lo compraban en depósitos fiscales de Rotterdam (Holanda), donde lo rebajaban y lo mezclaban para obtener resultados isotópicos compatibles con el vino. El paso siguiente era enviar el producto hasta una fábrica de alcohol vínico colaboradora en la que le añadían congéneres (químicos naturales) de vino, o se simulaba su envejecimiento para perfeccionar la adulteración como aguardiente o brandy. “Todo ello también se facturaba a través de varias sociedades instrumentales”, de ahí la dificultad para seguir la pista que han tenido los investigadores.
El responsable del Seprona ha explicado este miércoles en Ciudad Real que en uno de los registros en una bodega de la que no han dado el nombre los guardias descubrieron un cambión cargado supuestamente de zumo de manzana que en realidad era isoglucosa, además de cisternas repletas de agua, “no para regar los campos de sus amigos, sino para mezclarlos con la isoglucosa y elaborar vino”.
Segunda fase con el examen de la documentación
Con las detenciones y registros la operación no ha terminado. Habrá una segunda fase que consiste en el examen de todo el material informático y documental intervenido al grupo, de ahí que no se hayan dado nombres de las empresas y marcas presuntamente implicadas en la trama.
Los detenidos e investigados están acusados de organización criminal, delitos relativos al mercado y a los consumidores, contrabando, falsedad contable y documental, estafa y blanqueo de capitales.
La investigación la dirige el juzgado de instrucción y primera instancia número 2 de Tomelloso.