El pantano de la Vega del Jabalón, del que se abastecen Bolaños, Almagro, y otros pueblos más pequeños del Campo de Calatrava, exhibe esta semana su peor cara desde que se autorizó la pesca deportiva tras el confinamiento (a mediados de mayo), se permitieron los desplazamientos por la provincia y las salidas al campo, hace menos.
El embalse solo acumula 3 hectómetros cúbicos de agua, no está ni al 10% de su capacidad, lo implicará un verano muy complicado para el abastecimiento de Almagro y Bolaños, que trabajan contrarreloj para poner a punto pozos sequía y no tener que cortar agua, y un otoño-invierno aún peor si no llueve en abundancia.
Latas con maíz, plásticos y restos de hogueras
En paralelo las orillas del embalse, en Granátula de Calatrava, exhibían el domingo estampas desalentadoras del poco civismo: latas con maíz, del que se usa como cebo para la pesca, bolsas de plástico del almuerzo, latas y hasta restos de alguna fogata, prohibidísimas en época de alto riesgo de incendios como la actual.
Un panorama que contrasta con el de los meses de confinamiento en los que se ha constatado (con datos) una mejoría clara de la contaminación y la reducción de desechos y basuras tiradas de cualquier manera en el campo.
Los embalses del Guadiana, al 29% de capacidad
El embalse de la Vega del Jabalón es el peor de una cruda realidad del agua embalsada en la provincia de cara al verano 2020. Aunque el abastecimiento en principio está garantizado, los pantanos del Guadiana, la principal cuenca hidrográfica de la provincia, están al 29% de su capacidad, con 117 hectómetros cúbicos acumulados.
Todos están muy por debajo de su capacidad, a excepción de Peñarroya, en Argamasilla de Alba, que prácticamente está al cien por cien y tendrá una campaña de riego normal.