La reconquista cristiana de las tierras de la actual Ciudad Real, tras las batalla de las Navas de Tolosa en 1212, abrió un nuevo periodo de poder religioso y militar para la Orden de Calatrava al sur del Tajo, en clara pugna con el arzobispado de Toledo. De esos años son los restos de una gran iglesia santuario que los arqueólogos del yacimiento de Oreto-Zuqueca, en Granátula de Calatrava, acaban de encontrar en los trabajos de mejora y consolidación que este miércoles visita el delegado de Economía, Empresas y Empleo de la Junta Agustín Espinosa.

Una gran iglesia prioral arruinada
“Hemos hallado los imponentes muros norte y sur de la antigua iglesia prioral calatrava, un gran edificio que estaba arruinado e inserto en dos construcciones agrarias contemporáneas del siglo pasado en el mismo yacimiento. Se sabía que en el lugar hubo una iglesia del siglo XIII, la techumbre se vino abajo en el siglo XVII, y sobre los restos originales se levantaron parte de las construcciones modernas”, explica el arqueólogo José Luis Fuentes director con Antonio Manuel Poveda de la intervención de mejora de acceso e itinerarios de visita al yacimiento, con mano de obra de un taller de empleo de recualificación y reciclaje profesional que financia la Consejería de Economía y Empleo de la Junta.

Un elemento más de interés histórico
El hallazgo tiene interés desde el punto de vista científico puesto que permitirá sumar un elemento más a uno de los enclaves arqueológicos más ricos de la península, por el que han pasado romanos, visigodos, árabes y cristianos. “Estamos en condiciones de limpiar esos muros y seguir excavando para secuenciar la iglesia, que fue construida en 1217, tras la toma cristiana de Oreto”, dice Fuentes.
Para comprender la relevancia de la iglesia original de Oretum, que a día de hoy sigue siendo un santuario religioso aparte de un yacimiento arqueológico, hay que entender el contexto en el que se edificó.
Oretum fue sede de un obispado visigodo y objeto de ocupación musulmana que permaneció en el lugar de forma permanente hasta la jornada de las Navas de Tolosa.
En el siglo XIII la Orden de Calatrava, creada en el siglo anterior con bulas y donaciones, tomó posesión de Zuqueca. “Dicho enclave tendría para la orden un gran significado, en cuanto era testigo de la existencia del obispado hispano-godo y, por tanto, no debía estar sujeto en materia espiritual al arzobispado de Toledo”.
Las tensiones entre la orden y el arzobispado fueron graves en el siglo XIII, los monjes guerreros querían tener sobre esta zona la jurisdicción espiritual, con todo lo que conllevaba, e independizarse por así decirlo del poder de Toledo.
Más apoyo institucional
A un mes para que acabe el taller de empleo, que al margen de la investigación está avanzando en la rehabilitación y musealización de un entorno arqueológico con importantes deficiencias estructurales (inundaciones en las crecidas del Jabalón), los arqueólogos creen que el yacimiento merece “un mayor apoyo institucional”, en su camino para conseguir que todo el conjunto sea declarado bien de interés cultural con la figura de Conjunto Histórico, “algo que incomprensiblemente no tiene”, opina Fuentes.
8 alumnos, tres monitores, cuatro científicos
Desde el pasado mes de noviembre y hasta el mes de abril ocho alumnos en situación de paro de larga duración y tres monitores trabajan en la limpieza, conservación de estructuras y mejora de accesos e itinerarios. El equipo de investigación lo forman además de Fuentes y Poveda la restauradora Cristina Peña y el arquitecto Guillermo Pérez.
Este miércoles del delegado de Economía, Empresas y Empleo Agustín Espinosa tiene previsto hacer una visita al trabajo que se está haciendo allí y que ha podido desarrollarse pese a las restricciones anticovid.