Todo comenzó cuando el herenciano Ángel Martínez Fontecha investigaba sobre los primeros universitarios del municipio de Herencia con referencia del siglo XVI-XVII. Y como si estuviera esperando a que alguien rescatara su vida, la existencia de Elvira salió a la luz. “Las buenas casualidades que pasan cuando estás investigando. Es un placer sacar a la luz a una mujer olvidada, pero un placer mayor para Herencia tener a esta mujer en su historia”, señala Ángel Martínez.
Tras recabar los datos sobre la fiscal, Ángel Martín Fontecha recibió noticias de José Santiago Yanes Pérez, abogado de profesión y Doctor en Derecho con residencia en Tenerife, quien ha dedicado tiempo a investigar el acceso de la mujer a las carreras jurídicas en España y cuenta con una completa biografía personal de Elvira Fernández-Almoguera Casas. Gracias a este contacto, Martín Fontecha conoció mucho más de la biografía de esta herenciana.
Herencia
Un 20 de agosto de 1907 Elvira Fernández-Almoguera Casas nació en Herencia. Fue la mayor de cuatro hermanos: Virginia, Ramón y Josefa. Su padre, de oficio propietario, se llamaba Cipriano Ramón Fernández-Almoguera López-Sepúlveda. Su madre era de Villarrobledo (Albacete), Virginia Rosalía Ruperta Casas Torrente. En el momento del nacimiento de Elvira, su tío Ramón Fernández-Almoguera Carrero era alcalde de Herencia.
Con el tiempo la familia viaja a la provincia de Albacete y establecen como lugar de residencia el municipio de Minaya. “Por lo que se ve mi tía Elvira fue una persona de cierta relevancia, aunque entiendo yo que muy discreta, como en mi familia hemos sido todos”, cuenta el sobrino de la fiscal e hijo de Josefa, Enrique Molina Almoguera.
Existe poca documentación gráfica sobre la vida de esta mujer, murió muy joven y con su pronto fallecimiento su trayectoria profesional se paró en seco. “Siempre ha sido un orgullo para toda la familia, sobre todo mi madre cada vez que hablaba de su hermana se emocionaba mucho. Creo que como mi tía había muchas mujeres, la época fue muy convulsa por las circunstancias históricas. Ella hizo lo que creía, hizo todo lo que estuvo en sus manos para acercarse a la gente pero con la mala suerte que murió muy joven”, subraya Enrique.
Evidentemente, Elvira Fernández-Almoguera formó parte de un grupo de mujeres adelantadas a la época e incluso adquirió hábitos que hasta entonces se entendían exclusivamente masculinos. “Mi tía fumaba en pipa y mi bisabuela le decía que era mala persona y una mala mujer por fumar en pipa, y Elvira se reía. Le costó hacerse camino como a muchas mujeres que desde la casa, el anonimato empujaron a este país y esas mujeres deben ser objeto de un homenaje en general. Mi tía era un peón más del tablero”, concluye Enrique Molina.
Inquietudes intelectuales
Los estudios de secundaria los cursó en el Instituto “Bachiller Sabuco” en Albacete, culminándolos en 1923. Después Elvira llegó a la Universidad. Se matriculó en la Facultad de Derecho y de Ciencias Sociales en Murcia. En 1924 también se matriculó en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Madrid, estudios que no terminó porque se dedicó al mundo del Derecho. “Es una mujer avanzada en la actividad universitaria, se matricula en dos carreras a la vez”, explica Ángel Martín Fontecha.
Durante sus años de Universidad su residencia la fijó en Madrid. Su domicilio en la capital de España tenía como dirección la calle Fortuny nº 30, es decir, vivió en la Residencia de Señoritas que fue el primer dentro oficial destinado a fomentar la enseñanza universitaria para mujeres hasta que desapareció tras la Guerra Civil. “En la capital española se codea con toda la flor y nata de la época, con aquellas mujeres que tienen la inquietud de la libertad, el sufragio de la mujer. Y esto es curioso que una herenciana se mueva en estos ambientes y sea precursora en este mundo”, concluye el investigador. Y es que mujeres como Victoria Kent, Clara Campoamor o Matilde Huici fueron residentes o participaron en sus actividades.
En cuanto a su actividad política, Elvira Fernández-Almoguera Casas participó activamente en la provincia de Albacete. Militó en Unión Republicana. También ocupó cargos de responsabilidad en la organización de auxilio social “Socorro Rojo Internacional”. Y en mayo de 1936 es nombrada directora interina en la casa de la Maternidad de las Hermanas de la Caridad.
La primera fiscal mujer de España
En 1929 Elvira ingresa en el Colegio de Abogados de Albacete, además de ser la primera mujer en hacerlo en esta corporación, ya que hasta 1970 no se incorporará otra mujer. En la capital albaceteña fijó su domicilio profesional en la galería comercial del Pasaje de Lodares. “Es una avanzada de su época y ha abierto muchas puertas a las mujeres de hoy en día, que aún nos cuesta y quedan muchas cosas por conseguir, afirma Pilar Fernández, sobrina nieta de Elvira.
Con el alzamiento militar, en julio de 1936, la vida profesional de Elvira experimentó cambios. Y fue así como el 29 de mayo de 1937 fue nombrada abogada-fiscal interino del Tribunal Popular de Granada (Baza), fecha en la que por primera vez una mujer ocupa la figura de fiscal en España. “Es una gran desconocida para muchos. Fue una mujer que le tocó vivir en una época muy dura, muy difícil y que aportó a la sociedad valores y principios”, asegura Esteban Molina Matías, sobrino nieto de Elvira.
Después, el 13 de enero de 1938, la Fiscalía General de la República propuso el traslado del expediente de Elvira Fernández-Almoguera a la Audiencia Territorial de Albacete. Por su parte, el Ministerio de Justicia republicano acepta y toma posesión el 11 de febrero del 38. Poco es el tiempo que pudo ejercer como fiscal, Elvira fallecía el 14 de Agosto de 1938 en su domicilio en la calle Marqués de Molins nº17, en la capital albaceteña, por una grave afección cardiaca.
Y así Elvira Fernández-Almoguera Casas, la primera fiscal mujer de la Historia, fue una de las muchas mujeres que brillaron en su época, a base de esfuerzo y de derribar “techos de cristal” que hasta entonces estaban reservados para los hombres. Y ella consiguió derribar muros. Y gracias a una casualidad, hoy se recupera su vida del olvido de la Historia.