La crisis sanitaria del Covid-19 que mantiene paralizada la justicia (solo funcionan los juzgados de guardia y lo básico de los registros) ha obligado a aplazar sin fecha el juicio con jurado por la muerte en el carnaval de Herencia de 2018 de Gonzalo Buján, de 28 años.
No parece probable que esta vista, pendiente desde hace tres años, se pueda celebrar antes del mes de octubre. Y podría no ser el único caso importante que sufre un nuevo parón. La Audiencia tiene previsto celebrar a finales de abril el juicio por el tiroteo que hirió a siete guardias civiles en agosto de 2016 en Argamasilla de Calatrava.
La sección segunda de la Audiencia Provincial llamó hace unos días uno por uno a todos los miembros preseleccionados para conformar el jurado, y les emplazo a estar pendientes de la nueva citación. Además se emitió una providencia notificando la suspensión de la vista, de un caso polémico, en el que fiscalía acusa de homicidio imprudente a uno solo de los presuntos culpables, y las acusaciones (los padres del fallecido, por separado) de asesinato.
Oleada de indignación
El caso, que desató una oleada de indignación popular sin precedentes en la localidad, con manifestaciones hasta en la puerta de los juzgados (la víctima pertenecía a la peña carnavalera El Burleta de Campo de Criptana), se juzgará no antes de octubre, más tres años después y con los presuntos culpables en libertad provisional.
Desenlace fatal de un mal golpe
En este tiempo de instrucción las pruebas parecen haber concluido que lo sucedido fue el desenlace de un mal golpe en una pelea en las inmediaciones del recinto ferial de Herencia, la primera gran noche del carnaval de ese año.
La fiscalía de Ciudad Real ha concluido que el único presunto responsable es el feriante alcazareño de origen portugués J.F.C.F, para el que pide 12 años de cárcel por homicidio.
El hijo y el otro feriante, inocentes
La fiscalía pide ahora el sobreseimiento de actuaciones respecto del hijo del feriante, R.C.U., que pasó cuatro meses en prisión preventiva por esto, y de otro feriante rumano vecino de atracción, D.C.G., detenido por la Guardia Civil en las primeras horas de la bronca.
Unas pinzas de coche, el arma homicida
El fiscal considera que el arma homicida fueron unas pinzas metálicas de coche, con las que se supone que J.F.C.F. golpeó en la cabeza a Buján provocándole un traumatismo craneoencefálico por el que cayó inconsciente al suelo (su muerte se certificó poco después en el centro de salud de Herencia).
Buján, de complexión atlética, murió de una hemorragia cerebral por un golpe. Los agentes de la Guardia Civil que investigaron los hechos pensaron al principio que sólo se emplearon los puños contra él, pero análisis posteriores han hecho que la fiscalía se haya decantado por las pinzas, que el padre usó en la riña, por una tontería.
Una discusión trivial
La fiscalía considera probado que la bronca empezó porque sobre las diez de la noche del 10 de febrero, sábado inaugural del carnaval de ese año, a la salida del polideportivo en el que se celebraba la fiesta. A esa hora una amiga y un amigo de Buján se pusieron a orinar al lado de una caravana de feriantes, mientras él les esperaba montado en su coche para irse de allí. Una de las empleadas de la atracción afeó a la chica su conducta e intercambiaron unas palabras gruesas.
Los feriantes golpearon el coche
Después de eso los chicos decidieron irse y se montaron en el turismo, pero el hijo del acusado se echó sobre el coche, golpeando el vehículo como para impedir que se fueran. A la bronca acudió también el padre y otros feriantes. Buján se bajó entonces del vehículo y se supone que recibió un golpe tan rápido y contundente que el otro amigo, que se apeó al momento para intervenir, no le dio tiempo a ver: ya estaba inconsciente en el suelo.
La fiscalía dice que “no ha quedado suficientemente acreditado que el antes mencionado R.C.U, así como D.C.G. hubiesen tenido intervención en los hechos que derivaron en el fallecimiento de Gonzalo Buján”.
En concepto de indemnización el ministerio público solicita 110.000 euros para la madre y el hermano del fallecido.
La familia: doble condena por asesinato
La madre y el hermano del fallecido, que ejercen la acusación particular en caso, consideran tan culpable al padre como al hijo, califican lo ocurrido de un delito de asesinato y piden 20 años de prisión para los dos feriantes.