Julio Felipe Cristón y su hijo Rafael, presuntos culpables de la muerte de Gonzalo Buján en una riña en el carnaval de Herencia de 2018, han acusado en el juicio a un tercer feriante de atacar al joven fallecido: “Fue Dragos”, ha dicho el padre al jurado que ha empezado a juzgar el caso en la Audiencia Provincial. La fiscalía solo acusa del homicidio a este hombre.
Julio Felipe, un feriante de origen portugués afincado en Alcázar que según ha declarado hasta esa noche “llevaba 25 años llevando la alegría a Herencia”, se ha desentendido de cualquier responsabilidad en la muerte de Gonzalo Buján, de la que, según su versión, fue un mero espectador.
Dice que sobre las diez de la noche del 10 de febrero de 2018, sábado inaugural del carnaval de Herencia ese año, estaba en recogiendo su atracción en el recinto ferial de la localidad para irse a casa cuando escuchó voces de lejos: la bronca de su nuera con una chica (la amiga de Gonzalo Buján) que estaba orinando en la puerta de la atracción de su familia. Ni se enteró de que iba, el caso es que al poco -siempre según su versión- tenía a Gonzalo Buján cerca de él y apareció un tercer varón, “Dragos”, que le dio un golpe en la cabeza a Buján y se fue corriendo.
Días después, cuando la Guardia Civil siguió investigando, entregó unas pinzas de coche de su propiedad, consideradas el arma homicida. Según ha explicado se las prestó esa noche a otro de sus hijos porque no le arrancaba su vehículo, pero afirma que no golpeó con ella a nadie.
El incidente de la orina
En la misma línea que su padre, “fue Dragos”, ha declarado Rafael Cristón, coautor del asesinato de Buján según las acusaciones (entienden que hubo alevosía). Rafael, al que la fiscalía no acusa, ha explicado que el origen de la pelea fue porque su mujer reprendió a una amiga de Gonzalo que se pusiera a orinar al lado de su caravana, “¡cómo te pones a mear habiendo niños y hombres que te pueden ver!”, le dijo. La chica (amiga de Buján) le responde con palabras groseras según ellos, y se va de allí.
Los jóvenes vuelven y Buján “amenaza” al hijo
Rafael ha mantenido que siguió en su atracción cuando ocurrió eso y vuelve la chica contándole a dos amigos, uno de ellos Gonzalo, que casi se engancha con la de la atracción. Los tres se montan en un coche, con Buján al volante, y este último da marcha atrás, para, se baja y le espeta al feriante: “Como me mires otra vez te pego cuatro tiros”. Ante esa amenaza -siempre según la versión de este acusado-, Gonzalo le empuja a él y él a Gonzalo, pero para porque lo sujetan su hermano y su mujer. Es en ese momento cuando según su declaración llega “Dragos” (empleado rumano de la atracción de un primo de los acusados) y golpea a Buján que cae al suelo desplomado.
Esta en síntesis ha sido la declaración de los acusados del homicidio de Gonzalo Buján, que estuvieron unos cuatro meses en prisión preventiva por esto pero ya están libres. Es un caso difícil y polémico, como han insistido las partes al inicio de un juicio que más de dos años después, y un parón de medio año por el coronavirus, ha comenzado este lunes en la Audiencia Provincial con limitaciones de asistencia de público y medios de comunicación siguiendo las sesiones de forma online.
Dragos dice que ha recibido presiones para autoinculparse
La testifical de los acusados ya ha dejado de manifiesto la complejidad del caso, pero también ha declarado el aludido Dragos G.R., un joven rumano empleado de la atracción de un primo de los acusados en ese momento, que asegura que no tuvo ninguna participación en la pelea y que ha recibido presiones telefónicas para echarse las culpas de la muerte de Gonzalo, “no me han ofrecido una cantidad concreta, pero sí que no le faltaría nada a mi familia si digo que fui yo”.
El fiscal sobreseyó la acusación contra Dragos
Este hombre, que llegó a estar detenido (se presentó ante la Guardia Civil porque lo llamaron los Cristón), la fiscalía sobreseyó los cargos contra él al demostrarse que nadie le vio participar en la agresión a Buján, ni hay otras pruebas, y solo lo señalan los imputados.
Asesinato, homicidio u homicidio imprudente
La fiscalía en este caso solo acusa de homicidio a Julio Felipe Cristón, para el que pide 12 años de cárcel, y exculpa a su hijo Rafael de la participación directa en la muerte de Gonzalo Buján.
Las acusaciones que representan a la madre y el hermano del joven califican de asesinato lo ocurrido y consideran coautores a padre e hijo, para los que solicitan penas de 20 años por asesinato con alevosía del artículo 139 del Código Penal, y alternativamente de homicidio doloso con abuso de superioridad, por el que reclaman 14 años para cada uno.
Las defensas piden la absolución
Los abogados de las defensas solicitan la libre absolución, defienden que la muerte de Buján se debió a un “aneurisma por estrés”, y niegan que el padre o el hijo golpearan al joven, con el que según esta parte solo intercambiaron insultos.
Solo el abogado del padre entiende que cabe una calificación alternativa que podría consistir en una condena mínima de homicidio por imprudencia con lesiones, en la que no tendría cabida una pena más alta de 4 años de prisión.
Las defensas cuestionarán durante el juicio según han anunciado hoy que se pueda matar con un solo golpe de unas pinzas de coche, el arma con que golpearon a Buján.
El juicio continúa este martes con 20 testigos
El juicio, en el que también han declarado tres amigos que acompañaron a Buján esa noche, continuará este martes con otra maratoniana sesión en la que están citados veinte testigos más, entre ellos guardias civiles que han participado en la investigación del caso.