Aníbal B.C./ Ciudad Real
Provocar en el lobo ibérico aversión al olor del ganado para evitar que acabe atacando a los rebaños de ovejas, es el objeto de la investigación en la que trabajar Jorge Tobajas, investigador del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), centro mixto dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Castilla–La Mancha (UCLM).
Tobajas, en un entrevista a Lanza, explicó que el proyecto de investigación, que se denomina 'la versión química condicionada', busca lograr el rechazo de los lobos a atacar a las ovejas a base de darles carne de este animal que previamente ha sido tratada con una mezcla de sustancias químicas.
Esta carne provoca en el lobo cierto malestar, indigestiones y vómitos leves que les llevan a asociar que ese alimento que consumen es malo para ellos y decidan entonces no comerlo.
Es algo, comentó, parecido a lo que no pasa a cualquier persona cuando comemos un alimento que está en mal estado, que asociamos que ese alimento es malo y decidimos entonces no comerlo.
En el caso de los lobos lo que se busca es que lleguen a asociar el olor de estos alimentos con cierto malestar, para que así opten por no comerlos y busquen otros alimentos.
El investigador del IREC adviritió que el consumo de la carne de oveja tratada con determinadas sustancias químicas es inocuo para estos grandes carnívoros.
Recordóo que esta técnica ya llegó a probase en Estados Unidos hace varias décadas con el coyote, con depredación sobre cabras y ovejas, obteniéndose unos resultados que en ciertos casos fueron interesantes, pero, que tuvieron cierta controversia.
El debate se fundamentó, en base, a que no se controlaron muchos parámetros científicos en aquella época porque no se podían controlar, como era saber si realmente los animales que habían sido condicionados habían dejado de depredar y eran otros, o si los que se habían condicionado se habían marchado a otros territorios y los depredaban eran nuevos.
Los resultados, señaló, en cualquier caso, dejaron algunos datos interesantes, como que, en algunos casos, los ataques se redujeron hasta el cuarenta por ciento, pero, en otros, no funcionó tan bien.
«Debido a la controversia y a los altos costes, durante cuarenta años no se han vuelto a realizar este tipo de trabajos científicos en todo el mundo y, ahora, nosotros estamos en posibilidades de hacerlo utilizando técnicas más novedosas que nos permitirán obtener datos contrastados», dijo el investigador.
De hecho, indicó que el proyecto de investigación, que fue incluido en el Plan Nacional de I+D de Retos de la Sociedad del Gobierno de España, contempla utilizar nuevas capacidades técnicas que permitirán identificar si el método es o no efectivo.
Adelantó que la intención, antes de probarlo con lobos, con quien el manejo de la especie resulta más difícil, es probarlo con zorros en el Parque Nacional de Cabañeros.
Allí se podrá ver cómo actúan los zorros a los que previamente se le dará alimentos tratados, para evitar la depredación de los huevos de perdiz.
Los investigadores, utilizando el foto-trampeo podrán ver si realmente han comido los cebos con los que se les quiere condicionar, podrán también identificar individualmente a cada individuo, y saber sus movimientos y si actúan como depredadores sobre los huevos, pudiendo así certificarse los resultados con datos científicos.
Para el investigador, este sería el paso previo a su empleo en el lobo ibérico, especie hacia la que está principalmente dirigida la investigación con el objeto de lograr un método de gestión alternativo que pueda ser eficaz y efectivo y que permita ayudar a minimizar los ataques sobre el ganado, disminuyendo así el conflicto con los ganaderos.