Que el patrimonio cultural y natural sea un activo social y de desarrollo para los jóvenes, sobre todo en el ámbito rural. Es uno de los objetivos por los que el doctor en Historia y profesor ciudarrealeño de Geografía e Historia en Secundaria, Javier Morales, trabajará en la asociación Hispania Nostra, donde acaba de ingresar como delegado por Castilla-La Mancha.
Morales se muestra agradecido por su elección y subraya la importancia de la labor de esta entidad que desde hace 40 años defiende y preserva “en toda su integridad conceptual y geográfica” el patrimonio cultural y natural español en el ámbito de la sociedad civil.
Es el punto de partida que ha de servir, a su juicio, para que las nuevas generaciones aprendan a proteger y valorar el legado material que ha permitido alcanzar a las sociedades actuales altas cotas de progreso socioeconómico.
En base al lema de la asociación #PatrimonioSomosTodos, es necesario, opina Morales , “impulsar el patrimonio en la educación” tanto Primaria como Secundaria. Es una vía permeable, asegura, para que los jóvenes “se vayan involucrando” con su entorno y para “que conozcan sus valores”.
Recuerda que la asociación “actúa de oficio” cuando reciben alertas por personas o entidades colectivas sobre el peligro de desaparición o destrucción que corre el elemento patrimonial que sea objeto.
Una vez valorado su estado, nivel de protección y catalogación (si la tiene), los expertos elaboran un informe con las necesidades que tiene el enclave para su conservación.
Por el contrario, “también subrayamos las buenas actuaciones en la protección del patrimonio”, con el fin de promover un modelo de intervención hacia el cuidado.
Por ello, es tan importante, reitera quien también fuera director general de Cultura del Gobierno castellano-manchego, la implementación de herramientas y métodos para incorporar el patrimonio cultural en el currículo de los docentes y de los centros educativos.
Precisamente, los fondos europeos NextGeneration, para ayudar a reparar los daños económicos y sociales causados por la pandemia del coronavirus, podrían ser una oportunidad para luchar contra la despoblación y la España ‘vaciada’. «Podrían ayudar a impulsar el patrimonio como elemento de desarrollo», a través de «la vinculación de la población al territorio y así mejorar las condiciones de vida en esas zonas rurales», indica.
La recuperación del patrimonio, señala Morales, a veces no depende tanto de la voluntad pública como de los recursos de que las administraciones dispongan. Por ello, es necesario «implicar a toda la sociedad» y otros proyectos de corte colaborativo como los impulsados a través de la plataforma de micromecenazgo de Hispania Nostra, la única especializada en patrimonio y cultura. Se trata de un instrumento de apoyo a proyectos de conservación y restauración, especialmente de aquellos bienes relacionados con la lista roja.
El también profesor asociado de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), especializado en arqueología, trabajará desde la región con Pilar Taboada, profesora de Historia del Arte de la Universidad Complutense, y con Julio Chocano, abogado e historiador, experto en molinos hidráulicos y patrimonio musical. “Tenemos perfiles complementarios”, señala Morales.
Morales acaba de llegar y se está familiarizando con “el funcionamiento interno”, alterado por el año de pandemia, pero con una dinámica activa llena de convocatorias.
Listas roja y verde
Conocidas son las listas roja y verde de la asociación, la primera para alertar al entorno público y privado del deterioro y abandono de cualquier espacio, inmueble o núcleo patrimonial, y la segunda para reconocer la recuperación de estos enclaves.
Morales también destaca los premios anuales Hispania Nostra para respaldar “las buenas prácticas” con inmuebles patrimoniales y culturales, que no solo recobran su valor sino que incluso pueden ser una oportunidad de desarrollo para el tejido del entorno.
También pone en valor los congresos que organizan, la edición de una revista y otras acciones como el Foro de Asociaciones y Gestores culturales, las Jornadas de Buenas Prácticas o la recuperación del Seminario de Educación Patrimonial en la escuela.