El ex catedrático de Lengua y Literatura e investigador castellano-manchego, Jerónimo Anaya Flores, natural de Alcoba de los Montes, ha presentado esta tarde en la Biblioteca Pública del Estado de Ciudad Real ‘El Libro de la Seguidilla’, un trabajo con el que intenta explicar e introducir “de una manera sencilla” la obra de la seguidilla con el fin de que tanto los estudiosos como los menos entendidos en la materia “puedan comprenderla” pues “puede servir tanto para los estudiantes de filología como para los amantes del folclore”.
Desde su punto de vista es importante que la gente conozca que existen esas “seguidillas tradicionales recogidas del pueblo”, las cuales “todavía tienen vigencia”. También opina que “los autores pueden escribir poesías en el molde de las seguidillas, tal y como se escriben romances o sonetos”.
Jerónimo Anaya, a quien siempre le ha apasionado el mundo de la seguidilla, considera que hoy en día “la literatura tradicional no está muerta” aunque podría ser llamada como “la gran agonizante, pues parece que siempre está muriendo, pero nunca se pierde, debido a que gracias a los grupos folclóricos, sigue viva, aunque en los estudios de literatura esas estrofas tradicionales están un poco olvidadas. A pesar de ello hay que seguir insistiendo en que se recupere este tipo de literatura tradicional”.
Por este motivo considera que poco a poco se van dando los pasos para poner en valor la obra de la seguidilla: “En la Universidad de Jaén han creado el Corpus de Literatura Oral donde están recogiendo muchas canciones, cuentos, así como narraciones tradicionales. Y, en Ciudad Real, si se crea el Centro Regional del Folclore puede que todo esto tenga también más importancia. Por ello no hay que perder la esperanza sino luchar como podamos para que las tradiciones se mantengan vivas y sean importantes”.
También ha puesto en valor el Festival Internacional del Folclore que se celebra en Ciudad Real, donde “vienen grupos hasta de Hispanoamérica”, motivo por el que considera que la seguidilla “no es patrimonio de una región solamente sino de todos los lugares donde se habla español, como el romancero. Por tanto, podría decirse que la seguidilla es en la lírica lo que el romancero en la épica y en la narración”.
Explica que lo que más tiempo le ha llevado a la hora de para realizar su libro ha sido recopilar la información, pues “lo hice durante muchísimos años”. Posteriormente, y una vez que pudo jubilarse, volvió a retomar el trabajo, parte del cual tuvo que extraerlo de cintas magnetofónicas.
Dos partes diferenciadas
La obra ‘El Libro de la Seguidilla’ está dividida en dos partes: una primera que estudia la estrofa tradicional de las seguidillas y su origen, reuniendo treinta y seis seguidillas; y una segunda parte, que contiene más de 200 seguidillas propias. En todas ellas aparece recogida el nombre del informante, el nombre del recolector y el lugar del pueblo donde se llevó a cabo.
El trabajo también ha contado con la transcripción musical a cargo de Antonio Vallejo Cisneros, que ha hecho una transcripción musical desde una canción entonada por un informante y grabada a través de medios de equipos recolectores ajenos, según ha explicado el propio autor.