“El Partido Popular tiene que decidir si quiere ser una fuerza política capaz de llegar a acuerdos en este país; si coloca en su narrativa los ejes fundamentales que hacen girar sus políticas, que son identitarios, nacionalistas, contra los independentistas, y que ponga en el centro del relato, los asuntos que preocupan a la ciudadanía. Y cuando uno se aparta, ocurre esto”.
Así entiende la situación por la que está pasando el Partido Popular el profesor asociado de la UCLM, Jesús Gutiérrez Villalta, quien en esta entrevista analiza las consecuencias que una crisis de este calado puede tener en el electorado de centro derecha de este país, una crisis de tal naturaleza que ha terminado, de momento, con la caída del líder nacional, Pablo Casado.
Para el también doctor en Ciencias Políticas y de Gobierno la situación del PP hoy no es solo una crisis de liderazgo, sino que la derecha española no ha ocupado el espacio que sí ha hecho la derecha liberal europea al mostrarse como una alternativa permanente de gobierno, mientras que “aquí no ha ocurrido eso sino que se han puesto muy nerviosos con la aparición, a su derecha, de una fuerza política”, explica en esta entrevista en la que también aborda el impacto de la pelea interna entre el líder nacional y la líder madrileña y que dejado atónita a la ciudadanía.

PREGUNTA .- ¿Cómo podemos explicar a un ciudadano de Castilla-La Mancha la crisis que vive el Partido Popular en la actualidad?
RESPUESTA.- Lo que está ocurriendo no es una crisis de los partidos políticos, es una crisis del Partido Popular. La crisis económica arrambló con los equilibrios tradicionales que teníamos en el año 2008 y la pandemia no ha ayudado y los efectos de esa gran crisis social e institucional los estamos pasando todavía, no en vano ahí tenemos a toda una generación de jóvenes repleta de incertidumbres.
Esta nueva situación ha dado lugar a que los partidos políticos cuya creación viene de muy atrás, que nacieron hace par de siglos, tengan que adecuarse a los cambios sociales, al relevo generacional que se produce en su seno, al relevo de discurso, de su relato, de narrativas, de proyecto, etc. una situación que ya han vivido otros partidos. Ten en cuenta que la gente de mi generación vivimos el bipartidismo algo que, parece, ya no se va a producir.
Una crisis mal resuelta
No obstante, la situación que vive hoy el Partido Popular puede ser una crisis mal resuelta, al ser el primer partido político que ha perdido una moción de censura, que se ha desmembrado por las costuras en todas partes y sujetado en algunos territorios y ha elegido, al contrario que la derecha europea, -más centrada y liberal-, competir por el electorado de extrema derecha y eso le está pasando factura.
¿Cómo explicaría esto? Cuando un partido que ocupa un espacio central, ofrece respuestas a los problemas de los ciudadanos, se sale de ese espacio y se va a un extremo, siendo incapaz de llegar a acuerdos y de cerrar unos equilibrios institucionales, paga un precio. Y este es el precio.
P.- No es solo una crisis de liderazgo, sino que responde también al declive de la derecha tradicional ante el ascenso de nuevos movimientos a su derecha. ¿Es así?.
R.- Sí, de la derecha española que no ha ocupado el espacio que sí lo ha hecho la derecha liberal europea, al ser capaz de ser alternativa permanente de gobierno, con estabilidad y entendiendo la alternancia en las instituciones. Aquí no ha ocurrido eso, sino que se han puesto muy nerviosos con la aparición, a su derecha, de una fuerza política.
No. No creo que la crisis sea por una cuestión de liderazgo, de verdad. Lo que ha ocurrido es un enfrentamiento de dos personas que iban cada uno con una antorcha (Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso) y así, uno de los dos iba a quemarse. Pero no es que haya fracasado el liderazgo del Partido Popular, ya que no fue capaz de encontrar sus respuestas en el último Congreso y veremos cómo resuelve la situación actual.
Hay que decir, por otro lado, que en cuanto a comunicación no le va mal al Partido Popular ya que en estos momentos que hay una guerra en Europa y, mediáticamente, al PP puede que le ayude a soportar mejor su situación o a que la crisis que padece llegue a la ciudadanía de una forma más atenuada.
P.- ¿Lo que está encima de la mesa es definir la línea a seguir en el futuro?
R.- Absolutamente. El Partido Popular tiene que decidir si quiere ser una fuerza política capaz de llegar a acuerdos en este país; si abandona o coloca en su narrativa, en su relato, esos ejes fundamentales que hacen girar sus políticas, que son identitarios, nacionalistas, contra los independentistas y que ponga en el centro del relato, los asuntos que preocupan a la ciudadanía. Y cuando uno se aparta ocurre esto.
Con la crisis del independentismo, el Partido Popular intentó rentabilizarla al igual que cuando saca el tema del terrorismo, se aleja cada vez más de la ciudadanía. Por tanto, no es solo una cuestión de liderazgo débil e inadecuado, que lo ha sido, es que esa generación de dirigentes del Partido Popular se formó, se cuajó, en aquellos días.
P.- ¿Quién sale beneficiado de esta crisis de los populares?
R.- Eso es interesante. A mí me preguntan por qué la izquierda no aprovecha esta crisis. En mi opinión, si el Partido Popular desaparece de la escena, cosa que no va a pasar, sinceramente, a este país no le iría bien; una alternativa sería muy complicada.
¿Quién sale beneficiado? Por lo pronto alguien tenía que estar dando explicaciones y no lo hace, como es la presidenta de la Comunidad de Madrid, una beneficiada, a corto plazo. Aquí pasan cosas y parece que no se habla del asunto y el señor Casado denunció una situación complicada en el seno de su partido y a los cuatro días acabó firmando una renuncia para no presentarse al Congreso, que le obligaron a convocar sus propios compañeros. Demoledor.
Quien salga beneficiado lo veremos en las próximas elecciones. ¿Pueden ser Vox. Espero que no.
P.- Sin embargo, podría ser uno de los beneficiados
R.- Claro y depende de cómo administre Vox la situación. Hasta ahora estaba jugando fuera de las instituciones. Y ahí se está genial. Pero si entra en el Gobierno de Castilla y León o en cualquier otro también sufrirá las consecuencias de tomar decisiones que no gustan a los ciudadanos y vamos a ver qué pasa ahora.
P.- ¿Qué impacto puede tener esta crisis en el votante?.
R.- Hay un porcentaje de votos del Partido Popular que son del partido y hay que ver cuál es su suelo y qué pasa si templa un poquito, si se incorpora al acuerdo institucional, si firman los acuerdos que no quería firmar con el presidente del Gobierno en materia de judicatura y otras cuestiones, pero impacto en el votante habrá, seguro. Pero también se puede corregir si las elecciones se celebran en su momento y
Pablo Casado sigue siendo presidente de los populares hasta primeros de abril y, en política, en un mes pasan muchas cosas.
P.- Como experto, ¿considera que el PP podría haber evitado hacerse tanto daño?. Los ciudadanos están atónitos con lo que han visto
R.- Siempre se ha dicho que en política el adversario está enfrente, pero el enemigo está en el seno de tu partido. Hay que reconocer que el viaje que ha hecho Casado hasta llegar a esta derrota no ha sido fácil. Ha tenido permanentemente la espada de Damocles de la señora Díaz Ayuso encima de su cabeza. Si finalmente no ha medido bien sus fuerzas, no ha hecho bien los equilibrios, ha perdido. Y el detonante por el que ha perdido ha sido por una mala administración de la comunicación. Porque ¿alguien va a dar alguna explicación sobre los contratos del hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid? De esto no se habla.
P.- ¿Conoce alguna situación similar en otros partidos políticos?
R.- Se ha hecho referencia a la que vivió el PSOE en 2016, pero no es comparable en absoluto. Entiendo que todo el mundo tiene que buscar una forma de simplificar para hacer comprensible un problema.
Estas cuestiones, las batallas internas, se producen en los partidos en todos los niveles cuando llegan las elecciones y las asambleas y la confección de candidaturas, eso es salvaje. Y si seguimos en el nivel siguiente es igual y en todos los territorios, porque, al final, estamos hablando del acceso al poder y éste exige mucha fortaleza y capacidad para para llegar.
No creo, por tanto, que se pueda comparar la crisis del PP con la que tuvo el Partido Socialista con un proceso abierto de liderazgos en torno a un Congreso incapaz de definir las políticas futuras.
Listado de agravios
Aquí, lo que ha ocurrido es una situación más que cuestionable por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid en relación a los contratos que afectan a la presidencia y ha dado lugar a una batalla mediática, de pelea interna, que ha permitido que saliera el listado de agravios y tumbar a Casado.
P.- Enfrentamiento con la presidenta de la Comunidad de Madrid, debilidad de liderazgo, la situación de la derecha española….
R.– El momento que vive la derecha española no surge ahora. Vox nace porque la derecha es incapaz de entender la pulsión social. En otros lugares a la extrema derecha se le ha establecido un “cordón sanitario” mientras que aquí se les ha dado entrada en Murcia y veremos qué pasa en Castilla y León, y esto enturbia las gafas con las que miramos la realidad y sesga mucho todo lo que estamos viendo.
P.- ¿Es optimista en cuanto al futuro de los partidos políticos en España?
R.- El Partido Popular cuenta con el apoyo de los resortes de poder, es decir, cuenta con una buena red de apoyo mediático que ayuda a trasladar a la ciudadanía una manera de ver esta crisis. Ya oímos a algunos líderes diciendo que la han cerrado.
A mí me gusta el equilibrio institucional, como teórico de esto, porque creo que ahí es donde se dan las mejores condiciones para el crecimiento y el desarrollo social, para la igualdad, para luchar contra los auténticos problemas que tenemos y para que haya un respeto de las reglas de juego y así no se estaba dando. No hay que olvidar que el Partido Popular ha votado contra la reforma laboral que la propia CEOE aprobó, es que ha sido un contra todo.
Hacia dónde queremos que camine el país
Sin embargo, quisiera ser optimista, porque necesitamos que las fuerzas políticas sean un ejemplo de hacia dónde queremos que camine nuestro país, porque tenemos muchos problemas y muy serios. ¿Tendremos oportunidad de conseguir nuestros proyectos vitales en este territorio? Podemos hacerlo? ¿Qué necesitamos?.¿De qué estamos hablando? ¿Cuáles son los problemas que tenemos hoy?… pero si lo que interesa a este país es el protagonismo de los actores que tienen que estar trayendo la paz institucional, -los partidos políticos- mala cosa.
Pero si, quiero ser optimista con el comportamiento de los partidos políticos. Llevamos 40 años de democracia y deberíamos tener la madurez suficiente como para saber enfrentar estos procesos internos de una forma menos escandalosa.