Los agentes de la Policía Nacional viven, en muchas ocasiones, situaciones muy complicadas que a veces les llevan hasta a arriesgar su vida para salvar la de otros: es el caso de José Antonio Moreno, jefe de la brigada de seguridad ciudadana de la Policía Nacional de Puertollano, que arriesgó su vida en el tiroteo de Argamasilla de Calatrava para poder llegar hasta uno de los heridos e intentar salvarle la vida. Los disparos estaban continuamente a su alrededor pero intentó salvar la situación.
Moreno explica que en esta ocasión se trataba de «una agresión con un arma mucho más potente que la que nosotros tenemos, había heridos y varios policías locales y guardias civiles expuestos a esos disparos, aunque estaban a cuerpo tierra los impactos estaban muy cerca y en el momento que este individuo pudiese coger algo de altura podía directamente ir sobre ellos», explicaba el jefe de la brigada de seguridad ciudadana de la Policía Nacional de Puertollano, José Antonio Moreno, con 36 años de experiencia en el cuerpo, de los cuales 12 han transcurrido en la ciudad de Puertollano.
Cuando la Policía Nacional recibe la alerta del tiroteo que se estaba produciendo en esta zona fuera del casco urbano de Argamasilla de Calatrava se desplazan hasta el lugar de los hechos y allí se encuentran dos vehículos camuflados de la Guardia Civil con varios agentes parapetados detrás de los vehículos, divisa un herido «que nos hace ademanes con el brazo solicitando ayuda y vemos que ya está bastante afectado y vemos también a los dos Policías Locales que a unos 20 metros del herido están a cuerpo tierra y otros 20 metros más atrás dos Guardias Civiles», cuenta Moreno.
Así, explica que ven cómo siguen los disparos e impactan cerca de los policías y guardias, por lo que toman la decisión de ir a proteger tanto al agricultor herido como a los policías y guardias que estaban en el lugar. El jefe de la brigada de seguridad ciudadana de la Policía Nacional de Puertollano ante la situación en la que se encuentran solicita que llegue un vehículo todoterreno para poder acceder hasta esa zona -al tratarse de una zona de campo que había sido arada no podía acceder con el primer vehículo que llevaban-. «Cuando llega el vehículo me hago con las riendas del vehículo y no dejo que nadie venga porque no voy a exponer más vidas de las necesarias y, porque operativamente era imposible, ya que tenía que tumbarme para poder protegerme con el bloque motor, iba a ir de frente casi al lugar de donde procedían los disparos».
Una vez posicionado y viendo la ubicación del agricultor herido pone de parapeto el vehículo policial entre el lugar donde se están efectuando los disparos y donde está el herido, haciendo fuego de cobertura desde el interior del vehículo al seguir recibiendo los disparos -fueron muchos los impactos que registró este vehículo, algunos de ellos en la parte posterior del asiento que ocupaba José Antonio Moreno, otros seis en el lateral-.
Moreno recuerda los momentos vividos este miércoles y sigue narrando, «le digo a los policías y a los guardias que vengan reptando hasta el vehículo para protegerse, al empezar a recibir los disparos me lanzo fuera del vehículo por la puerta contraria, sigo con el fuego de cobertura hasta que ya llegan los policías locales primero e intentamos atender al herido aplicándole un torniquete con un cinturón al tener una herida en la ingle, aún estaba vivo pero empezaba a palidecer y había sangrado bastante por lo que corría mucha urgencia sacarlo de allí y decidimos arriesgar y montarle en el vehículo y sacarlo de allí. Ahí fue ya cuando a continuación de los disparos el policía local recibe en el costado uno de los disparos, el agricultor con el paso del tiempo vemos que las constantes vitales ya no las notábamos y ya atendemos al policía local herido. En ese impás es cuando el otro policía local recibe el tiro en la cabeza».
Las situaciones a las que en este tiempo se ha tenido que enfrentar han sido «muy comprometidas», a veces porque en esta unidad se han visto con mucha gente armada, para eso hay un entrenamiento específico, pero siempre saben que se acercan a gente armada muy peligrosa y que si tienen la ocasión van a disparar contra ellos: no lo olvidan. José Antonio Moreno arriesgó su vida para poder salvar la de otro, es la vocación de servicio ciudadano de la Policía Nacional y en esta ocasión ha quedado patente una vez más que prima la vida de los ciudadanos antes que la suya.
Cuando finalizan este tipo de operaciones reconoce que «ya llevo mucho tiempo y experiencia, he pasado por situaciones difíciles, pero lo único que me pasa y me pasará durante mucho tiempo por la cabeza es ver cómo el compañero de la Policía Local es abatido, eso es lo que realmente te deja huella».