Los guardias civiles especializados en homicidios de la comandancia de Ciudad Real descartan que Belén Palomo, la joven presuntamente asesinada por su pareja Eduardo Sánchez en Piedrabuena en 2023, se autolesionara, como sostiene la defensa. “Es antinatural que gesticulando de esa manera se produjera la lesión”, han declarado la teniente y el brigada del Emume (Equipo Mujer Menor) del instituto armado que dirigieron la investigación.
Los investigadores han relatado en el juicio que intervinieron por un apuñalamiento con arma blanca en un domicilio de Piedrabuena intencionado, no accidental, la madrugada del 8 de enero. Sobre las cuatro de la mañana detuvieron al sospechoso, Eduardo Sánchez, pareja sentimental de la joven, como presunto autor de un homicidio.
Las “contradicciones” del acusado, de “juego” a “discusión”
“Desde el principio se descartó cualquier autolesión”, han insistido. El detenido se contradijo esa misma noche. “Al principio dijo que estaban jugando, la abraza, y ella se pincha”. Después habló de una discusión acalorada por la casa, que ella va a la cocina y coge el cuchillo, que él se lo quita, y ella se pincha. No puede controlar la situación y va al centro de salud”, le han explicado al jurado que juzga el caso en la Audiencia desde el viernes pasado.
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Belén «era víctima de violencia de género»
De las declaraciones de las amigas y el entorno familiar de la víctima, además del contenido de los teléfonos móviles de ambos, que analizaron unos días después, concluyeron que Belén “era víctima de violencia de género”, que la situación era más o menos conocida, pero que no había denunciado.
Al acusado se le interrogó esa misma noche por incidentes previos con su mujer, como una patada que le dio en una boda que habían visto varios testigos y que recordaban como algo muy grave, mientras él lo reconocía “pero lo minimizaba”, dicen.
De la intervención de los teléfonos móviles y el examen exhaustivo de las conservaciones por ‘whatsapp’ la noche del crimen y los meses previos, concluyeron que la joven era objeto “de maltrato de forma habitual”.
Ante el jurado los guardias han leído los mensajes más relevantes para la investigación, por indicación del Fiscal de Violencia sobre la Mujer Jesús Gil que acusa en este caso.
Horas previas a la muerte violenta Belén, que el 7 de enero de 2023 había salido a cenar con sus compañeras del equipo de fútbol sala de Piedrabuena, sin parejas, recibió diecisiete llamadas cortas y treinta y tres mensajes que para el equipo policial denotan trato vejatorio, agresivo y despreciativo hacia ella, y el control.
Eduardo no paró de llamarla: «Temprano te quiero ver»
Las conversaciones por ‘whatsapp’ más relevantes de aquella noche: Eduardo: “Ya puedes tener cuidado”, “temprano te quiero ver, no te digo más”. A la media hora “me cago en Dios”. A las 00.45 “Perro, a foyar”, “ale, venga, a casa, venga a foyar”, “deja de foyar ya, coño”. La joven había salido de su casa sobre la diez de la noche y supuestamente el acusado no dejó acosarla a través del teléfono móvil.
Mensajes de diciembre: «Vas al Patio al puto zorreo»
Otros mensajes importantes de la investigación del mes de diciembre de 2022 o incluso de finales de noviembre. En ellos Eduardo le reprocha que salga con otras personas. Si ella le dice que ha quedado a tomar café o con alguna amiga, le replica con mensajes de este tipo: “tú, con tus amigos de El Robledo, me cago en Dios”, “ya veremos a ver”, “Claro, con tus colegas de El Robledo”, “vas al Patio al puto zorreo”, “a foyar, que se te da bien”. Mientras que Belén le escribe: “que no me hables así”, “madre mía que mal de la cabeza”. Y e Eduardo responde, “sigue así gilipollas, a foyar, censo”, “peor, estate en casa”, “que estés en casa”.
Otra conversación del 16 de diciembre: Belén le escribe que se va a tomar algo y Eduardo replica, “ya estamos, la niña, ve a por ella, el fútbol, una excusa para irte foyadora”. Y desde que ella está en el lugar en el que ha quedado sigue con los mensajes, “venga anda que ya estás como todos los días, a recogerse”, esto a los ocho minutos de la hora a la que había quedado. Belén replica: “cuando me tome algo iré, cojones, que no tengo derecho”, es mismo minuto, vamos. El 17 de diciembre Belén le escribe: “por lo que veo te seguirá haciendo tu madre la merienda”, y Eduardo replica, “me da igual tú y ella, la que quiera”.
De esas conversaciones los agentes del Emume coligen que Eduardo controlaba tanto a su pareja que le impedía hacer su vida cotidiana con normalidad y sobre todo disfrutar de momentos de ocio.
Asesinato y malos tratos, la tesis de las tres acusaciones
Eduardo Sánchez, de 32 años, está acusado de asesinato, un delito de maltrato habitual, tres de maltrato, y varios delitos más leves de vejaciones y coacciones, por los que el fiscal de Violencia sobre la Mujer de Ciudad Real pide penas que suman 30 años cárcel, lo mismo que las acusaciones que ejercen los padres de la fallecida y la abogada de la Junta de Castilla-La Mancha, que tiene la tutela de la hija de la pareja, acogida ahora por sus abuelos maternos.
La defensa pide la libre absolución
El acusado todavía no ha contado su versión de lo que pasó, lo ha hecho a través de su abogado, Luis Gérez, en su escrito de defensa en el que pide la libre absolución. Dice que Belén murió por un corte accidental con un cuchillo jamonero, que él no tenía ni motivos ni intención de matarla.
El juicio, en el que se ha visionado la inspección ocular de la escena del crimen, sigue esta mañana con la declaración de los peritos.