La escritora alcazareña Mercedes Santiago Guerrero ha presentado en Ciudad Real su libro de poemas ‘Campanas de alerta. Un grito de paz para Venezuela’ en la biblioteca pública de la capital, arropada por la Asociación de Venezolanos en Ciudad Real.
Esta es la tercera presentación del libro que se realiza en la provincia, después de las celebradas en Tomelloso en el mes de junio pasado y en Alcázar de San Juan en octubre.
La presentación en Ciudad Real se ha producido “en compañía de quienes dieron sus vivencias de Venezuela e inspiraron a esta alcazareña a escribir desde el corazón y la empatía de una española que logró entender lo que acontece en este bello país caribeño. Ha sido un encuentro con venezolanos y no venezolanos entregados a las imágenes y recuerdos de este país”, señala la Asociación de Venezolanos en Ciudad Real en un comunicado.
El libro, en palabras de su autora, “es un grito de paz como medio para alcanzar la reconciliación, el regreso al hogar y a una convivencia pacífica”.

Mercedes Santiago confiesa que es difícil resumir esta obra poética, ya que alberga diferentes temas y diferentes consecuencias. “Este poemario trata del pueblo venezolano: empatizando con su gente, recogiendo sentimientos, emociones y sufrimientos. Quedan expresados con opiniones y testimonios que desgarran y nos hacen olvidar nuestra distancia como espectadores, asumiéndolos como propios, encallándose en nuestros corazones”, señala el comunicado.
Varios venezolanos asistentes a la presentación dieron fe de lo que acontece en la tierra de Simón Bolívar con relatos desgarradores de familias desmembradas, propiedades perdidas y sueños truncados, explica la nota de la asociación.
Si un poema puede resumir los deseos de 7 millones de venezolanos que han huido de Venezuela sería “Ansiada Libertad”:
Ansiada Libertad
Todo lo prohibido
es lo que más deseamos,
como ir juntos de las manos,
mirándonos a los ojos,
sonriéndonos cuando atisbamos
un compartido pensamiento.
No nos dejan pensar libremente.
No podemos elegir
lo que cada uno quiera vivir,
sin imposiciones, sin normas
admitidas en habituales rutinas,
que queramos decidir.
Vivir sin empujones,
sin impuestos falsos lideres,
que nos dirijan a ciegas
a empellones ruidosos y groseros,
como si a animales sirviéramos.
¡Qué bello seria decidir
lo que cada uno quiera vivir!