S. Ruipérez/ Ciudad Real
“Lo que explica fundamentalmente que una persona abandone su alimentación es que tiene una baja autoestima”, indicó ayer el doctor Luis Beato, momentos antes de impartir una conferencia sobre anorexia y bulimia en el Colegio de Médicos de Ciudad Real.
El también jefe de la Unidad de Psiquiatría del Hospital General Universitario de Ciudad Real, explicó que los sentimientos de “minusvalía personal “que se desarrollan y se condicionan a lo largo de la infancia pueden conllevar a que una persona llegue a desnutrirse para sentirse bien con ella misma y conseguir la aprobación de los demás, de su entorno social.
El denominador común de los trastornos alimentarios como la anorexia y bulimia, que según Luis Beato, siguen siendo más frecuentes entre las mujeres, es la baja autoestima y luego en función de los factores y de la personalidad de cada paciente, hay mujeres que hacen restricciones dietéticas y pierden peso y otras que rompen el ayuno y pasan al atracón y se provocan el vómito.
Ante este cúmulo de circunstancias el doctor asegura que esta es una enfermedad que se puede prevenir. Sostiene que haya factores como el perfeccionismo o la autoexigencia que predisponen a muchas niñas a estas patologías. Del mismo modo se refirió a muchas situaciones en la adolescencia que conllevan amenaza en la autoestima de las jóvenes, como la pérdida de las relaciones sociales o situaciones traumáticas que pueden predisponer a la paciente a este tipo de trastornos y que con una detección y un tratamiento correcto podrían prevenirse.
Según los datos manejados por Beato, el 6% de la población adolescente tiene un trastorno alimentario, en un porcentaje de un 1% anorexia y un 1,5% bulimia. El resto son casos incompletos pero que genera mucho sufrimiento y una disminución en la capacidad de desarrollo y en los logros que esa persona hubiera conseguido si no hubiera padecido ningún tipo de trastorno.
Sostiene el doctor psiquiatra Luis Beato, que este tipo de enfermedad se da en las sociedades desarrolladas, en niñas con un buen nivel cultural e intelectual que llegan a rechazar la ingesta hasta poner en peligro su proyecto vital, sus relaciones personales e incluso su propia vida.