La Asociación Encinares Vivos de La Mancha cerró el domingo la campaña de forestación con la plantación de árboles en el paraje de la Cañamona en Campo de Criptana. La impetuosa, de ligero viento y llovizna pausada, alegró el corazón a los optimistas esperanzados aún en que las lluvias no abandonen en demasía los campos.
Un grupo de voluntarios y familias con sus hijos de Alcázar de San Juan y Campo de Criptana demostraron que, a pesar de las inclemencias del tiempo, siempre hay que tener la valentía suficiente para plantar nuevos árboles en esta tierra seca, agotada en exceso y desprovista ya de los caudales hídricos que en décadas anteriores circulaban libremente por estos campos de La Mancha.
El presidente de la asociación, Daniel Mínguez, señaló que cierran la campaña “dando las gracias a todas las personas que de una manera desinteresada han colaborado con nosotros para contribuir a mejorar nuestro entorno natural plantando vida con árboles nuevos que darán sombra a las esperanzas de nuestros hijos, a los que tanto queremos y paradójicamente seguimos sin tomar las medidas necesarias para que el futuro de nuestro planeta no mediatice el futuro de nuestros hijos”.