La investigadora torreveña Fermi Cañaveras ha destapado uno de los episodios más vergonzantes y graves de la condición humana, como son los olvidados y sistemáticos ataques sexuales a mujeres encarceladas en el campo de concentración alemán de Ravensbrück, cuyo significado no puede ser más agorero: “el puente de los cuervos”.
Allí, durante la segunda Guerra Mundial miles de represaliadas fueron violadas, mutiladas, forzadas, torturadas, vejadas y asesinadas. También experimentaron con sus cuerpos y con sus bebés. Fue un exterminio tabú, como el propio recinto macabro, situado a 90 kilómetros de Berlín, un campo de concentración para mujeres convertido en la cuna de la ignominia, blanqueada por los opresores con el tatuaje ‘feld hure’ –‘putas de campo’- sobre el pecho de las víctimas.
‘Putas de campo’ es el título de la novela con la que la historiadora está removiendo conciencias entre cada vez más lectores. No en vano, la primera edición se agotó en 20 días, y ya va por la tercera, según ha explicado esta tarde la escritora en la presentación del libro en Ciudad Real.
El objetivo de la historia novelada que resume cuatro años de investigación es “contar al mundo” lo que sufrieron aquellas esclavas sexuales, muchas de ellas españolas, “totalmente olvidadas”. “Ya es hora de que pongamos voz a este colectivo y que el horror que padecieron no pase de puntillas por la historia”, ha señalado. “Es muy importante recuperar su memoria y poner en valor todo lo que hicieron porque podíamos haber sido cualquiera de nosotras”.
Cañaveras llegó a Isadora Ramírez García, la protagonista del libro, de la editorial Molinos & Gigantes, cuando estaba elaborando el trabajo fin de grado sobre la organización del Partido Comunista en la clandestinidad de Madrid por parte de cuatro mujeres activistas.
Ramírez García, que vivió en la calle Atocha y murió en 2008, es la republicana que da vida al espíritu de la resistencia en la gran guerra en España, desde que entró en prisión ya acabada la Guerra Civil, con 19 años y terminó, según la autora, prostituida.
En esta trama de la vida y la muerte también hubo salvadores, ha señalado Cañaveras, “a los que habría que hacerles un homenaje” como Juan Negrín, Vicente López Tovar, Daniel Casanova, o el doctor Guillén, que se arruinó al pagar “exilios a la carta de comunistas y de miembros de Juventudes Socialistas”.
Pero lo más triste es la “moraleja” de un libro “muy resistente y peleón”, como es la vigencia incólume de la explotación sexual de mujeres, con el mismo patrón: victimarios y víctimas. “Las instituciones están trabajando muy bien”, ha sostenido, aunque “queda mucho por hacer”, dada la salud del despreciable fenómeno. “Antes se llamaban nazis y ahora son proxenetas, y ya no tatúan a las mujeres, pero les quitan los pasaportes y acaban en clubes de carreteras o en pisos desconocidos”, ha manifestado.
Un libro imprescindible
Por su parte, la consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández, presente en el acto, ha visto “imprescindible” el homenaje escrito a las mujeres que “conocieron el infierno”, sobre todo si la historia es novelada porque “se digiere mucho mejor”.
En su opinión, es “un ejercicio sano” rescatar de los márgenes de los libros a las mujeres, siempre desapercibidas “tanto en los hechos cotidianos como en los grandes descubrimientos científicos”.
Contundente contra la lacra de la prostitución, Fernández ha recordado “el drama humano” que supuso que 130.000 mujeres pasaran por dicho campo de concentración, y que entre 30.000 y 90.000 fueron asesinadas. Además, “experimentaron con sus cuerpos, con amputaciones, mutilaciones y trabajos forzados, y en condiciones infrahumanas”.
Por ello, la consejera ha denunciado el silencio tácitamente impuesto sobre esos ataques machistas y violentos a mujeres, a la vez que ha celebrado ‘Puta de campo’ como un libro esclarecedor y reparador de la memoria de unos hechos con “una gran dimensión dolorosa y dramática”. A su juicio, pone de manifiesto que “el odio engendra odio” y que “cuando se ataca a un grupo numeroso de personas con estereotipos se les desprovee de su dignidad, se las cosifica y se les violenta”.
Son discursos “muy peligrosos”, desgraciadamente, a juicio de Fernández, actuales, como los de algunas formaciones que “pretenden deshumanizar o buscar chivos expiatorios en parte de la población para explicar los problemas que puede tener la sociedad”. Así comenzaron, ha agregado, “los regímenes fascistas”.
Ley contra la trata “con carácter abolicionista”
En otro momento, ha mostrado la apuesta del PSOE y del Gobierno de Castilla-La Mancha por abordar una Ley integral para luchar contra la trata “con carácter abolicionista”. Los datos son resistentes: “siete de cada diez personas explotadas son niñas y mujeres, la mayoría traficadas como esclavas sexuales, mientras que la explotación en el caso de los niños “es de carácter laboral”. Igualmente, tal y como alertan los organismos como la ONU o Amnistía Internacional, las mujeres y niñas “siguen siendo botín de guerra” en lugares de conflicto como Ucrania.
Y además, en España, ha agregado, el 95% (40.000) de las 45.000 mujeres que ejercen la prostitución son explotadas por proxenetas, “a veces en condiciones infrahumanas y sin libertad”, un negocio lucrativo que les reporta unos 10.000 millones de euros al año.
En la puesta de largo en el Museo de la Merced de la capital de ‘Putas de campo’ ha participado además la historiadora miguelturreña Esmeralda Muñoz, así como ha acudido numeroso público, que ha seguido los detalles del marco histórico de unos años de plomo para las mujeres.