El reconocimiento otorgado por el Gobierno de Castilla-La Mancha a la empresa alcazareña La Bola de Cristal S.L. en el marco del Día de la Mujer no es más que una confirmación del impacto positivo que esta entidad ha logrado en la sensibilización y prevención de la violencia de género. En esta iniciativa se encuentra Rosa María Moreno, quien, junto a su equipo, lleva casi dos décadas apostando por la igualdad a través de actividades lúdico-educativas.
Para Rosa María Moreno, recibir este galardón ha sido una sorpresa. «No nos lo esperábamos», confiesa. Sin embargo, lo considera un reconocimiento a su forma de trabajar, de pensar y de sentir. «Llevamos años desarrollando estas iniciativas, y ahora se les está dando más visibilidad», explica.
Uno de los pilares que han cimentado esta distinción es el Plan de Igualdad que la empresa decidió implementar hace tres o cuatro años, a pesar de no estar obligada a ello por ser una pequeña empresa. «Trabajamos con centros de la mujer y asociaciones vinculadas al Pacto de Estado contra la violencia de género. Nos pareció importante contar con este documento porque ya estábamos aplicando sus principios en nuestro día a día», señala.
De la animación a la educación en igualdad
La Bola de Cristal nació como una asociación de ocio y tiempo libre. Con el tiempo, el equipo profesionalizó su labor hasta convertirse en una empresa de formación y proyectos educativos. «Nos dimos cuenta de que no se trata solo de entretener a los niños, sino de educar con responsabilidad», comenta Moreno.
Esa evolución les llevó a impulsar campamentos y campañas escolares que, sin saberlo, ya estaban en línea con la perspectiva de igualdad y conciliación. Con la llegada del Plan Corresponsables, impulsado por los centros de la mujer, encontraron un marco idóneo para sus proyectos. «Nosotros ya organizábamos campamentos que facilitaban la conciliación familiar y laboral. Ahora se han reconocido con apoyo institucional», explica.
El equipo, además, está compuesto mayoritariamente por mujeres, algo que no fue buscado intencionadamente, sino que ocurrió de manera natural. «Siempre hemos tenido un 90 % de mujeres en la plantilla. No respondía a una cuota ni a una política de contratación específica, sino a que las personas que encajaban en los perfiles que buscábamos eran, en su mayoría, mujeres», aclara.
La igualdad como parte del ADN de la empresa
La educación en igualdad que promueve La Bola de Cristal tiene su base en la experiencia y en la convicción de su equipo. Moreno recuerda cómo su propia crianza influyó en su manera de ver el mundo. «Crecí en un ambiente igualitario, donde mi padre repartía las tareas domésticas con mi madre. Para mí era lo normal, pero a lo largo de nuestra trayectoria hemos trabajado con niños y adultos que no han tenido ese modelo», cuenta.
En sus actividades, han visto cómo niños y adolescentes descubren la desigualdad en sus propios hogares. «Hemos dado talleres en los que un niño se ha echado a llorar porque comprendió que lo que ocurría en su casa era maltrato. Para él, esa era la norma, porque no había visto otra realidad», relata.
Adaptarse a los tiempos y a los nuevos desafíos
Con el paso de los años, la percepción sobre la igualdad ha evolucionado. «Cuando empezamos, este enfoque era algo poco habitual. Ahora hay más presupuesto, más profesionales formados y una mayor apuesta institucional», comenta. Sin embargo, advierte que surgen nuevos retos, como la influencia de las redes sociales y el consumo de contenido digital en los jóvenes. «Nos encontramos con niños y adolescentes que tienen interiorizados estereotipos perjudiciales. Ya no se trata solo de romper con la idea de que las niñas no pueden jugar al fútbol, sino de abordar cuestiones más complejas relacionadas con el contenido que consumen a diario», explica.
Para ello, utilizan estrategias dinámicas y prácticas que permitan conectar con los participantes desde su propia realidad. «No podemos llegar a una clase con un discurso teórico. Hay que hablar su lenguaje, acercarnos a lo que les interesa, ya sea a través de juegos, de dinámicas o incluso abordando temas como los youtubers, entre otros», detalla Moreno.
Proyectos con impacto real
Uno de los programas más destacados que han desarrollado es el Plan Corresponsables en colaboración con el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan. «Organizamos campamentos urbanos en períodos no lectivos, como Semana Santa, Navidad o carnavales, para facilitar la conciliación familiar y laboral. Muchas familias no pueden costear estos servicios, por lo que este tipo de iniciativas son esenciales», indica.
Además, trabajan en institutos con actividades como escape rooms temáticos, donde los estudiantes aprenden sobre igualdad, corresponsabilidad y la historia de mujeres representativas a través del juego. «Nos desplazamos a los centros educativos y, mediante una experiencia interactiva, los alumnos adquieren conocimientos de una manera amena y efectiva», comenta.
Mirando al futuro con optimismo
El futuro de La Bola de Cristal sigue ligado a la educación y la igualdad, aunque el panorama es incierto debido a la dependencia de subvenciones y programas institucionales. «Nosotros trabajamos por proyectos, no tenemos un espacio propio de gestión. Esto hace que nuestro futuro esté condicionado a las campañas que vayan surgiendo», explica Moreno.
De cara a los próximos meses, se centrarán en la organización de campamentos de verano, formación y actividades de ocio nocturno para jóvenes. «El verano es un período clave para la conciliación, y queremos seguir ofreciendo espacios seguros y educativos para niños y adolescentes», apunta.