Este domingo 8 de octubre se abren en Castilla-La Mancha los periodos hábiles de caza (mayor, menor y aves migratorias no acuáticas) y las perspectivas de actividad son moderadamente positivas, por la prolongada sequía, aunque se prevén mejores resultados económicos y más aprovechamientos cinegéticos si llegan las precipitaciones.
Portavoces de distintas organizaciones cinegéticas estimaron un balance irregular dependiendo del desarrollo de las distintas especies y de los controles de población en casos de altas densidades, y previeron más número de trofeos aunque de menos dimensión.
El presidente de la Asociación de Propietarios Rurales para la Gestión Cinegética y Conservación del Medio Ambiente (Aproca), Luis Fernando Villanueva, apuntó a unas estimaciones positivas, a pesar de la pésima climatología “que ha influido totalmente” en las fincas y en la fauna.
El calor y la sequía tendrán efectos en la calidad de los trofeos, apuntó, si bien la crianza de jabalíes, “sin predadores naturales”, y la de ciervos, que han crecido “de manera exponencial”, ha estado marcada por la atención de los gestores de las fincas, que han proporcionado a las reses “suplementos alimenticios y agua”.
Perdiz y conejo
En el caso de las poblaciones de la emblemática perdiz roja silvestre, en caza menor, “es uno de los mejores años”, aunque hay zonas “donde han desaparecido” por la acción de los predadores o por las actividades agrarias.
Según Villanueva, este ave necesita para su recuperación ser objeto de planes como el programa integral de medidas de gestión de hábitat y caza sostenible en cotos que está realizando la Fundación Artemisan.
Por su parte, el conejo también sufre los vaivenes de una peligrosa dinámica de movilidad, que ha reducido su oferta en general.
En concreto, según Villanueva, hay puntos con caídas de hasta un 90% como los Campos de Calatrava y de Montiel, tras el desplazamiento del grueso de sus poblaciones a hábitats de la comarca de La Mancha, donde hay plagas que provocan daños. Así, a juicio de Villanueva, habría que trabajar en dos líneas para equilibrar la presencia del conejo, una de recuperación y otra para la vigilancia de altas densidades.
Igualmente, es una especie que “fluctúa” y sufre enfermedades cíclicas.
La liebre, por su parte, se presenta, según el máximo portavoz de Aproca, con un decrecimiento en sus poblaciones por diversas enfermedades.
Villanueva pidió cautela ante las condiciones climatológicas e hizo un llamamiento a retrasar la celebración de cacerías y orgánicas “hasta que las condiciones acompañen y empiecen las primeras lluvias”, sobre todo en el caso de la perdiz roja.
En el aspecto comercial, la actividad cinegética sigue el número de cazadores al alza, dentro de la tendencia de los últimos dos y tres años, respecto a la bajada por la crisis de hace un lustro.
Sin embargo, la caída de la afición por motivos económicos sirvió para atraer a la demanda extranjera, procedente de una cuarentena de países, principalmente de Francia, Portugal o Rusia, seducida por los modelos de caza como el ojeo de perdiz y las monterías.
Las especies mayores, como el ciervo y el jabalí, han criado bien pero los trofeos serán de menos calidad por la climatología, mientras que las poblaciones de las menores han tenido un desarrollo desigual
Descontento
Por otro lado, lamentó el descontento entre cazadores por la ausencia de la licencia interautonómica de caza, un documento único que permite a estos titulares cazar en los terrenos cinegéticos de las comunidades adheridas sin necesidad de realizar trámites adicionales.
Por ello, pidió al Gobierno castellano-manchego que “se sume a la licencia” porque “fue una barbaridad que la impulsara y luego se echara para atrás por cuestiones políticas”.
Temporada baja
De su lado, el delegado provincial de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha, Manuel Aranda, se refirió en primer lugar a la media veda cerrada el 21 de septiembre para la paloma torcaz, tórtola común (desde el 21 de agosto) y para la codorniz (hasta el 15 de septiembre).
“Ha sido una temporada más baja de lo que se esperaba”, con un “repunte” de la tórtola, y la codorniz “inexistente”.
Aranda advirtió del “declive” de las especies migratorias “cada vez con menos presencia” por los efectos del cambio climático, pues los inviernos son más templados y los veranos están arrasados por las altas temperaturas.
De cara nueva a la nueva campaña, previó un balance positivo, pero con precisiones según especies.
En caza menor, el conejo “tiene buenas perspectivas”, con una densidad irregular según las zonas, mientras que la liebre “está al alza”, y la perdiz tiene unas perspectivas “irregulares” porque hay zonas con abundancia y otras zonas con menos polladas. “Será una campaña media de perdiz”, estimó Aranda.
En caza mayor, las previsiones de la federación son “más halagüeñas” en jabalí, que “se va expandiendo”, así como en ciervo“también tendrá unos resultados positivos”, sobre todo en los trofeos. Sin embargo, la calidad de las cuernas, puntualizó Aranda, se verá repercutida por la sequía, de menor dimensión, pero apostó por “un buen número en cantidad”.
Respecto a la caza social, en la provincia ha habido un “repunte al alza”, con 5.500 federados, tras sumar más de medio millar.
En el caso de las monterías, tanto la cría en las fincas como la situación económica apuntan, señaló el mismo portavoz, a una subida de venta de puestos y “a que también sea mejor”.
Responsabilidad por daños
En la misma línea se expresó Agustín Rabadán, presidente de la Federación regional de Caza, al indicar que con carácter general la nueva temporada estará marcada por la sequía, tras un verano caluroso y seco.
Sobre la caza del conejo recordó que está presente en toda la región, incluso con plagas en las comarcas de La Mancha y Manchuela, donde están provocando pérdidas agrícolas.
Para erradicar esta situación, Rabadán defendió la postura de federación, “la única entidad que está luchando por el cambio normativo para fijar la responsabilidad por daños, y estamos instando a la administración a que adopte medidas o que dote de ayudas económicas a las sociedades de cazadores, que son las que están asumiendo las indemnizaciones”.
Es el mismo caso que en Guadalajara y la Sierra Alta de Cuenca con los ciervos.
Respecto a la liebre “ha criado bien”, mientras que la perdiz roja “es la especie que más ha acusado la sequía”. Inicialmente, tuvo una producción buena con polladas que se adelantaron y burlaron a las cosechadoras y empacadoras, pero más tarde su población menguó por la falta de agua.
Por ello, en nombre de la Federación, Rabadán aconsejó a los cotos de caza de la región que se retrase cuanto sea posible el inicio de la caza de la perdiz roja silvestre, para que lleguen las lluvias que “mejoren sus cualidades y haya un mayor rendimiento”.
En cuanto a la caza mayor, el jabalí “es la especie reina en cuanto al número de ejemplares y su distribución geográfica”, mientras que los cérvidos “tienen cada vez más proliferación en las provincias de Cuenca y Guadalajara, incluso fuera de sus hábitats”, sobre todo por la expansión de la agricultura intensiva.
De esta manera, “habrá una buena temporada en cantidad, peor menor en calidad por la sequía “.
Respecto a la actividad cinegética, Rabadán señaló que están remitiendo los efectos de la crisis, con una recuperación que desde hace dos o tres años se está estabilizando.
En Castilla-La Mancha hay 120.000 licencias, con Toledo y Ciudad Real como provincias con más volumen de autorizaciones.