La ya mermada campaña de aceituna de este año, debido a la sequía y la vecería, ha sufrido en los últimos días un nuevo revés por los efectos de las fuertes rachas de viento (de hasta más de 90 kilómetros a la hora) registradas en distintas provincias como la de Ciudad Real, y que en las comarcas de tradición oleícola como la de Montiel y Calatrava han provocado la caída de fruto en altos porcentajes.
Calidad diferenciada
Carlos González, director de la DO Aceite Campo de Montiel, ha confirmado la pérdida generalizada de aceituna en el ámbito de acción de esta figura de calidad por las racha de entre 80 y 90 kilómetros por hora. La recolección “ya venía retrasada y corta”, entre otras causas “por el granizo que cayó a final de verano que tiró mucha aceituna”, y que en la última semana el viento “ha terminado de rematar”.
Además, el fenómeno borrascoso ha pillado a los productores de los 26 pueblos acogidos a la DO “en plena recogida” de un fruto “muy maduro, que estaba cayendo muy bien”.
Por ello, desde la DO “pusimos en aviso a las almazaras inscritas” para que discriminaran las aceitunas sanas de las afectadas tanto por las bruscas caídas como por las picadas de la mosca” para que “vayan a distintas tolvas y se molturen por separado”.
El objetivo es “obtener productos cualificados” tras la selección para poder competir “con la máxima calidad” dentro de los parámetros específicos del Aceite Campo de Montiel elaborado por la mezcla natural de las variedades mayoritarias, como son la cornicabra y la picual.
La producción, con la suma de todos los fenómenos adversos, será de cerca del 50% menos, con unos 6 millones de kilos de aceite, frente a la media de 15 millones de kilos de una campaña media.
González ha apostado por invertir la estrategia de comercialización, con el 5% envasado y el resto a granel tanto al mercado nacional como al internacional, por la diferencia del “valor añadido” a favor del embotellado, a 2,90 euros el litro, frente a 1,95 euos el kilo en grandes volúmenes.
“Tenemos el sello de calidad, el reconocimiento y protección a nivel europeo e internacional, ha señalado González, herramientas que tenemos que utilizar para introducirnos en los mercados de envasado”.
“No se puede coger la del suelo”
Los efectos negativos del negativos del viento también han afectado a los productores de la DO Aceite del Campo de Calatrava. Su presidente Juan Pedro Díaz, ha señalado que buena parte de la aceituna arrastrada al suelo “no se puede coger” porque la fuerza del viento lanzó a gran distancia el escaso fruto de los árboles. “Un olivo cargado pesa más y cuesta más moverlo, pero como traen poca aceituna, los zarandeó mucho”, ha declarado a Lanzadigital.
Por ello, recoger la dispersión de aceitunas en algunos de los olivares de Campo de Calatrava de las 16 localidades de la comarca “es perder dinero”, sobre todo si “hay que contratar”.
Ha recordado que a la llegada de las borrascas ‘Elsa’ y ‘Fabién’, los olivares de esta zona “ya llevaban cosechada la mitad de la campaña” y, por tanto, las pérdidas serán desiguales, aunque los precios “siguen bajísimos”.
Falta mano de obra
El secretario general técnico de Asaja Castilla-La Mancha, Arturo Serrano, ha lamentado dichas consecuencias por los fuertes vientos -entre 80 y los más de 100 kilómetros a la hora en olivares castellano-manchegos- “que ha logrado tiraren algunas parcelas entre un 50 y 80% de la producción en el suelo”, y que se suman a la deriva del sector oleícola, con cotizaciones por el suelo tanto en origen como en las tiendas, y la falta de mano de obra.
Además, el portavoz de Asaja regional también ha denunciado “las extorsiones” que están sufriendo algunos empresarios agrícolas a la hora de cerrar el precio por las peonadas “de más de 55 euros” la jornada, incluso con “suplantaciones de identidad y falsificaciones”.
Respecto al almacenamiento privado del aceite como medida para equilibrar el mercado oleícola es, a su juicio, “una auténtica vergüenza”, que ha servido “de estrategia para paralizar las movilizaciones del sector”.
Lo que sí ha resultado positivo de las borrascas, para Serrano, ha sido el agua acumulada por las lluvias de hasta 65 litros por metro cuadrado en algunos puntos de la región y que está beneficiando a “otros cultivos”.
Además, “los acuíferos se están recargando” y la situación hídrica “está bien en provincias como Cuenca, Guadalajara, Toledo y Ciudad Real