A. R.
Ciudad Real
Con la excelente interpretación de cantos por parte del Coro Vox Regis y la presencia de 14 caballeros de las Órdenes Militares, así como con la participación de once seminaristas y una veintena de sacerdotes, se celebró ayer por la tarde en la Catedral la misa del Corpus, en la que el obispo, Antonio Algora, resaltó que a través de la Eucaristía se logra la unión con Cristo, así como con todos los hermanos.
Algora, que recordó a Santa Teresa en su 500 cumpleaños leyendo extractos de sus reflexiones sobre las fundaciones de Malagón y Medina del Campo en las que refleja su respeto y veneración al Sacramento de la Eucaristía, indicó que la unión con Cristo rompe toda las esclavitudes a las que llevan los pecados, al tiempo que capacita e impulsa para poder transformar las estructuras del mundo y sumerge en la realidad humana de manera activa y comprometida con el bien y la justicia.
Algora expuso que estar cerca de Dios ayuda a fijarnos y carganos los unos con los otros, a denunciar las injusticias, a vivir en comunión y apostar por los débiles, los frágiles y los últimos.
Algora fue el encargado de colocar la Forma Consagrada en la Custodia del siglo XVII de plata sobredorada y pedrería, llevada en el paso de la Virgen del Prado que lució exorno floral de azucenas blancas y fue empujado por miembros de la Adoración Nocturna. El alegre avance de más de 300 niños y niñas que han hecho este año la Primera Comunión abrió la procesión del Corpus en una celebración en la que se conmemoró la institución de la Eucaristía y el sacerdocio, además de la Caridad.
Tras los niños, se sumaron fieles para alumbrar un recorrido procesional que también realizaron las Dulcineas y en el que tocó la Banda de Música de la Agrupación Musical de Ciudad Real, dirigida por su subdirector, Ángel Pardo. Así mismo, participaron las mujeres y hombres de la Adoración Nocturna y los caballeros de las Órdenes Militares, seguidos de los seminaristas y sacerdotes. Presidida por el obispo, junto a quien se situó el presidente del Real Consejo de las Órdenes Militares, Pedro de Borbón-Dos Sicilias y de Orleans, la procesión también contó con la presencia de una amplia representación de concejales de la Corporación Municipal, y el subdelegado del Gobierno, Fernando Rodrigo, además de, entre otras autoridades, el teniente coronel jefe de la Comandancia de Ciudad Real, Humberto Urruchi, y el comandante Ángel Bobis, en representación del Batallón de Helicópteros de Ataque de Almagro.
La ciudad se engalanó gracias especialmente a la labor de Hermandades y Asociaciones que instalaron altares y coloridas alfombras para el paso del Corpus, así como de particulares que embellecieron los balcones de sus viviendas.
Engalanada
En la calle Carlos Vázquez, el grupo joven de la Hermandad de Ecce Homo empleó sal teñida en blanco, amarillo, naranja, rojo y negro para desplegar una alfombra presidida por la Cruz de Santiago y en la que no faltaron la representación del cáliz y las uvas.
Con un fondo azul purísima y enmarcada con un borde rojo, brilló también la alfombra de sal teñida elaborada en la calle Prado, junto al Museo Provincial, por el grupo joven de la Dolorosa de Santiago, que recreó en la parte central la Forma con el Cáliz, en la superior el escudo de su Hermandad, en la inferior espigas y uvas y en las cuatro esquinas los escudos de las Órdenes Militares, además de recordar la conmemoración de los 500 años del nacimiento de Santa Teresa.
Por su parte, el Grupo Mazantini realizó la alfombra más larga de la jornada, de unos 20 metros en la calle Prado, para la que empleó unos 900 kilos de sal teñida. Óscar Patón Tenorio fue el responsable del diseño de esta alfombra en cuya creación participaron 42 personas. Esencias propias del barroco y del gótico se fusionaron en esta alfombra en la que se mostraron los cuatro escudos de las Órdenes militares y en medio una imagen de Santa Teresa con una paloma representando al Espíritu Santo y la frase ‘Nada te turbe… sólo Dios basta’.
También en el recorrido, la Hermandad de la Soledad instaló un altar frente al Ayuntamiento con una imagen de la Virgen y las de cuatro ángeles y se pudo presenciar el creado por el Cristo de la Piedad en el balcón de su Casa Hermandad de la Plaza Mayor, así como el que instaló en el Paseo del Prado con un Niño Jesús.
Además, Francisco Javier Benítez elaboró otro en el recibidor de una casa privada en la calle Mercado Viejo 2 con la imagen de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos tras la que situó el altar con motivos de la Eucaristía, dos niños montañesinos y dos ángeles.
Así mismo, las Hermandades del Silencio, El Encuentro, Jesús Caído, Cristo del Perdón y las Aguas y la Misericordia instalaron un altar en la calle Paloma 2, con la colaboración de los vecinos del inmueble y de la parroquia de San Pedro. En este altar, estuvieron presentes un cáliz con la Sagrada Forma, racimos de uva, hiedra, espigas, pan y vino, así como la reproducción de penitentes de las cinco hermandades, cada uno con su correspondiente cetro.