La construcción del edificio que evocará el antiguo Gran Casino de Manzanares empezará “a principios de 2019”. El exalcalde y empresario Antonio López de la Manzanara ha confirmado que las obras podrían empezar en “febrero”, una vez que estén comercializados algunos de los pisos o locales que incluirá. El plazo de ejecución de la obra será de entre 18 y 20 meses.
Demolido en 1998, el casino fue uno de los edificios más característicos de la arquitectura de principios del XX en la ciudad. El valor patrimonial no impidió que los más de 200 propietarios del edificio situado en la esquina de calle Morago con San Marcos asumieran su rehabilitación antes de que acabara en un estado de ruina.
La nueva construcción está enmarcada en la modificación de la Ley de Urbanismo de Castilla-La Mancha (LOTAU), que permite adecuar los usos de edificios en los cascos urbanos de los municipios de la región para fomentar la renovación y la regeneración urbana.
El acuerdo de ALM Empresas con el Ayuntamiento de Manzanares, por el que el solar pasa a tener uso residencial en las plantas altas y comercial en la baja, ha sido pionero a nivel regional. También ha incluido una modificación puntual del Plan de Ordenamiento Municipal (POM).
No será una reproducción exacta, pero tendrá similitudes
Tras años de gestiones y negociación, “casi 7 años para reunir todas las participaciones” del solar de 2.847 metros cuadrados y después con el Ayuntamiento, Antonio López de la Manzanara confirma a lanzadigital.com que “será un edificio de estilo neoclásico, propio de la arquitectura de finales del siglo XIX y principios del XX” que evocará el antiguo casino.
El nuevo edificio, según indica el empresario, “no será una reproducción exacta del antiguo casino”, de hecho, la principal diferencia es que “tendrá tres plantas en vez de dos”, pero recordará sus peculiaridades con la balaustrada o el frontispicio. Incluirá 12 pisos y 5 locales comerciales, aparte de una sala de 178 metros cuadrados que cederán al Ayuntamiento, según lo acordado, y que servirá de sala de exposiciones municipal.
Buró4 está al frente del proyecto residencial, que contempla pisos “con buen aislamiento y calefacción, como suelo radiante, de acuerdo a las tendencias de hoy”. López de la Manzanara indica que “las calidades serán medias-altas”. ALM empresas indica en el anuncio que será un “ejemplo de modernidad, belleza y confort”, tanto como lo fue el Gran Casino hace décadas.
Primeros clientes interesados
De momento ya hay personas interesadas y algún espacio reservado. El proceso de comercialización empezó en verano y Antonio Lopéz de la Manzanara confirma que “en estos momentos las entidades financieras exigen que la venta de algunos pisos esté cerrada para obtener financiación”.
Así pues, poner en marcha un proyecto residencial de estas características es una empresa ardua, dada la situación del mercado inmobiliario. Antonio López de la Manzanara asegura que “la venta de viviendas sigue floja”. “En los últimos años ha habido un cambio radical, la relación entre alquiler y venta de viviendas es de 80-20%”, señala.
Después de años con el terreno cerrado y solo un único panel publicitario visible, Antonio López de la Manzanara confía en que la construcción del edificio situado a unos metros de la calle Empedrada servirá para “mejorar el entorno” y “revitalizar la zona”.
La historia del Gran Casino
La construcción del Gran Casino de Manzanares comenzó en marzo de 1917 con un capital inicial de 125.000 pesetas, divididas en 500 acciones, bajo las directrices del arquitecto Daniel Rubio. Las zonas comunes estarían en la parte de abajo y arriba, primero un comedor y después una fonda.
El historiador Antonio Bermúdez explica en su libro ‘Manzanares bajo el reinado de Alfonso XIII (1902-1931)’ que los casinos eran “instituciones burguesas de socialización masculina donde las personas de clase media y alta trataban de combatir la monotonía y cultivar las relaciones con sus iguales”.
El Primitivo, La Confianza, La Amistad y el Mercantil también forman parte de la historia de Manzanares, con sus salas de lectura para acceder a la prensa nacional y provincial, mesa de billar y sala de juegos para el dominó y las cartas. Eran un centro de tertulia y recreo para aquellos nuevos ricos surgidos a raíz del florecimiento de la agricultura y la industria vinícola que competían con las antiguas familias aristócratas.