Ginés Mena(Efe) Maite Guerrero
Madrid/ Valdepeñas
Las protestas y campañas en Francia contra vinos españoles abren nuevos riesgos para la comercialización exterior, que se suma a otras incertidumbres en destinos internacionales estratégicos, como el británico, por el Brexit.
A los ataques contra vinos españoles y de otras procedencias de finales de marzo en el sur de Francia, con la destrucción de botellas de varios supermercados, se añade ahora una campaña mediática que pedirá a los franceses que consuman producto galo.
Los viticultores de Montpellier lanzarán una campaña de publicidad en prensa a los consumidores para alertar de que grupos de distribución ofertan vino «de origen europeo y más particularmente de España» que compran a «bajo precio» y ponen a la venta con nombres de marcas que les hacen parecer franceses, con precios equivalentes y sin las mismas garantías, informó Efe.
Está por ver cómo afectarán estas acciones, junto a las protestas y recientes manifestaciones, al comercio con Francia, el primer destino de las exportaciones, sobre todo graneles muy económicos.
De momento en la provincia no se ha notado. Según Jesús Martín, presidente de la Denominación de Origen Valdepeñas, la campaña no le ha afectado a los caldos de Valdepeñas, ya que los ataques son al vino a granel, no a vino con denominación de origen. “Creo que la acción de unos pocos no puede demonizar al colectivo de viticultores, sindicatos y políticos franceses, que saben que estamos en un libre mercado. Su enfado es con su Gobierno y no pueden llevarlo a otros porque nos vean como competencia. España no boicotea sus productos”.
Según explica las bodegas de Valdepeñas no han manifestado haber tenido ninguna incidencia con las exportaciones a Francia e incide en que los ataques son de un grupo pequeño de personas. Aunque apuntó que están afectando a la imagen del vino español. “Pero las instituciones españolas y francesas están colaborando para que no afecte y pedirán indemnizaciones por los daños causados”.
Martín comentó que, institucionalmente, la Feria Vinexpo que se celebra en Burdeos (Francia), ha nombrado a España como país invitado. “Hay buenas relaciones. Las instituciones están trabajando juntas”.
Para la DO Valdepeñas “Francia ocupó en 2016 el puesto número 11 de los países a los que exportamos vino, con un volumen de casi 500.000 litros de vino exportados a dicho país, sobre la producción de 80 millones de litros que tenemos. Todo fue vino con denominación de origen embotellado, no a granel. Es algo residual, ya que Francia produce mucho vino y no demanda tanto”.
Por su parte Inma Moreno, directora de Márketing de denominación de origen asegura que la importación de vinos españoles por parte de Francia ha aumentado un 40% en los últimos dos años, en general, y que en la campaña 2015-2016 Francia importó 5,56 millones de hectolitros de vino español, gran parte a granel.
Las importaciones francesas de vino batieron récords en 2016 con 765,6 millones de litros (+6,8%) y 737,8 millones de euros (+9,2 %).
El granel representó el 82 %, con 626 millones de litros (+6,5%), de los que más de 490 millones procedían de España (+0,7%).
En suma, España es el primer proveedor de vino a Francia, con más del 70 % del volumen y del 33 % de la inversión total.
«Los usos con vinos que se intercambian en toda la UE son perfectamente normales, defendibles y legales» y, así, «quienes quieran ir más allá», si detectan alguna irregularidad, lo que deben hacer es denunciarlo, recuerda a Efeagro el director del Observatorio español del Mercado del Vino (OEMV), Rafael del Rey.
Abunda en que los consumidores tienen derecho a consumir vinos de cualquier procedencia, incluidas las marcas de distribución que utilizan materia prima de España o de otro país productor, aunque esté envasado en Francia, debidamente etiquetados.
El director insiste en que los envíos cumplen las normas de la UE y que es legal reexportar vinos de otro país europeo, venderlo y distribuirlo localmente o comercializar mezclas de varios orígenes. Si se detectase algún problema de etiquetado del vino francés o alguna práctica comercial que no se ajuste a la legalidad, «es responsabilidad de las autoridades francesas”.