La cuenca del Guadiana en particular el tramo alto del río, en la provincia de Ciudad Real, deberá hacer un esfuerzo de adaptación al cambio climático y la escasez de agua en la nueva etapa de planificación hidrológica 2021-2027.
“No estamos hablando de que desaparezcan los cultivos, pero sí que se adapten al recurso disponible”, afirma Samuel Moraleda, el presidente de la Confederación Hidrográfica, que intervendrá esta tarde por videoconferencia en la jornada de presentación del ‘Esquema provisional de temas importantes del Guadiana”, que se celebrará online por la crisis sanitaria del coronavirus.
El cambio climático dibuja un escenario de pocas precipitaciones, como se ha constatado en los ciclos de planificación de los últimos doce años, “se manejan distintos escenarios, la idea es toma decisiones con el mayor consenso y participación de todos”, subraya Moraleda, contrario a posponer este encuentro como han planteado algunas comunidades de regantes.
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— Confederación Hidrográfica del Guadiana (@CH_Guadiana) March 25, 2020
Presión insoportable sobre los acuíferos
El documento base, que está a disposición de público desde el 24 de enero, dibuja un panorama de presión insoportable sobre las aguas subterráneas de la cuenca Alta del Guadiana, uno de los “temas importes” del esquema de discusión en las diferentes demarcaciones hidrográficas.
El texto de debate recoge que en la cuenca Alta del Guadiana los derechos de uso del agua para regadío (anteriores a la ley de Aguas de 1985), superan ampliamente los recursos disponibles establecidos en el plan hidrológico, en gran parte de las masas de agua, en las que además existen ríos, lagunas y humedales con ecosistemas dependientes de las aguas subterráneas de gran valor ambiental como las Tablas de Daimiel, las lagunas de Ruidera, y otras zonas protegidas de la llamada Mancha Húmeda en los que la recuperación del buen estado ambiental puede repercutir en otras actividades económicas.
86% agricultura, 11,5% abastecimiento
Los usos ligados a esta presión corresponden en un 86% al regadío, seguido del abastecimiento con un 11,5%. “La extracción que supera los recursos disponibles pone en riesgo la consecución de los objetivos ambientales de las masas de agua subterránea, superficiales relacionadas y de los ecosistemas terrestres asociados”, dice el documento.
No a la “minería del agua”
La administración entiende que se necesitan medidas para prevenir el deterioro adicional y revertir las tendencias, y “no siendo posible la superación de dichos recursos aunque en las masas de agua subterránea existan mayores recursos almacenados, puesto que se incurriría en la explotación de las reservas lo que a medio plazo daría lugar a la ‘minería del agua’ (perforaciones a profundidades de minería para llegar al agua) y al progresivo agotamiento de los recursos”.
Antes del final de 2021
Que no corran los plazos administrativos no significa que se pare el periodo de participación pública de los nuevos planes de cuenca, que deben terminar antes del final de 2021 para cumplir la Directiva Marco del Agua.
La gestión sostenible del agua subterránea es uno de los grandes asuntos del esquema del Guadiana, pero hay más. También se discutirá sobre contaminación (urbana e industrial), difusa (agricultura), especies invasoras y alteraciones hidromorfológicas de las masas de agua superficiales.
Los caudales ecológicos y las dificultades de su implantación y seguimiento son otro aspecto a tratar, así como la adaptación al cambio climático, la medición de extracciones y asignación de recursos, la coordinación entre administraciones, la recuperación de costes y financiación de los programas de medidas del organismo de cuenca, e incluso el riesgo de inundación.