La Fundación Artemisan acaba de presentar los avances en investigaciones tan importantes para el ámbito cinegético como la recuperación de la perdiz roja (Alectoris rufa) y la tórtola común (Streptopelia turtur).
Son dos de los proyectos de investigación impulsados por la entidad, en colaboración en entidades científicas privadas e instituciones públicas, y que han sido recogidos en el Anuario 2018 de la Fundación, presentado en Madrid hace dos días.
Carlos Sánchez, coordinador Investigación de Artemisan, destaca el balance no sólo en esta área, sino también en las secciones jurídica y de comunicación.
En investigación “hemos consolidado proyectos como el RUFA” para el repoblamiento de la perdiz silvestre, así como han iniciado el estudio ‘Mixolepus’, con el fin de desarrollar una vacuna contra la mixomatosis en liebre ibérica (Lepus granatensis), tras registrar más de 250 casos en nueve comunidades autónomas.
El investigador también destaca el proyecto PIRTE para luchar contra la pérdida de hábitat de la tórtola común, tanto en las zonas de cría como invernada, que Artemisan está promoviendo a través de un modelo de gestión, en el que se implique al sector cinegético.
Además de otras investigaciones sobre sostenibilidad de fincas de caza mayor, el informe de impacto socioeconómico de la caza o el desarrollo de una estrategia de comunicación diferenciada dentro del sector, el equipo investigador de Artemisan también ha impulsado un estudio para evaluar las propiedades nutritivas de la carne de ciervo.
“Ha sido un año muy fructífero y seguiremos trabajando en esta línea”, comenta Sánchez.
En el ámbito de la comunicación, la Fundación Artemisan ha alcanzado, según este portavoz, una notoriedad importante en 2018, con 60 notas y un gran impacto en redes. Respecto a las actuaciones jurídicas de la entidad, “hemos dado respuesta a mucha problemática y atendido situaciones como la suspensión de la caza en Castilla y León, u otras alegaciones al reglamento de armas o a la orden de vedas”. Desde los triunfos judiciales en temas como el plan del lobo de Asturias
El informe de balance de Artemisan no sólo recoge el trabajo realizado por la entidad el año pasado, sino los principales proyectos que se van a desarrollar a lo largo de este año. En la presentación participaron los benefactores de Artemisan, y representantes de entidades del mundo rural y también del sector cinegético.
El futuro
De cara al futuro, el objetivo es consolidar todo lo conseguido en los dos primeros años de vida de la entidad, así como iniciar nuevos caminos, entre los que destaca la colaboración que se ha iniciado con la Fundación Atapuerca y que se plasmará en acciones concretas a lo largo de los próximos meses.
El presidente de la Fundación Artemisan, José Luis López-Schümmer, agradeció el respaldo de patronos, benefactores, entidades asociadas y empresas que han apoyado el proyecto a lo largo de estos dos años de actividad. Asimismo, reivindicó la importancia de transmitir que la actividad cinegética sigue siendo imprescindible, además de legítima, también en el siglo XXI. Y es que su papel necesario en la conservación de los ecosistemas y de las especies silvestres, su impacto positivo sobre la socioeconomía del mundo rural y su carácter tradicional y hacen de la caza una actividad vital de cara al futuro.
Al evento también asistieron el presidente de Abante, Santiago Satrústegui, y otros representantes del mundo rural, como Pedro Barato, presidente de Asaja nacional y de la Alianza Rural, y Carlos Núñez, presidente de la Unión de Criadores del Toro de Lidia.
Entre otras cosas, todos ellos destacaron la importancia de la aparición de una entidad como la Fundación Artemisan, que viene a complementar lo que ya existía dentro del sector cinegético. “Si no existiera Artemisan, tendríamos que inventarla”, llegó a afirmar Valentín Almansa, director general de Sanidad e Higiene Animal y Trazabilidad del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación.
