La hostelería solanera aguarda con expectación e incertidumbre las fases de desescalada anunciadas por el Gobierno. Después de más de cuarenta días en dique seco, algunos se están reinventando para volver otra vez al tajo en unos negocios muy machacados por la Covid-19. Fueron los primeros en cerrar y la vuelta no será fácil por las restricciones sanitarias. Si los clientes no van a los bares, será la hostelería la que se acerque a los consumidores. Una iniciativa que últimamente está proliferando en la restauración.
Antonio Lara es un veterano hostelero que regenta ‘La Terraza de Mamá’ y que ha encendido de nuevo sus cocinas, aunque a medio gas, nunca mejor dicho. “Después de estar muchos días en casa con el negocio cerrado, retomamos la actividad para llevar comidas a domicilio. Es una manera de empezar y por lo menos, trabajamos”. Así lo ha reconocido a la emisora municipal Radio Horizonte. Las nóminas no serán las mismas que antes “tuvimos que hacer ERTES y ahora he rescatado a algunos porque la sala de restaurante sigue cerrada y no hacen falta más camareros, pero el objetivo es recuperar a toda la plantilla”.
Menús «solidarios»
Lara propone menús diarios de cuatro primeros platos y cuatro segundos con pan y postre que dispensará a razón de cuatro euros. De momento, se llevarán a domicilio y a partir del lunes se podrán recoger en su negocio situado frente a las piscinas municipales. La idea es reactivar su negocio, pero también colaborar con los más necesitados “vamos a donar un 20% de la facturación a Cruz Roja de La Solana porque es tiempo de ayudarnos unos a otros y creemos que ellos pueden llegar mejor a las familias más desfavorecidas”.
El local ha sido totalmente desinfectado, al igual que toda la maquinaria y utensilios, según ha asegurado, adaptándose a las nuevas normativas. También se han formado con cursos específicos al respecto. “No va a ser lo mismo, pero nos adaptaremos. Está claro que habrá un antes y un después al coronavirus. Esto ha sido una bomba para los negocios de la hostelería”, sentenció.
Los hosteleros podrán abrir a partir del lunes para dispensar comida y la semana siguiente se abrirán terrazas y restaurantes hasta el 30% de su capacidad. Lara reconoce que “veo insuficiente lo del 30% del aforo porque no vamos ni a cubrir costes. A corto plazo es un desastre, pero es una forma de empezar”. Al menos, no pierde la esperanza “espero que volvamos a la normalidad porque la cultura española es de salir y de relacionarnos”.